Un reciente artículo de MacUser da unas pistas muy interesantes acerca de la calidad de nuestras contraseñas y sobre todo, de lo fácilmente que las damos sin darnos cuenta.
Una encuesta realizada por Infosecurity Europe 2003 ha encontrado que el 90% de las personas preguntadas en la Estación de Waterloo (una de las más conocidas de Londes) ofrecieron su contraseña (cualquiera que fuera), prácticamente por un bolígrafo.
La encuesta revela que la contraseña de la red de su compañía no tiene ningún valor para los trabajadores de la misma. El 75% de los encuestados inmediatamente contestaron ofreciendo la contraseña, y otro 15% restante la revelaron después de dos preguntas más.
¿Y cuáles son esas dos preguntas posteriores? Simplemente preguntar en que categoría cae la contraseña: la pregunta de cual es tu nombre, o marca de tu coche suelen ser bastante acertadas.
Uno de los entrevistados dijo: “Soy el CEO de la compañía. No te daré mi contraseña. Podría comprometer la información de la misma”, pero admitió que caía en la categoría del nombre de la hija. Al preguntarle inmediatamente por el nombre de la hija, dijo “Tasmin”.
Este tipo de agujero de seguridad no es nuevo en el mundo informático: de hecho es el procedimiento primario que usan muchos criminales.
Uno de las contraseñas más populares es “password” (como suena), con un 12% de las contraseñas encuestadas. Dos tercios de los usuarios usan la misma contraseña para todo tipo de elementos informáticos, incluidas las cuentas bancarias o los ordenadores usados en casa.
Fuente: MacUser.