No recuerdo dónde lo lei -aunque creo que fue en un libro sobre machismos ocultos- y no quiero equivocarme. Pero si que aquello me impactó y me propuse comprobarlo.
Quiero empezar diciendo que todo es una negociación. Desde quien aparca dónde, quien cede el paso a quién, o dónde te colocas al entrar en un ascensor con otras personas. Imagina cualquier interacción donde intervengan terceros, ahí hay una negociación, ya descarada, ya encubierta.
Por supuesto, cruzarte con gente por la acera también es una negociación, en la que unas veces cedes algo o todo de tu espacio y otras veces modificas parcial o totalmente tu trayectoria para que ambas partes prosigan a su destino con las mínimas interferencias.
Pero también están los que aquí llamo los “supremacistas”, esos de la calle es mía, yo tengo derecho, soy más importante,… o tengo otros complejos que intento compensar con este tipo de actitudes.
Desde que lo leí, he podido comprobar -sufrir- ese supremacismo por parte de los dos sexos. Solo que antes, evitando los conflictos como es mi tendencia, me hubiera apartado sin pensar demasiado, y ahora aguanto el envite hasta que el otro rectifique.
Quede claro que hay unas normas (urbanidad) que reglamentan la circulación.Aquí circulamos por la derecha (la verdad, desconozco si en esos países en los que lo hacen por el lado equivocado también andan por la acera usando el lado que no es, los lectores que viven en esos países podrán aclararlo). Así que, si voy por el lado derecho de la acera y alguien viene derecho hacia mi, sencillamente, no me aparto. Y si es necesario, me paro “sobre mis piés” hasta que el contrario capte el mensaje.
No te voy a ocultar, algunos ponen cara de estupor porque están tan acostumbrados a que les cedan el paso y van tan metidos en su mundo que cuando encuentran un obstáculo (yo) tienen que parase a procesar qué está pasando y por qué no pueden seguir.
Estoy seguro de que ocurre mucho más a menudo de hombres hacia mujeres (son tan machistas que no las ven, no las reconocen) y esperan que éstas se aparten ante la llegada del “hombre” -que “sus cosas” siempre serán mucho más importantes que lo que puedan aspirar las hembras. Pero a mi también me ha pasado con mujeres.
Seguro que reconoces la situación, como te digo, al circular por la acera, al ir a salir por una puerta (alguien ha”atajado” su camino y espera que tu, que sales, te apartes para dejarles entrar) o al salir de un baño, de repente te encuentras con alguien que va a entrar y no se mueve porque espera que tu, galantemente (es decir, sumisamente) le dejes entrar.
Como te digo, hay normas que establecen los términos de la negociación (circular por la derecha, antes de entrar dejen salir, etc.) y ceder tus derechos es tu privilegio, no tu obligación.
Si nunca te has fijado, ahora ya lo sabes. Y si eres de esos, por favor, corrígete.
Hasta mañana
Imagen creada (rápidamente) con Dall-E
Je je… ya somos 2 … algo tan básico como mantenr la derecha en la acera, o el “antes de entrar, dejen salir”… a veces hay que forzar… Algo similar con los idiotas que se mantienen en el centro de la autopista sin tener nadie a su derecha…
Mi argumento cuando tengo que explicarles: uno nace con un cupo de gilip***** a aguantar y ya lo he agotado… han llegado tarde..
La tolerancia con los intolerantes, lleva a que pisen al resto de la humanidad
Saludos y buen agosto