iPad o iPhone como ayuda al profesor en el aula, por Manel Rives

Este artículo empieza por intentar explicar qué entendemos por aplicaciones educativas. Existen dos tipos de aplicaciones, aquellas que van a ser utilizadas dentro del aula, fuera de ella o en ambas localizaciones por parte del alumnado y aquellas otras que son presentadas como “aplicaciones de profesor”.

En la imagen, el colegio Almedina (Córdoba) formando a sus profesores en el uso del iPad en el aula

Todo el mundo entiende como aplicaciones educativas aquellas que se utilizan para exponer, explicar o presentar un evento educativo: los verbos, la división, un mapa, un proceso químico, etcétera. También entran dentro de esta categoría las que utilizamos para administrar o gestionar nuestra aula: las faltas del alumnado, nuestros apuntes como docente, las calificaciones…

Personalmente me interesa más el primer aspecto, aquel en el que el alumnado es el centro de interés, el protagonista del proceso y el autor de las experiencias. Aunque es indudable que el docente tiene un papel relevante, en mi opinión, una función de extrema importancia en los tiempo que corren pero que necesita de un gran cambio de enfoque.

El iPad, como herramienta, ha venido para quedarse, estas alturas ya nadie lo cuestiona. El poder de este dispositivo se ha demostrado mucho más alto de lo que las previsiones iniciales preveían. Un dispositivo con bastante más capacidad disruptiva que mucha de la tecnología que ha venido siendo usada en los centros educativos bajo la etiqueta de TIC. Y básicamente lo es porque muchas de las situaciones en las que el iPad se usa como pieza-engranaje del desarrollo del aprendiz, se basan en la creación y desarrollo de experiencias educativas donde la tecnología es casi transparente, en dinámicas que engloban muchos aspectos más allá de la mera repetición de actividades-tipo delante de una pantalla y es (como dirían en el mundo informático) “orientada a objetos”, en este caso a objetos de aprendizaje de habilidades y competencias.

Sobre este ámbito de las aplicaciones para iPad y su enfoque educativo hablaremos en otra ocasión, sin embargo hoy toca hablar de las aplicaciones de gestión, en las que podemos encontrar varios frentes:
Las aplicaciones generales de gestión de información adecuadas al mundo educativo y las aplicaciones específicas de gestión de información y del alumnado.

Las primeras permiten cubrir casi todas las posibilidades, aunque todas ellas pasan por la creación de la base de datos o la modificación de alguna de las plantillas que acompañan a la aplicación, o bien la sincronización de la misma con alguna aplicación de escritorio. En la sección de bases de datos he pasado por diversas soluciones para la creación de bases de datos para la creación y mantenimiento de las unidades didácticas pero definitivamente Bento tiene una funcionalidad y curva de aprendizaje que lo hace muy interesante en el mundo educativo. Incluye una buena colección de plantillas que incluso se puede aumentar vía web a través de la descarga de nuevas plantillas creadas por la propia FileMaker o por usuarios y se realiza de forma interna desde la propia App. También incorpora funciones básicas de bases de datos relacionales y edición y creación de bases de datos. Permite, como no podía esperarse de otra forma, la sincronización con Bento para Mac, cuestión que juega a favor y en contra, ya que muchos usuarios de Bento pueden venir del mundo Windows y no cuentan con esa posibilidad.

Existen mucho métodos de gestionar la documentación, pero a día de hoy resulta tan o más importante nuestra propia gestión como el hecho de compartirla con otras personas, bien a través de usuarios/discos virtuales/login compartidos o bien a través de la posibilidad de compartir alguna carpeta o fichero.  Así, en primer lugar podemos resaltar las Apps de la propia Apple como los calendarios compartidos de forma pública o los recordatorios, ver artículo que faq-mac publicó sobre cómo Compartir Recordatorios a través de iCloud.

Fuera ya de la casa matriz, encontramos aplicaciones muy interesantes como Evernote , que no sólo podemos usar para nuestras anotaciones sino para compartir con nuestros colegas de centro información, datos, imágenes, etc. Pero también podemos usar Evernote para ponernos en contacto con nuestro alumnado, al que le haremos llegar muchas anotaciones que tienen que tener en cuenta para un tema en concreto, relación de enlaces a visitar, colección de imágenes a usar para un proyecto, ideas, etc. De hecho Evernote mantiene una web sobre el uso de su aplicación para entornos educativos  y su blog en Tumblr.

El hecho de tener en la nube mucha información, también resulta tremendamente interesante hacer uso de los discos virtuales. En mi caso llevaba haciendo uso de Dropbox , aunque de un tiempo a esta parte me he pasado a SugarSync . Y existen muchas más alternativas como Box , Skydrive SkyDrive , Google Drive Google Drive . Todos ellos tienen más o menos las mismas opciones, incluyendo el almacenamiento gratuito básico de 2 a 5 GB y la posibilidad de incluir imágenes directamente desde nuestro iPad.

