Mejora la seguridad de tu iPhone usando una contraseña no numérica

Es habitual (y es recomendable) que tengas protegido tu teléfono con una contraseña que hay que introducir cuando éste lleva un tiempo en reposo -o bloqueas la pantalla. Sin embargo, no hay que ser el Mentalista para adivinar el código de cuatro números que utilizas una vez te vean desbloquearlo. Afortunadamente, puedes usar otro método.

El bloqueo numérico de cuatro dígitos es el estándar en el iPhone. Para activarlo (lo repetimos: te recomendamos que lo actives siempre que salgas de casa, o siempre -así, a secas) tienes que ir a Ajustes > General > Bloqueo con código.

Además, en la preferencia superior (Bloqueo automático) puedes definir cuánto tarda en activarse el bloqueo de la pantalla, una vez se queda sin uso. También hay razones para meditar cuál es el tiempo que mejor se adapta a tus necesidades, desde seguridad hasta ahorro de batería. Una vez se ponga en reposo, para desbloquearlo necesitarás meter el código (si lo tienes activado). Si estás en un día ajetreado y tienes que levantarte constantemente de tu mesa para llevar o recoger papeles, ir a la fotocopiadora, etc. O si eres de esas personas que se olvidan continuamente dónde han dejado el móvil y tienes un niño pequeño trasteando por la casa (¡qué rico es! ¿verdad?) te conviene que el tiempo sea el mínimo (1 minuto). Por otro lado, si tienes que descargar un archivo largo, puede que no te interese que el teléfono se ponga en reposo en ningún momento. Entonces pon el tiempo de bloqueo en Nunca y la pantalla nunca se “apagará”. Te conviene conectarlo al cargador.

Pero vamos al tema que nos ocupa. De fábrica la opción que viene activada es la llamada “Código simple” que es la que utiliza los cuatro dígitos que ves habitualmente. Para activarlo, toca donde pone “Activar código”, y te pedirán que introduzcas dos veces el mismo código.

Una vez hecho, cada vez que quieras despertar el iPhone, tendrás que introducirlo. Se supone que es una medida de seguridad, así que si el código que pones (como yo vi ayer) es 8888, pues… no es muy seguro que se diga. Igualmente si utilizas tu año de nacimiento o tu código postal, tampoco es que haya que ser Einstein para acabar dando con él.

Por otro lado, el código numérico tiene que ser algo que puedas recordar fácilmente en cualquier situación, sea de tranquilidad o de tensión, y si pones uno que no tienes convenientemente asociado en tu mente, es posible que en algún momento lo olvides. Por eso todos tendemos a usar cifras que ya tenemos en la cabeza. Una sugerencia: utiliza las cuatro últimas cifras de un teléfono que tengas grabado a fuego en tu mente (el de tu casa de la infancia, el de tu madre o padre, el de tu pareja…) Ese es poco probable que lo adivinen y si alguien intenta averiguarlo no lo tendrá facil.

Aún así, en entornos rutinarios (la oficina, la tienda, incluso tu casa) donde se puede dar la situación de que dejemos el teléfono abandonado habitualmente, sólo requiere método y tiempo (los tres minutos de ir al baño, o los cinco del cigarrillo) para que alguien acabe adivinando nuestro código de acceso.

Podría sugerirte que lo cambiaras de vez en cuando, pero por las razones antes expuestas es poco probable (y práctico) que lo hagas.

Sin embargo, si desactivas la opción de “Código simple”, lo que ocurre es que dejas de estar sujeto a los cuatro números y accedes al teclado completo, de manera que puedes poner una contraseña tan larga como quieras y tan compleja como desees. Letras, números, símbolos,… (no, desgraciadamente no puedes usar Emoji como contraseña).

Imagínate las posibilidades: tu contraseña del teléfono puede ser “lluvia en Sevilla es una maravilla” o “Aúpa Athletic”… mientras sean menos de 33 caracteres, puedes escribir lo que quieras. Eso sí, si te explayas, más vale que seas un maestro escribiendo en el iPhone, porque utiliza el sistema de que una vez escrita una letra, al segundo se convierte en “bolito” (así: •••••••••a), por lo que averiguar en qué momento tecleaste lo que no era, es imposible, tendrás que volver a empezar de nuevo.

Aún así, si no te sientes cómodo con una contraseña simple de cuatro dígitos, utilizar una palabra (combinación de letras, números, símbolos o todo a la vez) puede darte esa tranquilidad de que tus contenidos están a salvo.