Sin embargo, el efecto que se aplica no es a tiempo real: se crea como una imagen, se cachea en una ubicación especial, /Librería/cache/
y tiene un nombre específico de archivo, com.apple.desktop.admin.png. Abrir esa ubicación, oculta en el sistema, es fácil: utiliza el atajo de teclado ⌘⇧G en cualquier ventana del Finder y empieza a escribir la ruta y usa el tabulador para que se vaya autocompletando. Como es una ruta muy corta llegarás enseguida.
Sabiendo dónde está y cómo se llama, es fácil cambiar esa imagen para personalizar ese fondo de inicio de sesión. Su tamaño es igual a la resolución de tu monitor, así que resulta sencillo coger cualquier fotografía, redimensionarla a esa resolución o recortarla si es preciso y cambiarle el nombre a com.apple.desktop.admin.png para añadirla a esa ubicación. Así, la siguiente vez que inicies sesión se utilizará esa imagen y no la versión apropiadamente modificada por el sistema.
Ten en cuenta que cada vez que cambies el fondo de escritorio, el sistema reconoce esa modificación y cambia la imagen com.apple.desktop.admin.png usando el nuevo fondo de escritorio para aplicarle ese filtro por lo que perderás la imagen personalizada.
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