Hoy en día, y las cifras mandan, el principal negocio de Apple es el iPhone y el iPad. Todo lo demás queda en segundo plano y las cifras de ventas así lo avalan. En el último trimestre, de nuevo las ventas de dispositivos con iOS sobrepasaron con alegría el doble dígito, para situarse en un número récord de 47,8 millones de iPhones durante el trimestre, frente a los 37 millones del mismo trimestre del año anterior. Apple vendió también la cantidad récord de 22,9 millones de de iPads ese trimestre, en comparación con los 15,4 millones del mismo trimestre del año pasado. La compañía también vendió ese trimestre 4,1 millones de ordenadores Mac, frente a los 5,2 millones del mismo trimestre del año anterior. El patito feo fue el iPod, con 12,7 millones de unidades vendidas, comparado con los 15,4 millones vendidos el mismo trimestre del año pasado.
Las cifras de ese primer trimestre fiscal están, por supuesto, hinchadas por las ventas navideñas y el Mac penalizado por los problemas de fabricación del iMac, que se dispararon después de la Navidad un 31% conforme en Apple han podido ir haciendo stock del ahora delgadísimo todo en uno. Tim Cook indicó durante la conferencia de datos trimestrales del primer trimestre de 2013 que las ventas del iMac habían estado en 700.000 unidades por debajo de las ventas del año pasado, lo que implica que el icónico ordenador todo en uno es responsable de los 800.000 ordenadores de diferencia al respecto de las anteriores cifras.
El gran problema de Apple actualmente es la presión que están ejerciendo por un lado los competidores en el mercado de la telefonía y con bastante más distancia, en el mercado de los tablets. A Apple se le está acusando de todo, desde la «pérdida de innovación» por parte de los «expertos» del ramo (muchos de ellos enfadados porque sus productos Apple ya no son exclusivos y su primo, al que consideran tonto, ya tiene un iPad y lo que es peor, lo maneja mucho mejor que el) y otros simplemente porque la presión económica de Samsung a nivel de márketing es increíble.
Según datos de Asymco, Samsung está cuadruplicando la cifra de dinero gastado en publicidad frente a Apple (y otros competidores). Aunque los datos de Asymco posiblemente recogan todo el gasto de márketing de la compañía coreana para toda su división de electrónica de consumo (que es bastante grande), es un hecho que la diferencia de presión mediática es abrumadora.
Para Apple el negocio del iPhone y el iPad es «esencial». Hasta al punto es importante y está por encima de otras divisiones en este momento que el propio Tim Cook se ha disculpado esta mañana ante los usuarios chinos tras la campaña de presión gubernamental. Da igual que Apple tuviera razón o no, ante esta situación tan compleja no le ha quedado otro remedio que agachar la cabeza y pasar por el aro. Ahora hace falta ver si las autoridades chinas se quedarán satisfechas y buscarán otra empresa como diana para sus iras antinorteamericanas o se centrarán en algún país de la órbita (Corea del Sur, ¿estás ahí?) para aplicar su bestial fuerza e ir marcando las tareas de su agenda secreta.
La importancia de este mercado es clara. Y con tanta presión, para Apple resulta esencial en estos momentos centrarse en su principal fuente de negocio.
Al respecto de OS X, OS X 10.8 Mountain Lion está resultando un sistema operativo bastante estable, con sus pegas (como todos) y en general no está causando excesivos problemas a la base de usuarios general. Siempre hay casos particulares y problemas específicos (y seguramente más de uno los recordará en los comentarios), pero «en general» OS X 10.8 Mountain Lion está muy lejos de ser OS X 10.7 Lion y su estabilidad y rendimiento está bastante cerca si no pareja con Mac OS X 10.6 Snow Leopard. Una plataforma estable que cause pocos problemas es esencial en estos momentos en los que todo el mundo está trabajando en aumentar, mejorar, dar brillo y esplendor a la siguiente versión del sistema operativo para los dispositivos móviles que muy posiblemente se mostrará en la próxima Conferencia de Desarrolladores antes de agosto.
No creo que tengamos este año OS X 10.9. Quizás Apple lance una actualización más potente de lo habitual en la que se incluyan nuevas características (como Siri, por ejemplo) pero en la actual situación en la que el negocio principal de Apple está siendo atacado por todos los costados, es muy posible que la concentración de recursos esté actualmente «en otro lado».
Ojalá me equivoque.
No veo la necesidad de sacar un OS nuevo cada año la verdad. Esto no es el circo de los tablets y los móviles, en ordenadores queremos productos probados y muy estables.
Totalmente de acuerdo con darknesse69. Un nuevo OS cada año es una locura. Mountain Lion tiene muchísimo margen de maniobra para mejorar desde una base firme. OS X 10.9 debería esperar al 2014 o, mejor, a 2015.
De acuerdo con los comentarios. Sin prisas, que tengamos un sistema robusto, actualizado y al que nos dé tiempo a coger cariño 😉