Señoras que bailan solas

En los eventos musicales, especialmente si son de música en vivo o con orquesta, si miras al fondo verás una clase especial de espectadores. Señoras que bailan solas. Y me provocan una mezcla de compasión y admiración.

Esas señoras de edad madura tendente a tercera, que están en su mundo, muchas veces ignorando la música que suena, o tal vez por una ausencia total del sentido del ritmo, pero que no pueden ni quieren resistirse a algo que les hace íntimamente felices: bailar.

Me provocan enorme compasión porque imagino que en el pasado tuvieron con quien bailar, y ahora que está ausente rememoran aquellos tiempos felices, homenaje, recuerdo, tributo, promesa de no olvidar, tantas cosas concentradas en un paso corto a un lado y otro hacia el contrario.

Les viene a dar igual si es copla, bachata o reguetón.Todo lo bailan igual, porque en realidad no están aquí. En su cabeza están en la orquesta de su pueblo, cuando eran jóvenes, felices y tenían la vida por delante. Paso a la derecha, paso a la izquierda. Tal vez, en algún acto de atrevimiento, una media vuelta para cambiar la orientación y seguir con precisión relojera los pasos que aprendieron cuando la vida les besaba en la boca.

Esos pequeños momentos en los que vuelven a jurar amor eterno, un recuerdo en las oraciones y un beso a la foto. Hasta mañana amor mio, lo he pasado estupendamente, espero que tu también allá donde estés. Y mañana la vida sigue… sin ti.

También me provocan enormes sentimientos de admiración, porque pienso que tal vez nunca encontraron ese Fred Astaire (o Ginger Rogers, que el miedo al que dirán era muy fuerte en aquella época) con quien desenvolverse en los salones de fiestas, y tuvieron que seguir adelante con esa realidad.

Como mucho un amigo o amiga especial, pero todo muy casto porque nunca se formalizó. ya sabes cómo les gusta hablar a la gente. Pero la música, ¡ay la música! Es su pasión, siempre les gustó bailar, les hacía sentirse guapas, gráciles, ligeras, importantes… con las melodías viajaban por el mundo, Italia, Alemania, América, … En cada canción eran alguien diferente.

Con el tiempo la gente pasó, la vida les llevó a otras ciudades, a otros trabajos, las amistades se perdieron y se hicieron otras nuevas, tal vez alguna carta de vez en cuando, pero que sonaba cada vez más lejana e irreal, hasta que dejaron de responder o dejaron de llegar.

El recuerdo de que están vivas, de que siguen aquí, es el inicio de una canción, que hace que los pies se muevan solos y que les impulsa a levantarse y a bailar, porque es lo único que la vida (y sus golpes) no ha conseguido quitarles, la ilusión de volar sobre la alfombra mágica de la música.

Olé por ellas, toda mi admiración porque no han perdido su esencia, y solo necesitan un acorde para mostrarla.

Ojalá yo a su edad sepa ser así, fiel a mis memorias y a mi gente y capaz de hacer lo que me guste sin importarme lo que piense la gente, especialmente ese que está sentado mirándome pensando que va a escribir sobre mi.

Alf

Propietario de www.faq-mac.com.

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