Lo que es un hecho es que el iPad no lo está haciendo muy bien. Y el problema no es cómo solucionarlo partiendo de la base que tenemos, porque no es un buen punto de partida. iOS, tan pulido en en su versión 8, con sus problemas y virtudes, es un sistema operativo que se creo pensando en un teléfono y el iPad simplemente no es un teléfono, aunque comparta una pantalla táctil. Es otra cosa, y si realmente Apple quiere que se convierta en un dispositivo de productividad realmente tiene que dedicarle los esfuerzos necesarios para darle el tratamiento que merece y crear para el un sistema operativo, no quizás nuevo, pero sí adaptado a la realidad del uso que se le quiere dar al iPad.
La comparación entre las unidades vendidas del primer trimestre del 2015 y el primer trimestre de 2014 arroja estas cifras:
iPhone +46%
iPad -18%
Mac +14%
De nuevo, y citando tres párrafos que escribí cuando Apple lanzó el MacBook, los problema de iPad llegan desde la forma en la que usamos el dispositivo y especialmente, en la percepción que tenemos de tablet de Apple. Y la percepción no llega específicamente de un selecto grupo de usuarios tecnoadictos que solo se mueven en un limitado estrato,sino de la gran masa general de usuarios cuyo nivel técnico es, generalmente, muy limitado y requieren que se les simplifiquen las cosas a la hora de que el dispositivo sea productivo. Porque de eso se trata. Crear un enlace productivo que consiga un nivel de dependencia del iPad que simplemente no se ha establecido. Nadie dice “No sin mi iPad”. Se queda en la mesa del salón, o se usa para consumir información. Pero no para trabajar.
El problema del iPad, y es quizás “el gran problema”, es que para el usuario del dispositivo resulta complicado utilizarlo para generar información. Es muy cómodo para consumir contenido pero crearlo es otro cantar. Hay dos razones para ello: la integración del teclado y la gestión de archivos.
Teclear en un iPad puede ser cómodo o menos cómodo, pero el problema principal de la integración del teclado es que al utilizarlo perdemos un gran porcentaje de la pantalla. Si te has sentado a escribir (de verdad) en un iPad, te habrás dado cuenta que para obtener una vista general de lo que estás escribiendo y realizar las correspondientes ediciones de fallos y cambios hace falta mucho trabajo, mucho más que con un ordenador tradicional ya que en sí es poco flexible. Cuando, entonces, tienes un porcentaje reducido de la pantalla para trabajar ya que gran parte del mismo la ocupa el teclado y la edición de textos y modificaciones al documento llevan más tiempo del habitual al final abandonas, utilizas el iPad para el consumo de contenido y eso implica que no vas a necesitar cambiar el dispositivo con mayor frecuencia porque necesitas más potencia para poder abordar una mayor carga de trabajo. Simplemente la cantidad de tiempo (comparativa) que se pierde en ese trabajo acaba desplazando al iPad como herramienta productiva salvo que tengas mucha voluntad y tiempo para utilizarla.
El segundo problema del iPad es la forma en la que tiene a ahora de tratar los archivos. Para trabajar con archivos con un iPad tienes que cambiar totalmente el paradigma que has aprendido con los sistemas operativos de escritorio, orientados al documento y no a la aplicación como ocurre con el iPad. Además, el mover documentos entre aplicaciones o sistema de almacenamiento, herencia del sandboxing como medida de seguridad, es una tarea pesada e incómoda y al final no puedes reorganizar todos los documentos de un proyecto en una sola carpeta sino que están salpicados aquí y allá entre aplicaciones.
Para solucionar este problema Apple incluyó en iOS 8 las extensiones como forma de transferir información entre aplicaciones: el problema es que esta forma de transferir información no es intuitiva como tal, mucha gente desconoce que puede hacerlo y en ocasiones no queda claro el proceso, por no hablar de que muchos desarrolladores no han aprovechado las características de las extensiones y el usuario se ve forzado a recordar cada pequeña idiosincrasia de las aplicaciones que ha comprado.
