Meta/Facebook: el traje del emperador

Si lees con regularidad esta página sabes que no somos especialmente fans de Facebook, y que no creemos que nos quedemos cortos si la tachamos como una de las empresas mas amorales y perversas que ha dado el capitalismo tecnológico del siglo XX.

Y, a pesar de eso, utilizamos su red social para subir fotos de paisajes o de composiciones personales -aunque nunca de personas. Y por supuesto, desde faq-mac promocionamos las noticias que publicamos (como este) para que otras personas puedan leerlas. A pesar de que somos cuidadosos en no etiquetar las fotos que subimos, ni por lugares ni por personas, estoy seguro de que, por los comentarios que a veces mi red pone, etc. Facebook tiene un perfil bastante aproximado de quien soy, donde vivo, etc

Que Facebook ha medrado a base de traficar con nuestros datos y perfiles para vender publicidad no es ningún secreto. Que ha comprado prácticamente toda empresa que podría hacerle sombra -convirtiéndose en la siguiente red social y que, cuando no ha podido, ha desarrollado herramientas y servicios que calcaban lo que ofrecían otros, es del dominio público.

La amanecer de la conciencia monopolista y la protección de la privacidad

Gracias a los dioses, con el tiempo, las propias administraciones de cada país han ido tomando conciencia de que ese poder omnímodo no era justificable, que se basaba en la ignorancia de los usuarios y que, incluso aunque el usuario no quisiera, Facebook seguiría recopilando datos sobre él -recordemos aquí los perfiles fantasma.

En este amanecer de la conciencia del abuso de dependencia tecnológica y del tráfico de datos sin permiso expreso del usuario, sin duda tiene mucho que ver Apple, que ha sido muy vocal en la señalización de que eso era una práctica habitual en determinados modelos de negocio.

Así que, con toda la pereza que han podido encontrar, las administraciones -en especial la americana, pero también la europea- se han puesto a mirar qué hace Facebook y cómo lo hace.

Gracias a eso, los tiempos en los que Facebook pondría millones encima de la mesa para hacerse con cualquier novedad tecnológica que pudiera robarle el foco, han quedado atrás.

Cada vez es más patente que Facebook es incapaz de innovar o cambiar su red social (su principal fuente de negocio) para que su uso sea aceptable en las próximas décadas.

La desconfianza de los usuarios, la aparición de otras redes (que ya no pude comprar -como TikTok) y la limitación a lo que puede hacer con los datos van a poner en aprietos a la Facebook que conocemos, que ya no puede crecer al ritmo que sus depredadores accionistas quieren ni en usuarios, ni en negocio ni en popularidad.

Toc, toc, aqui viene Apple

Como hemos comentado varias veces en el podcast (por ejemplo, en la conversación con AppsFlyer, sin duda el discurso de la privacidad le viene fenomenal a Apple para diferenciar su negocio de otros como Google (y por extensión de Android) que basan su estrategia -igual que Facebook- en la recolección de datos y creación de perfiles de usuarios para venderlos a los anunciantes.

No se puede negar que ser los defensores de la privacidad favorece a Apple en la mente del consumidor, pero eso tampoco nos puede hacer perder de vista que las medidas que ha tomado (además de valientes) han tenido y están teniendo un efecto real en la protección de nuestra privacidad.

Nuevamente me tengo que referir a las charlas en el podcast con Dekkar (por si no te has dado cuenta, en el podcast hablamos de temas que luego están en la base de la discusión tecnológica, así que si quieres tener los datos y los fundamentos, te recomiendo que lo escuches) donde comentamos en profundidad esas nuevas medidas, como el Relay privado, la ocultación del correo electrónico, etc.

Algo tan sencillo como obligar a las empresas a pedir permiso al usuario para rastrearlo (parece mentira que algo tan evidente y básico haya tenido que ser implementado unilateralmente por Apple) ha permitido que por primera vez desde la llegada de los teléfonos inteligentes y la era del «siempre conectado» las empresas no puedan alegar desconocimiento sobre los deseos del usuario.

Y eso que, por aquello de evitar las demandas en caso de que algún desarrollador no cumpla con los deseos, la formulación de Apple es especialmente educada y suave: «Pedir al desarrollador que no nos rastree».

La situación de Facebook (Meta)

En la presentación de los último resultados trimestrales Facebook por primera vez en su historia ha tenido que reconocer que ha perdido usuarios.

Correcto, no sólo no ha crecido -ni siquiera ese crecimiento marginal que se produce porque nueva gente se da de alta, aunque no hagan nada. La cantidad de usuarios que han abandonado la plataforma ha superado cualquier otra forma de adquisición de nuevos usuarios dejando el número en negativo.

Además, Facebook también ha reconocido que el año que viene las acciones de Apple con respecto a la privacidad pueden quitar de sus ingresos más de diez mil millones.

Ya sabemos que en marketing lo primero es parar el golpe, ofreciendo alguna maniobra de distracción para que, cuando llegue el momento de la verdad y se conozcan los datos, de alguna manera ya estemos anestesiados, insensibilizados, preparados y no nos parezca tan malo.

Asi que es probable que la situación sea peor de lo que están anticipando, tanto en declive de uso como en ingresos.

El Meta traje del emperador

Ya cuando se hizo señalamos aquí lo infantil de cambiar el nombre en plenos escándalos de filtración de datos, hackeos y demás barrabasadas de la empresa de Zuckerberg.

Como si dejar de decir «Facebook» fuera a hacer que la gente se olvide y de repente le caigas mejor. En el caso concreto del español, Meta es una palabra que, en fin, la cojas por donde la cojas, no suena bien. Si no te para a pensar en el doble sentido (añádele un «doblada» detrás, si no me estás entendiendo) y solo te quedas con el genérico, Meta en español, como prefijo, es tan inocuo, tan insípido, que es como no decir nada.

Y sí, soy consciente de que en español tiene significado tanto como «objetivo», «destino» (fijemos una meta, la meta es llegar en un día) como «transformación» (metamorfosis).

Probablemente es apropiado es que «meta» sólo, sin nada detrás, quiera significar el cambio por el cambio, sin saber muy bien a qué van a cambiar.

Pero lo que estaba claro, a la vista de los resultados de Meta, es que tenían que dejar de ser Facebook porque ese negocio ya ha tocado techo y empieza a descender.

Por supuesto, el Metaverso no puede llegar suficientemente rápido para Facebook, por muchos millones que Zuckerberg esté quemando para acelerar la maquinaria.

El problema es que aunque lo vista de seda, todo el mundo lo va a seguir viendo como Facebook, con el mismo modelo de negocio pero intentando que, al cambiar de campo, a la gente no le importe.

Pero no nos engañemos. La verdad de Facebook, Meta, Zuckerberg, ya ha salido a la luz. Están desnudos, indefensos, ante el cambio de la corriente, y no tienen lo que necesitan para llegar a salvo a la orilla.

Como comentaba hace un par de columnas, aunque hablaba de brecha generacional, no te engañes: todo esto ocurre por una sola razón: el dinero. Tienen su agenda para que volvamos a rascar el dinero en cosas que no necesitamos (no digo que no sirvan, o que no tengan sentido en determinados entornos) para perpetuar sus cuentas bancarias a nuestra costa.

Eso es todo, al final todo es una cuestión de dinero. Y nosotros somos la mercancía.

Alf

Propietario de www.faq-mac.com.

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