Brasil rechazó el jueves una propuesta extranjera para comprar y preservar territorio en peligro en el Amazonas y pidió al antiguo Vicepresidente estadounidense, Al Gore, que apoyase un plan de protección de cosecha propia para la selva tropical.
Gore, que se ha convertido en un prominente defensor verde desde que dejó el gobierno, está en Brasil para promocionar la versión en lengua portuguesa de su nuevo libro sobre el cambio climático, “An Inconvenient Truth” (Una verdad inoportuna).
“El antiguo vicepresidente estudiará la propuesta y podría respaldarla”, dijo el Ministro de Medio Ambiente, Marina Silva, en unas declaraciones después de la reunión con Gore en Sao Paulo.
Brasil quiere el respaldo internacional para ayudar a conservar el Amazonas, el bosque tropical que queda más grande del mundo. Los negociadores presentarán el nuevo plan de conservación en una ronda de conversaciones sobre el clima global en Nairobi el próximo mes.
Silva y el Ministro de Exteriores, Celso Amorim, dijeron el jueves que la Amazonia es la herencia del pueblo brasileño y que “no está en venta”.
Sus comentarios, en un artículo firmado en la página de opinión del periódico Folha de S. Paulo, siguieron a un reportaje de hace dos semanas en el diario británico Sunday Telegraph de que el Secretario de Medio Ambiente Británico, David Miliband, estaba promocionando una propuesta para un consorcio global para comprar y vender árboles en el Amazonas.
El reportaje enfadó a los brasileños, que se ven a sí mismos como los propietarios legítimos y los mejores vigilantes de la selva, la mayor parte de la cuál está en su territorio.
“Los individuos bien intencionados preocupados por el recalentamiento global deberían dedicarse a influenciar en sus propios gobiernos,” dijeron los ministros, añadiendo que la mayor parte de gases de invernadero vienen de naciones ricas que queman combustibles fósiles como carbón y petróleo.
Fuente: Reuters
Buena noticia!!!
La Amazonia absorbe una mierda de CO2. El grueso del CO2 lo absorbe (absorbía) el fitoplancton, los arrecifes de coral y los “bichitos marinos con concha”. Pero a las ONG les resulta mucho más productivo enseñar un árbol en un folleto para que sueltes la guita que enseñar un caracolillo porque todos los ecologistas bambi han asimilado el cuento amazónico. Además, usar el caracolillo requiere enseñar primero a la gente la cantidad de carbono que hay en el carbonato cálcico de su concha. Nada, nada, Manué, pon un arbolito.