Esto es bastante importante por dos motivos: para empezar, los drivers propios de las empresas fabricantes de estos dispositivos no son actualizados con frecuencia y tal como he comentado en los últimos artículos sobre este tema, el problema puede ser bastante incómodo para los usuarios sino grave: no solo ha hecho la actualización con los problemas que tiene dar un paso atrás, sino que además sus periféricos no funcionan bajo el nuevo sistema justo cuando los va a necesitar.
Sobre este problema se añade, digamos, una suposición: que las empresas se retrasen o simplemente no quieran[note]pero no lo anuncien[/note] actualizar esos drivers para evidentemente, forzar una actualización de dispositivos totalmente funcionales por parte del usuario[note]Cosa que ocurre con, desgraciadamente, demasiada frecuencia dentro del mundo de las impresoras[/note].
Llegados a este punto, si tu trabajo depende de forma crítica de uno de estos dispositivos o de, en general, dispositivos que utilizan drivers personalizados como tarjetas de sonido externas[note]Otro mercado en el que los fabricantes suelen hacerse, y nunca mejor dicho «los orejas»[/note], debes comprobar con antelación si los drivers actuales son a 32 bits y solicitar al desarrollador información sobre si se va a actualizar el software a 64 bits y te vas a ver atado a macOS 10.13 High Sierra.
Seguramente te responderán con un texto de plantilla, pero al menos tendrás información de primera mano sobe el asunto. Y recuerda, primero espera a los drivers críticos y luego actualiza el sistema… y aun así, tocará rezar.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.