Si tienes algo de tiempo este fin de semana (y los fines de semana del próximo año) quizás te interese echarle un vistazo a Riven, uno de los juegos más absorbentes que ha aterrizado en su versión para el iPad en la App Store. Riven es un juego de los puzzles más diabólicos jamás creados, forzando tu inteligencia y paciencia a límites que hasta ahora con considerabas imposibles.
La historia de Riven comienza inmediatamente después de lo sucedido en Myst. Habiendo sido rescatado por sus hijos, el protagonista principal Atrus (no jugador), solicita ayuda al Stranger (tú) para liberar a su esposa de su poderoso padre Gehn que está deseoso de aumentar su poder. A diferencia de Myst, el cual tomaba lugar en distintas Eras enlazadas entre ellas por libros especiales, Riven se desarrolla casi completamente sobre la Tierra de Riven, un mundo que se cae a pedazos debido a las reglas destructivas de Gehn.
Riven fue elogiado por analistas de juegos profesionales, y la revista Salon comentó que el juego se acercaba al nivel de arte. Se publicaron críticas positivas acerca de los puzzles y la inmersiva experiencia del juego, con artículos de la revista Edge en los que se indicaba que la naturaleza del point-and-click lo limitaba bastante.
El juego Riven fue el juego más vendido de 1997 con 1.5 millón de copias en un año.
Riven es un juego de gran tamaño (cerca de 1 GB) para el iPhone y 2 GB para el iPad una vez instalado, así que hay que hacer algo de espacio en nuestros dispositivos para instalarlo. Una vez comiences, prepárate para una de las aventuras más extremas donde se pondrá a prueba tu capacidad intelectual mucho más allá de lo habitual en un juego. Pero merece la pena.
Riven: La secuela de Myst está disponible en la App Store a 3,59 euros para el iPad y 5,49 euros la versión HD para el iPad con pantalla retina.
Yo ya lo tenía para el iPhone, y lo tuve para OS X hace años. Visualmente fascinante.
Los puzzles son imposibles de completar sin ayuda de alguna guía. Yo me imprimiría una de las que hay por internet y la seguiría, disfrutando del paisaje. Si intentas hacerlo solo acabas aburriéndote.