Sin embargo, estos cambios, por profundos que sean, no acaban de funcionar. El usuario común, que no tiene conocimientos ni tan siquiera “medios” sobre tecnología desconoce que esas opciones están ahí, le cuesta acceder a ellas y acaba teniendo ataques de ansiedad por lo que le cuesta hacer las cosas. Y por eso no renueva el iPad o no se compra otro tablet.
Si en Apple quieren que el iPad triunfe, tienen que conseguir que la creación de contenidos sea fácil y mientras el iPhone puede estar perfectamente orientado a la aplicación, en el iPad es necesario orientarlo todo al documento. Y mientras no se oriente el dispositivo al documento, el iPad no va a despegar de verdad.
Completamente de acuerdo contigo.
Soy de Mac de toda la vida (desde 1985), aunque por motivos de trabajo también he sido de Windows de toda la vida (y antes de MSDOS).
Actualmente tengo un iMac de 27″ con 16GB de RAM y Fusion Drive de 3TB y es lo que uso para hacer “mis cosas” y cuando salgo a la calle con el iPhone 6+ (y antes con cualquier otro iPhone que he tenido) me “apaño” perfectamente para llamadas, mensajería, correo, video llamada, etc.
Todo el mundo que me conoce me pregunta por qué yo, que me gusta estar a la “última”, no tengo un iPad, y mi respuesta siempre es la misma: no veo la necesidad que tengo. No lo veo para mi. Será para otro tipo de usuario.
Todo lo anterior viene a cuento de lo que has dicho sobre que el iPad se debe revolucionar y orientarlo al documento. Entonces, tal vez, sí sea también para mi.
Yo no creo que el común de la gente tenga ni la necesidad ni el prurito de crear contenidos. Lo que sí creo es que para el usuario común la pérdida de skeumorfismo fue un atraso y ha vuelto al iPad más difícil de utulizar para ese gran püblico poco versado o incluso iletrado en lo informático que veía en el iPad un “ordenador” intuitivo y agradable de usar y difícil de “estropear”.
El iPad debería de haber seguido por la vía de ser un equipo sencillo con el que hacer cosas sencillas de un modo cada vez más asequible, de modo que aquella abuela cuyo nieto decía que a raíz de la llegada de iOS 7 “ya no sabía utilizar su iPad”, no sólo hubiera seguido sabiendo utilizarlo, sino que además hubiera aprendido a trasegar fotos y músicas, a chatear, a hacer videoconferencias, a comprar online, etc… no documentos de Word o Excel, para los que siempre hay dispositivos más adecuados o accesorios como los teclados Bluetooth.
Para más Inri, en esta Apple de la forma sobre la función, cada vez que se añade una función nueva, empiezan a funcionar peor dos de las que ya existían y funcionaban bien. Afortunadamente en el artículo no pides lo que canta últimamente el coro de los eunucos: multiusuariio y ventana partida, porque era lo que faltaba para terminar de joder un aparato que ha ido a menos, no sólo en tamaño y peso, sino también en usabilidad del sistema operativo, y me hace patalear de rabia cada vez que se lo leo a algún piernas que lo ha trasteado un rato en una tienda. Yo llevo casi 5 años usando iPads y conservo 4 de los 7 que han pasado por mis manos, así que creo que sé de qué hablo.
El skeumorfismo exagerado es inútil y hasta feo, pero su completa eliminación lo hace más complicado de usar. Es una de las cosas que más odio, no saber si algo es un texto, un botón o un menú, ¡coño, si es que parece Windows! Pero claro, es lo que pasa cuando dejas a un diseñador hacer el trabajo de un ingeniero, te sale un exprimidor Stark: muy bonito pero completamente inútil.
Coincido y quizas “El epicentro del cambio” en la WWDC2015 tenga que ver con esto.
