Apple LED Cinema Display de 24 pulgadas: últimos detalles

Hemos hablado en las anteriores partes de esta revisión de las características técnicas y de utilización de esta pantalla. En esta última parte de la revisión vamos a dejar de lado la parte técnica para entrar en el mundo de las percepciones, de aquello que recibes de forma real de la experiencia de trabajar con un muevo monitor y como acostumbrarse y hacerse con el.

Empecemos por lo dificil: El Glossy

Hay que empezar por este punto porque nada más desembalar el monitor, cuando te enfrentas con el cara a cara lo primero que piensas «Madre mía, que espejo me he comprado» con un tono de mezcla de susto y miedo. Pero no es para tanto. No vamos a entrar de nuevo en una discusión esteril entre si el Glossy es bueno o no, puesto que ya nos viene impuesto, así que no nos queda otro remedio que lidiar con el y ver como podemos sacarle la mayor ventaja posible.

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Una vez encendido el monitor nos enfrentamos a una pantalla que se ve bastante bien, quizás demasiado luminosa para estar muy cerca. Acostumbrado a un 20″, la nueva superficie útil me está llevando a pensar el volver a resucitar con más fuerza una aplicación que utilizo desde Mac OS 8, Drag Thing, porque ahora, con este aumento de superficie, comienzan a hacerse los viajes con el ratón muy largos a ciertas zonas del interfaz. Es de mucha ayuda, ya con monitores de este tamaño, activar el acceso por teclado a las diferentes opciones del interfaz para poder navegar rápidamente sin tener que hacer grandes arcos buscando entre una (o dos) pantallas el correspondiente menú.

Esta opción está disponible en las Opciones de Accesibilidad en Preferencias del sistema.

En cuanto a los Brillos, mi experiencia me muestra que trabajando con una pantalla sin glossy y otra con el es que la pantalla sin el cristal, ante el aumento de luz natural, se tarda mucho más en «levantarse y bloquear» ese punto de luz que molesta. Con el Glossy, el efecto «levantarse y modificar la luz ambiental» es casi inmediato.

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Por eso, porque a pesar de las supuestas bondades del Glossy, hay que buscar una buena ubicación para este monitor, y quizás debas reorganizar tu escritorio para colocarlo en una posición amigable con el resto de las luces de la habitación … o modificar la iluminación de trabajo para que vaya más acorde con el monitor. Quizás para un profesional esto sea un problema asumible, pero hay que reconocer que el Glossy afecta y en una pantalla tan grande, lo hace también a lo grande.

En cuanto a espacios de color, para todos aquellos que están mirando este monitor como opción para un uso profesional o semiprofesional varias consideraciones. La primera es que este monitor, ya tenga Glossy, ya tenga displayport, ya tenga un rayo láser que hace interfaz neural con nuestra cabeza mientras trabajamos, necesita calibración. Todos los monitores la necesitan si van a ser usados de forma profesional. Una vez calibrado el monitor, y representando los colores de una forma correcta SI puedes optar por usar este monitor para tu actividad profesional, con las limitaciones de que es un monitor pensado mucho más para el uso común y para el uso empresarial, donde el uso del color no es un factor tan importante. Pero una vez calibrado, te puede solucionar la papeleta.

Por defecto, el monitor viene bastante bien precalibrado para el uso general y usa un panel y una serie de tecnologías que reflejan un buen ajuste de color. Los colores resultan fiables aunque en los modos CMYK se requiere una calibración precisa para evitar que el exceso de iluminación (es una pantalla muy brillante) engañe nuestros ojos.

Además, y ya lo observamos en la revisión de la gama MacBook y MacBook Pro, el tono general de los colores es más «frío» que en monitores anteriores de Apple, puede que por el Glossy, puede que por la iluminación nueva o por ambas características juntas , pero el espacio de color parece un tanto «seco» y se puede apreciar como una falta de «calidez» en los colores. Es solo una percepción, pero no han sido los únicos ojos que han compartido la misma al verlo en marcha.

Por lo demás, es una unidad preciosa. Su acabado, muy ajustado y sus capacidades VESA lo pueden convertir un perfecto televisor en el momento que veamos que Apple TV y/o un futuro Mac Mini se renueven con Display Port.

En cuanto al sonido, es bastante aceptable en su calidad general. Una película (adorarás ver películas en este monitor) se ve estupendamente aunque quizás un poco más de pegada en cuando a la amplificación general no hubiera estado mal. Su rendimiento está por encima de lo que se podría esperar y ofrecen una buena experiencia de sonido … pero a corta/media distancia.

Lo mejor

  • Perfectamente integrado con el portátil
  • Precioso diseño
  • Buena calidad de imagen
  • Sonido por encima de la media en su gama
  • Lo peor

  • No se puede usar con otros ordenadores que no sean los portátiles de Apple, de momento
  • El Glossy puede causar algún problema a los usuarios
  • Precio y disponibilidad

    El Apple LED Cinema Display de 24 pulgadas está disponible en tiendas especializadas y en la Apple Store por internet. Tiene un precio de 829 euros.

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