Un paso acertado en la dirección desconocida

Con el NAB finalizado, y con unos cuantos días para asimilar la gran cantidad de software y hardware presentado por Apple, uno tiende a hacer un poco de análisis.

Mirando al pasado

Y es que ver la dirección de Apple en el mercado del vídeo (y del audio) a uno le da por pensar analogías … de tiempos pasados. Tiempos en que Apple ejercía la dominación total de un nicho de mercado que simplemente se escapo entre los dedos como arena de la playa. Pero seamos un poco mas precisos.

Cuando los ordenadores eran todavía un pesado tocho sin interfaz gráfico, Apple apostó, y apostó fuerte, por un mercado que seguía atado a métodos tan arcaicos que no habían cambiado aparentemente en muchísimos años. La autoedición. El lanzamiento de un ordenador junto con una impresora láser que permitía la composición de textos (y posteriormente de gráficos) de una manera muy sencilla, y sobretodo, muchísimo más rápida que el clásico sistema de los cajistas (letra de plomo, horas de composición, máquinas lentas por culpa del soporte de plomo, problemas de presión …. ) hizo que Apple se apropiara a toda marcha de un mercado emergente del que se hizo amo y señor en años sucesivos.

Para ello, se apoyó en tres pilares de la edición: la edición vectorial (Freehand de Macromedia e Illustrator de Adobe), la edición de mapa de bits (Photoshop de Adobe) y la maquetación de textos (Pagemaker de Adobe primero, QuarkXpress de Quark después).

Y durante un tiempo, las cosas fueron bien.

Sin embargo, el mundo Wintel se fue desarrollando inexorablemente, mejorando sus capacidades de hardware y consiguiendo máquinas mas depuradas, más capaces, y sobretodo, más omnipresentes y comparativamente, más baratas en cuestiones de precio (que no en cuestiones de calidad en demasiados casos). Los usuarios, en general, más preocupados por el precio de sus máquinas que por su rendimiento, se volcaron en la plataforma y con millones de PC´s con Windows instalados, los tres pilares de Apple en el mundo de la autoedición volvieron sus golosos ojos ante tanta máquina instalada. Y comenzaron a publicar versiones para Windows de su software.

Y en el mercado de la autoedición, las cosas empezaron a ir mal para Apple. En un momento tan delicado como el cambio a MacOSX, en el momento en el que millones de maqueros se disponían a migrar a un nuevo sistema, el mundo de la autoedición sufrió un revés tan serio y tan importante del que creo ya no se recuperará la plataforma. Principalmente, y aunque MacOSX en sus principios no resultaba especialmente productivo por su velocidad y unido a ciertas carencias de hardware que entones eran precisas para mover el sistema con soltura, la zancadilla definitiva fué por parte de los tres grandes: en algunos casos, por el retraso considerable de algunos programas (Quark) y en otros, por versiones flojas (siendo muy benévolo) de sus programas vectoriales (Macromedia). Solo Adobe trató de estar más o menos a la altura de las circunstancias con Photoshop e Indesign, pero seamos sinceros, todos ellos resultaban demasiado espesos, ya sea por que MacOSX en aquella época aun necesitaba un buen acelerón, o porque simplemente las versiones de los mismos requerían mucho más trabajo para ofrecer un rendimiento que ni de cerca se podía comparar a las versiones anteriores que funcionaban sobre MacOS.

Desde mi punto de vista, la autoedición ya no está a sentada a la derecha de Jobs. Ha pasado a ser un mercado importante, pero secundario, ya que ha demostrado ser incontrolable al tener que depender de terceros.

De los tropiezos se aprende

Con la mirada en el pasado, Apple ha puesto un pie adelante y se ha adentrado otra vez en el mundo de la autoedición, pero esta vez en un proyecto mucho más ambicioso, el la “gran” autoedición: el audio y el vídeo.

En oleadas sucesivas, Apple ha estudiado el mercado y ha ido planeando una estrategia muy inteligente: sin despertar muchas sospechas, comenzó introduciendo sus primeros programas en el mercado de consumo, adquiriendo software y compañías de terceras partes para guardarse los flancos y desarrollando una gama de productos desde abajo a arriba para conseguir algo muy importante: tener una fuerte presencia en el mercado, dominarlo después gracias a software propio diseñado para hardware propio (ofreciendo una solución completa donde todo el control pertenece a Apple y que favorece al usuario al no tener que sufrir los diferentes retrasos y esperas por parte de los desarrollos entre simples empresas colaboradoras) y por ultimo, ir rellenando los espacios con soluciones intermedias para que nada en el segmento se le pueda escapar.

Si repasamos el mercado del vídeo, vemos, por ejemplo que desde el principio y para el usuario novel tenemos un software de edición muy completo, iMovie. Para el usuario más avanzado, Final Cut Express. Para el usuario profesional, Final Cut Pro y Shake, más las soluciones específicas en hardware y software disponibles a través de desarrollo propio o alianzas de terceras partes (Pixlet, Xsan, Panasonic, etc.). Y para el proceso final, iDVD y DVD Studio Pro.

En el mercado del audio pasa lo mismo: para el usuario neófito está Soundtrack. En el segmento intermedio, recién salido del horno y con muchas posibilidades para el futuro, GarageBand y después, Logic para el usuario profesional. y todo con la integración entre programas propia de Apple, sobre máquinas Apple y en versiones exclusivas para Apple, un valor añadido y nada desdeñable.

Es difícil preveer si al final este asalto tendrá el éxito que se espera en Cupertino, arrastrando a usuarios de todos los niveles a la plataforma para trabajar o simplemente, disfrutar, pero algo está claro: en esta guerra no se ha dejado nada al azar, y si se triunfa, será por los méritos propios y por el trabajo conjunto de todas las divisiones sin dejar margen a veleidades de terceros que en el pasado han hecho tanto daño a los nichos de mercado hasta ahora preferenciales de Apple.

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Anónimo
Anónimo
20 years ago

Hay articulos de diversas fuentes en las cuales se ve como el mercado cinematografico antes copado por SGI ahora lo domina Apple. 🙂

Se acercan buenos tiempos.

http://www.aviadordro.com

Anónimo
Anónimo
20 years ago

Creía que el orden del soft de audio era por dificultad GarageBand->SoundTrack->Logic. Pero, me equivocaba?

Anónimo
Anónimo
20 years ago

Jejejeje, no Marius, creo que ha sido un despiste del articulista 😛

Anónimo
Anónimo
20 years ago

No, realmente no lo es … Soundtrack es mucho más sencillo de manejar que Garageband, ya que por defecto, es simplemente arrastrar y soltar muestras musicales. En Garageband además tienes la opción de poder grabar tu propia música, lo cual requiere unos conocimientos añadidos que no todo el mundo posee … con lo cual, el dominio o simple control del programa, se acrecienta.

Anónimo
Anónimo
20 years ago

pero sí es cirto que Soundtrack va dirigido a un sector más “pro” que GarageBand

Anónimo
Anónimo
20 years ago

Un buen análisis, y creo que certero en su dirección.

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