Como sistema de almacenamiento de información cada vez resulta más interesante el acceso a artículos que queremos releer o leer más tarde. Apple ya permite hacer esto con el uso de la “lista de lectura” incluso en modo offline. Pero es un sistema de almacenamiento con prestaciones inferiores a los “read later” como Pocket (Read It Later) con su nada despreciable versión para iPad o para Mac, o Instapaper (que llevó usando desde que apareció para el iPad). Instapaper vía web nos permite guardar todos los artículos que hemos ido guardando desde el iPad, iPhone, web, etc en un sólo archivo ePub. Con lo que facilita muchísimo su guardado y manipulación a través de iBooks, en el que podemos -como ya sabréis- realizar subrayados y anotaciones. Instapaper permite prescindir de aquellos elementos superfluos de la página web que queremos guardar y además categorizar, guardar en diferentes carpetas e incluso compartir su contenido en la red social de Facebook y Twitter incluso, y esto es un regalo, a través de Tweetbot . Pero todavía podemos ir un poco más lejos y es que imagináos una clase donde cada alumno realiza un blog donde “almacena” sus trabajos, trabajos que deben ser corregidos por el docente. El profesor sólo tiene que visitar esas páginas y quedarse con los trabajos guardándolos en su iPad mediante Instapaper para posteriormente poder corregirlos generando un ePub, eso sí, desde la web.

En esa misma línea Diigo Offline Reader y Diigo Browser  con su interesante App, nos permite almacenar los enlaces vía su diigo droplet aunque le falta la posibilidad de compartir fuera de su red interna los contenidos que almacenamos. Una herramienta muy útil para almacenar nuestra biblioteca de recursos online.

Una interesante función que nos presenta Diigo es la de crear grupos. Así que pensad en situaciones en las que podemos compartir con el alumnado de una clase una serie de enlaces donde aparecen recursos interesantes, ejercicios de repetición o simplemente fuentes de información, que pueden buscar, catalogar y compartir (e incluso comentar) entre si el propio alumnado con la dirección del docente.

Finalmente tenemos las aplicaciones orientadas a ofimática. En mi caso me he quedado con Pages , Keynote y Numbers como primeras opciones. Personalmente me siento más cómodo con su filosofía de trabajo, y aunque tengan ciertas carencias el trabajo que permite realizarse haciendo uso de iCloud lo compensa en gran medida. Bien es verdad que el uso que doy de una aplicación de “hojas de cálculo” sea más bien escasa por mi parte (por cierto que desde iDidactic, un interesante blog sobre tecnología educativa con especial atención al mundo Mac, tienen una hoja de cálculo basada en Numbers para iPad para ser usa como gestión académica en el aula).

Pero no es menos cierto que existe alguna suites de ofimática pensadas para iPad, en la que resalta Quickoffice Pro , ahora en manos de Google, Documents To Go y Smart Office 2 . Todos ellos a la espera de ver qué y cómo es lo que presenta Microsoft para las tabletas.

Otro de los ‘must-have’ es GoodReader for iPad , una app enfocada a la gestión de archivos en carpetas de forma interna o al acceso a diferentes localizaciones como iCloud, Google Drive, Skydrive, SugarSync, box, etc., servicios WebDAV, acceso a los adjuntos de nuestro correo electrónico, cobertura SMB, acceso vía web y FTP desde y hacia otros equipos, y mucho más. Su precio ha ido creciendo con el tiempo pero vale lo que cuesta.

Con una orientación puramente académica, existen soluciones pensadas únicamente en el docente y su trabajo de gestión. Entre ellas cabe destacar TeacherKit (antes TeacherPal) e iDoceo . Esta última, la que actualmente uso después de haber pasado por la anterior, es una App multi-idioma que tiene casi todo lo necesario para poder llevar al día un grupo, o varios grupos de alumnos. Desde la creación y gestión de cada alumno, con sus anotaciones personales, calificaciones parciales, cálculo de campos para calificaciones totales, la inclusión de campos multimedia, mantenimiento y control de asistencia, manipulación de campos, etc. Destaca su facilidad de uso, las posibilidades de acceder a funciones gracias a un inteligente uso de las posibilidades multitactiles del dispositivo que iDoceo utiliza, inteligentemente, la modificación de campos personalizados, los diferentes modos de valoración académica (numérica, alfanumérica, inglesa…), el cálculo de valores en campos no consecutivos, la exportación de informes en formato PDF, CSV o el envío masivo de emails y más. Y un plus que nadie pasa por alto hoy en día: un gran servicio de atención técnica en nuestro idioma.

En la misma línea existen otros productos como GradeBook Pro , Easy Grade , … pero por ahora, personalmente, me quedo con iDoceo aunque su coste económico sea mayor vale mucho la pena.

Lo único esencial que echo de menos en este tipo de soluciones, y algo que entiendo que es imposible de conseguir hoy en día, es la integración de estas cuestiones con las aplicaciones de gestión que existen en los centros educativos, bien porque las empresas privadas que ofrecen estos servicios no lo tienen todavía en cuenta o bien porque las administraciones (como siempre suele pasar) están a años luz de la integración de tecnología en el entorno educativo, y no hablemos de la tecnología para aprender y enseñar…

En próximas ediciones os hablaré de alguna interesante aplicación para iOS o idea de trabajo que conlleva el uso creativo y educativo de iPads en el aula.

Manel Rives
Docencia y Nuevos Medios Tecnológicos
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Twitter: manelrives