Aunque Ted Lasso haya vuelto en su última temporada, no podemos dejar de señalar la excelente serie que es Terapia sin filtro, casualmente escrita por algunas de las mentes detrás del entrenador americano en Inglaterra.
Aunque todas las miradas se las lleva Harrison Ford, por ser una de sus primeras participaciones en una serie, hay que reconocer que todos y cada uno de los personajes se hacen instantáneamente reconocibles, familiares y encantadores.
Y eso en una serie coral no es fácil, siempre hay irregularidades, unos tienes más brillo, otros te preguntas por qué están aquí.
Aunque apenas avanzada la serie el foco cambia de la consulta y los pacientes a la vida personal de los protagonistas, se siguen sin esfuerzo los forcejos que todos, cada uno en su circunstancia, realizan para superar sus traumas y dificultades.
Desde el duelo o el síndrome postraumático, pasando por la soledad o la inseguridad, todos tienen algo que les ata y les impide progresa. Y todo está contado con bondad, con cercanía, pero sin caer en melodramas y lágrimas fáciles. Es, simplemente, la vida.
Así que si quieres pasar un rato sintiéndote bien, irte a la cama como si te hubieran arropado y dado un beso en la frente, déjate llevar por la Terapia sin filtro, seguro que no te arrepientes (y además ya han renovado por una nueva temporada).
A mi me ha encantado.
