Samsung ha retirado su demanda por patentes contra Apple en Estados Unidos en un movimiento no esperado por parte de la compañía surcoreana. Según la empresa, esta retirada de la demanda es para racionalizar la batalla legal que mantiene con Apple.
La retirada de esta demanda no implica que Samsung se haya rendido y un portavoz de la compañía ha indicado que la empresa surcoreana seguirá protegiendo su propiedad intelectual de forma muy activa.
Ambas compañías llevan presentando demandas una contra la otra desde hace tiempo, creando una auténtica maraña legal tanto en Estados Unidos como fuera de ese país que tardaría años en resolverse.
Sin embargo, esta retirada podría tener una segunda lectura: que ambas compañías hayan llegado a algún tipo de acuerdo y este sea un primer paso de la desactivación de hostilidades entre ambas. Actualmente, más allá de este asunto de patentes, Apple y Samsung mantienen una estrecha relación comercial ya que Apple es el mayor cliente de la compañía.
Apple compró a Samsun material electrónico, procesos de fabricación y otras acciones en diferentes segmentos industriales por un valor total de 5.700 millones de dólares en 2010. Este año la cantidad estimada que Apple gastará en su proveedor surcoreano ascenderá a los 7.800 millones de dólares.
En una escalada de las hostilidades legales, las amenazas, reales o no de Apple al respecto de poder seleccionar otros proveedores de componentes electrónicos podría suponer que Samsung se retirara a sus cuarteles a valorar, al menos, temporalmente, si el negocio de distribución de sus teléfonos móviles y tabletas podría ser “reestructurado” para no perder un cliente tan importante. Hay que recordar que Apple se queja específicamente del diseño de los productos de Samsung y su parecido en muchos aspectos a los de Apple: una remodelación de estos dispositivos y sus periféricos como parte de un acuerdo mayor sería la solución que buscan ambas empresas para seguir colaborando activamente en el desarrollo y fabricación de hardware.
Otras empresas dedicadas a la fabricación de componentes similares o compatibles, mientras, están muy atentas al devenir entre ambas empresas. Un pequeña o mediana empresa que consiguiera un contrato con Apple para fabricar un componente para el iPhone podría crecer lo suficiente como para convertir se en un competidor potencial al entrar en una guerra de precios con Samsung, que en algunos casos es líder del mercado. En concreto, dos de los componentes y los procesos de fabricación relacionados al mismo están en el punto de mira de muchas empresas: los procesadores de Apple y la memoria Flash. Intel, que dispone de los medios, el conocimiento y la tecnología para ponerse a la altura de Samsung como proveedor de Appel no ha ocultado que estaría dispuesta a fabricar para Apple bajo demanda cualquier chip que le solicitara, incluso cuando este no llevara embebida tecnología de Intel.
Para Samsung, declaraciones de este tipo y rumores de que otras empresas se podrían hacer cargo de la fabricación de los procesadores de siguiente generación (A6) de Apple ha debido ser suficiente detonante como para empezar a reevaluar su estrategia legal y quizás llegar a una acuerdo que al final, beneficiaría a todas las compañías.
