¿Quién escribirá el contenido?

Google está muerto. La Wikipedia está muerta. Por supuesto, Faq-mac está muerto. Dentro de cinco años (o puede que tres) nadie buscará nada en un navegador ni prácticamente se visitarán webs para leer lo que allí se escribe. Solo se salvarán las tiendas (tal vez).

Nosotros ya hemos vivido la llegada del App Store y sabemos el antes y el después. De buscar aplicaciones (y comprar y descargar) para instalarlas, a abrir la App Store y hacer ahí todo. Incidentalmente, se acabó la publicidad de desarrolladores porque ya tenían a todos los clientes potenciales en un único mercado, era más fácil promocionarse en la tienda de Apple.

Cuando todo el contenido esté indexado por los largos modelos de lenguaje y nos hayamos acostumbrado a usar, me da igual, Siri en Apple, Gemini en Android, CharGPT o DeepSeek o cualquiera de las decenas de «inteligencias artificiales» que han hecho lo mismo, para preguntar cualquier dato que no nos venga a la cabeza en ese momento, o que desconozcamos completamente -de la misma forma en que nos acostumbramos a usar un buscador, ¿quién escribirá lo nuevo, lo que ocurra a partir de ese momento de inflexión?

Si nadie navega, nadie se anuncia, nadie tiene un negocio sostenible. Incluso si todo esto obliga a todas las webs a ocultarse detrás de una pasarela de pago, quién seguirá alimentando a esa bestia insaciable que es un LLM?

Tal vez acaben comprando o participando en las agencias de prensa y en la Wikipedia para asegurarse que las noticias están ahí desde el minuto uno. ¿Pero qué pasará con todo el resto de contenidos? ¿Quién investigará ese problema en un determinado coche que se soluciona comprando no se que pieza y limándola para adaptarla y que no vuelva a reproducirse el problema? (Me lo he inventado, pero puedes hacer la extrapolación a lo que quieras. Críticas de música, de teatro o de cine, ensayos y columnas de opinión, recomendaciones de cremas.

Que si, que ese es el mundo que conocemos ahora, pero todo eso ha cambiado. Dentro de poco tiempo ya no lo haremos, ni existirán quienes lo hagan. Porque todos usaremos una aplicación «concentrado del saber» que en vez de mostrar las páginas donde están los resultados, mostrará exactamente lo que queremos saber. Y si no acierta, le podremos decir que pruebe de nuevo, para repetir el proceso.

Créeme si te digo que hablo con este convencimiento porque yo soy uno de los que hacen.

A medida que la capacidad de computación avance y puedan incluir datos en directo, los buscadores de vuelos, de seguros, en qué cine proyectan la película que queremos ver a la hora que nos conviene, o -si me apuras- en qué iglesia cercana hay misa a la hora a la que puedo ir. Toda esa información se nos servirá extractada (en terminología de hoy diríamos «robada» porque es una nueva situación. Dentro de unos años simplemente será la manera en que se hacen las cosas) sin necesidad de salir de la pantalla de la app de IA.

Quién tendrá la motivación para escribir o pensar o aconsejar para una masa informe, que nunca está en contacto con él y que desconocen completamente (ni les importa) de dónde ha salido el dato.

Dentro de poco tiempo, estaremos acostumbrados a que toda la información este disponible con solo pulsar el botón de «buscar», «razonar» o -seguramente- «comprar». Y nos habrán repetido hasta la saciedad que si el pensamiento crítico, que si comprobar las fuentes, que si no dar por cierto todo lo que vomite la app de IA, etc. etc. pero nos dará igual, porque la comodidad superará a la certeza.

Cuando todos hayamos votado con nuestros «euros» (parafraseando la expresión anglosajona) pagando una suscripción a una app de IA que nos elimine las molestias de la navegación, de leer, de investigar, de aprender, y nos importen tres pimientos aquellos que escribieron (sin saberlo y sin cobrar) para alimentar nuestra pereza ¿quién seguirá dejando su tiempo y su conocimiento en páginas que ya nadie lee?

¿Tú que piensas?