¿Te cuento algo personal? Había olvidado lo mucho que me influyó Sidney Poitier en mi infancia. No porque quisiera ser actor, o quisiera ser negro… era su presencia, su mirada, su aplomo, su intensidad.
Ahora puede parecer ridículo, con tantos actores multirraciales hiper-conocidos y super-publicitados. Pero en mi infancia (lo confieso, los primeros televisores que hubo en mi casa eran en blanco y negro) la presencia de un actor no blanco era una anomalía.
Claro, ahora ya no ponen películas de Sidney Poitier. Tal vez porque no interesa, o -como él mismo dice en el documental- la propia cultura actual le considere un tio Sam, poco reivindicativo o muy sometido a una industria dominada por el opresor hombre blanco.
Pero te aseguro que cuando yo era pequeño que una mujer rubia y de familia bien llevara a su novio a cenar con sus padres y éste fuera negro era absolutamente transgresor. O que un hombre negro le devolviera la bofetada al que le acababa de golpear, con la misma violencia con que la recibió te aseguro que lo viví como un triunfo de los derechos humanos. No había derecho -como sigue sin haberlo, al maltrato y al sometimiento. En realidad, lo más magistral de la escena me parece la cara del blanco que recibe la bofetada, repentinamente en su lugar y aceptando su correctivo sin un atisbo de rebelión.
De verdad, lo que hizo Sidney Poitier en la pantalla eran cosas completamente nuevas, nunca vistas. Y que hoy siguen siendo tan radicales como el primer día que se estrenaron, porque seguimos luchando contra los estereotipos, la supremacía, la cancelación, la violencia… Ya ves, setenta años después tampoco hemos avanzado tanto. En muchos casos creo que estamos retrocediendo.
Así que ya lo sabes, yo quería ser Sidney Poitier. Quería tener fuego en la mirada, quería estar seguro de lo que sabía y lo que merecía, quería poder escuchar argumentos sin perder la calma y responder exactamente, usando las palabras precisas, para convencer al otro. Quería ser una persona segura de si misma y con “presencia”, que cuando entrara en una habitación todo el mundo fuera consciente de que había entrado alguien importante.
Sé que no te interesa, pero algunas de todas esas cosas las he conseguido, otras psé psé y la mayoría no me acerco ni al polvo que se desprendiera de los zapatos de Sidney Poitier.
Si quieres entender mejor de lo que hablo, te recomiendo que veas el documental sobre Sidney Poitier que tienes en Apple TV+. Una persona verdaderamente notable, de las que merece la pena conocer.
No sólo es una recopilación de su trayectoria y testimonios de personas que le conocieron. Le tienes a él en primera persona contando cómo vivió las cosas y qué le motivaba. Y con tres segundos de verle mirar a la cámara ya te das cuenta de que cuando hablaba no podías no escuchar.
Así que gracias a Apple TV+ por devolverme uno de mis ídolos olvidados de mi juventud.
Muy recomendable. Mucho. De verdad.
