El juicio Epic Games contra Apple, la conclusión

Para los que habéis seguido el juicio en esta página, tanto a través del “calentamiento global” en Fortnite, pero qué has hecho como a través de las crónicas del juicio Epic Games contra Apple, que, para mayor comprensión intenté organizar en “unidades lógicas” de manera que argumentos similares estuvieran agrupados y no repartidos a lo largo de tres semanas de interrogatorios, sabréis que ha sido, en el sentido de “espectáculo”, un tanto decepcionante.

Ni Epic Games tenía artillería de peso preparada para dispararla contra Apple, ni Apple tenía una defensa demoledora que enterrara cualquier posibilidad de Epic de mirar a la cara de sus usuarios sin avergonzarse.

Más bien lo que ha ocurrido es que se han repetido hasta la saciedad los mismos argumentos que ya se habían esgrimido fuera del juzgado, sólo que repetidos por otras personas y con la ayuda extra de testigos profesionales aportados por una y otra parte.

En realidad, si se puede sacar alguna conclusión, es que se está pidiendo a la juez que dirima mucho más que el caso de Apple, porque todas las distinciones que haga se van a emplear de aquí en adelante en cualquier otro juicio sobre tiendas de aplicaciones que pueda producirse.

Lo que se le está pidiendo a la juez es que determine, primero, en qué campo se está jugando este partido. Si es una final de la liga de las tiendas de aplicaciones (donde Apple tiene abundante competencia), si se trata de una batalla entre plataformas de juego (donde el mismo juego se puede jugar en diferentes dispositivos) o si en realidad se trata de si Apple tiene derecho a dictar normas exclusivas (y excluyentes) sobre cómo y qué opera en su tienda.

Según donde la juez meta el cuchillo, el resultado podrá favorecer a Apple o a Epic Games.

La juez Yvonne Gonzalez Rogers, que tiene que dictar sentencia en el juicio Epic Games contra Apple.

Como hemos repetido en numerosas ocasiones, incluso en la interesante charla que sostuvimos con el abogado Victor Salgado en el podcast, los argumentos de Epic Games tienen numerosos flancos débiles, que hacen que su estrategia parezca más una cuestión de “fuegos artificiales” (como dijo su CEO en un email a Microsoft) que de convicción en la injusticia de Apple.

Todos los argumentos de Epic -creo yo- podrían haberse planteado en una demanda sin necesidad de romper las reglas y habría aparecido con más autoridad moral que dando ese argumento a Apple de que primero rompieron la baraja y ahora no quieren apechugar con las consecuencias.

En realidad, no se trata aquí de si Apple podría haber elegido otro sistema para que los desarrolladores tributaran por su uso de la App Store, en aquellos años en que Steve Jobs presentó la tienda sin saber si había un mercado o no.

Lo que Epic quiere es que Apple cambie sus reglas para acomodarse a sus necesidades.

También hemos dicho muchas veces que el argumento de que Apple gana mucho dinero y que por lo tanto debería bajar sus comisiones es espurio. Nadie le dice nada a las entidades bancarias, a las petroleras o a la Coca Cola, por muchos millones de dólares que sus negocios ingresen.

Ganar mucho dinero no es penalizadle por si mismo, salvo que lo hagas a costa de limitar la libertad de los que venden en tu tienda. Pero Apple no exige exclusividad ni tratos preferentes, ni realiza acciones para que sea más difícil jugar a los juegos en otras plataformas. La estrategia de Apple no tiene nada que ver con la de Amazon y su suscripción a Prime.

Nuevamente, todo se reduce al ámbito en que se decida que pertenece esta batalla.

Si Apple tiene un monopolio en su tienda, tendrá que ser regulada por fuera, sometida a normas que permitan que se favorezca la competencia dentro de la tienda. Pero no ninguna ley exige que dentro de una tienda se anuncie que hay precios más baratos en otras tiendas, o que se pueden conseguir promociones especiales yendo a otros establecimientos a comprar (dejando el beneficio a un tercero).

Apple ha creado en la App Store una máquina de hacer dinero imponente, es cierto, pero que está en relación directa a la cantidad de dinero que los propios desarrolladores ganan. Que a todos nos gustan los impuestos más bajos es evidente, que todos queremos ganar más dinero trabajando lo mismo, también. Pero que la ley obligue a una empresa a hacerlo, es algo -como poco- inusual.

La realidad de Apple

Es probable que Apple, visto y oído todo, salga victorioso de este juicio, posiblemente con una reprimenda de la juez por su avaricia, pero está escrito en el cielo que a las grandes tecnológicas les van a meter mano para limitar su poder y su capacidad de distorsionar los mercados.

Apple hará mal en asumir que -puesto que no le han condenado- todo lo hace bien y no tiene que cambiar nada.

Ha quedado demostrado que comete errores de bulto en la aprobación de aplicaciones y en el control de las mismas dentro de la tienda. Los usuarios de la App Store siguen siendo estafados (una efectividad del 99% en un negocio de miles de millones de dólares siguen siendo muchos cientos de millones de dólares robados a usuarios confiados) a pesar todo; los desarrolladores llevan décadas pidiendo algunas cosas que Apple simplemente no le da la gana implementar (como las pruebas gratuitas de las aplicaciones) o al menos no le da la gana comunicar por qué no lo hace.

Margrethe Vestager, Comisaria de competencia de la UE

A pesar de todo, este no será el último juicio de Apple por la App Store (no olvidemos que en Europa también tiene varios frentes abiertos y que Margrethe Vestager amenaza alto y claro) y es probable que -si no corrigen curso y siguen comportándose arrogantemente como si fueran intocables- acaben perdiendo más de lo que sería necesario.

Apple lleva tiempo generando medidas reactivas para intentar aplacar o desactivar las amenazas antimonopolio, como la rebaja de las comisiones a las apps que facturen menos de un millón de dólares al año o abrir el protocolo Buscar justo antes de lanzar las AirTags.

La batalla de la comunicación es la guerra que Apple pierde una y otra vez, siendo la más sencilla de ganar. Esperemos que esta lección la hayan aprendido.

Pd.: todas nuestras simpatías para la juez Yvonne Gonzalez Rogers, porque le ha caído un hueso duro de roer.

Alf

Propietario de www.faq-mac.com.

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