[10 días de verano] El mundo no existiría sin la memoria

el-pasado.JPG«En nuestro cerebro traemos todo el pasado y sin el pasado no podemos saber lo que somos en el presente.

El presente no existe. De alguna forma, aunque sólo sea por las milésimas de segundo que tardamos en procesar una información antes de actuar o de emitir una frase, vivimos siempre en el pasado… o desde el pasado. Estamos en el pasado. (..) Vivimos en el pasado. Lo que entendemos como el presente no es otra cosa más que el pasado.»

Cuando leí estas frases, y la gran mayoría del excelente libro de Eduard Punset -Por qué somos como somos-, me quedé pasmado, anonadado, no daba crédito…

Así que llevamos en nuestros genes todas las tradiciones, usos, costumbres, centenarios, milenarios, de nuestra cultura. Todo aquello que definió a nuestros padres, abuelos, tatarabuelos… todo eso está dentro de nosotros, muchas veces a pesar nuestro. Y otras para mayor gloria, orgullo, de saber que, efectivamente, ellos son inmortales en nosotros.

Y pensé, así que todos los esfuerzos por deconstruir, destruir, renegar, de aquello que nos hace pueblo, comunidad, qué se yo, los toros (tan de moda en estos días), la misa de los domingos, el flamenco, vivir alrededor de la madre, la vida social en la calle,… todo aquello que nos hace ser distintos de los franceses, o de los portugueses, o de los mexicanos o argentinos o puertorriqueños.

Tanto esfuerzo, razonamiento, apasionamiento por construirnos una realidad alternativa, diferente de la de nuestros padres y antepasados, despreciando la herencia cultural, lo único que hace es desorientarnos aún más, eliminando referencias que nos transmiten seguridad, porque se apoyan en lo que nuestra «tribu» lleva haciendo siglos.

No digo que haya que ir a misa, o gustarnos los toros o el flamenco, o vivir siempre en la casa -o a cien metros- de nuestra madre, etc. Sólo digo que tenemos que comprender, que aceptar, que somos lo que heredamos, y que sólo sobre eso podremos construir -seguir construyendo- para los que vengan después.

Y entonces entiendo muchas cosas.

Ilustración: parte de un cartel de Laboral, centro de arte

5 Comments

  1. Anónimo

    Es realmente interesante, porque reconozco que todos vivimos en el pasado, que es fruto de la memoria y un círculo vicioso en el que estamos presos. Lo que no concibo es que tenga que ser así por narices, las personas somos capaces de hacer cosas originales que cambian los puntos de vista anteriores y desafían hasta las bases más arraigadas. Por ejemplo si te das cuenta de que algo que siempre habías hecho de una forma se podía hacer de otra muy distinta, incluso mejor, ese instante de descubrimiento no tiene nada que ver con el pasado ¿no? Pero si, reconozco que toda nuestra forma de pensar y hacer las cosas se ancla en el pasado, que es una forma de acomodarse y sentirse seguros… es muy interesante, gracias por haber compartido esto en faq-mac.

  2. Anónimo

    ahora los toros van a estar en nuestros genes, tócate los cojones!!!
    reléete el libro, que creo que no has entendido demasiado

    de lo que hablas, de que por el hecho de que mis antepasados son españoles e iban a misa yo soy genéticamente diferente a un francés o un neozelandés es racismo y es despreciable, eso no es así y te hablo desde el conocimiento de la materia
    si un español nace en japón no va sentir ningún sentimiento diferente al de un japonés hacia los toros o el flamenco (les gustarán o no, pero no se verá abocado por un determinismo genético)
    se parecerá a su padre y asu abuelo, claro, pero puede ser mas diferente genéticamente a otro español que a un japonés o un africano, no nos confundamos

    la información genética es compartida al 99% con cualquier raza (término mal usado entre los humanos, dónde no hay mas que una raza)o nacionalidad e incluso en un porcentaje muy alto con muchos primates
    la tribu es la especie humana, no depnede de ser español o chino

    no hay nada, repito NADA que nos haga portar una información genética que te haga proclive a los toros o a ser católico, eso es una teoría sencillamente despreciable

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