Yo si quiero crear contenidos, uso el ordenador, que es cojonudo para eso. No veo por qué el iPad va a tener que convertirse en un ordenador, cuando hace muy bien lo que hace. En eso estoy con Yules.
Si la solución estuviera en convertir al iPad en un cacharro productivo, no habría nadie que no tuviera una Surface (la que se lleva todos los elogios de los frikis, y que luego compran… Pues los frikis y algún profesional concreto), y no parece ser el caso. Cada uno está tirando de sus gustos y necesidades para elaborar teorías sobre lo que el iPad necesita, aunque esas necesidades no suelen ser las de la mayoría de la gente.
El Mac no ha superado en ventas al iPad, da más beneficios y crece un poco, pero se siguen vendiendo más iPads, aunque su tendencia sea a la baja. Pero es que la gente los estira, porque funcionan bien y no hay necesidad de renovarlos constantemente. De hecho, con los iPhone tampoco la hay, pero el teléfono cuenta con algo distinto: las operadoras que lo ofrecen con descuentos y/o la posibilidad de que te parezca que te sale más barato (no suele ser así, lo pagas cada vez en tu cara tarifa) y a cómodos plazos. El iPad no cuenta con esto.
En fin, como el objetivo de Apple (y toda empresa) es ganar pasta, cada vez más pasta, pues buscarán una “solución” y ya veremos qué pasa. Pero para mi el cacharro es cojonudo como es, y quizá por eso la gente no lo esté renovando cada dos por tres.
Cuando en el iOS 9 bloqueen los iPad 2, 3 y 4 … y tengamos que comprar un nuevo iPad ya veréis como vuelven a venderlos como churros, mientras tanto a aguantar 😉
Trabajo en una empresa grande donde usamos Windows.
Algunas veces uso mi iPad para el trabajo. Y la verdad es que lo prefiero al ordenador corporativo. Mientras el PC se arranca con el iPad ya he leído y contestado varios correos. Y lo que más me sorprende es que mientras el PC se conecta a la Wifi el iPad se ha conectado a esa misma Wifi y me ha dado tiempo a hacer muchas cosas.
Para trabajar prefiero el iPad al PC muchas, pero que muchas veces. El problema es que hay ciertas aplicaciones corporativas que están hechas para Windows (por el aspecto que tienen creo que para Windows 3.1) o webs que sólo funcionan en Internet Explorer. Mis problemas para trabajar con el iPad son limitaciones propias de los sistemas de mi empresa, más allá de tipo de equipo o de sistema operativo.
El cambio que veo que sería importante para mi es otro: el otro día estaba en una situación que posiblemente tendría que recomendar la compra de un equipo nuevo en una familia con pocos conocimientos de informática y versados en el consumo de datos y no en la producción (uso doméstico sencillo). Hubiese recomendado un iPad por delante de un nuevo Mac si no fuese porque el iPad no soporta distintos usuarios, creo que eso es fundamental. Finalmente, el Mac anterior volvió a funcionar y no fué necesario cambiar de equipo.
El iPad, al menos en mi casa y en la de otras personas que sé que lo tienen es una interfaz de consumo de contenidos para hacer los mismo que en el ordenador pero en el sofá, con un encendido más rápido y sin tener que desplazarte al cuarto oscuro o a la mesa aislada del PC. Mi mujer, por ejemplo, lo usa también para gestionar sus perfiles en las redes sociales para sus blogs, pero no escribe un post en el iPad ni loca.
De los padres ni hablamos, el iPad es una TV a la carta.
A nivel profesional, entiendo que el iPad tiene más sentido como interfaz de entrada de datos que de creación de contenidos. La gente más profesional, en un ordenador se mueve rápidamente entre ventanas, utiliza atajos de teclado (benditos atajos) y la distancia del teclado al ratón es mínima y un acto reflejo. En un iPad tienes que acceder demasiado a menudo al botón home para poder desplazarte entre aplicaciones.
No considero, por otra parte, que esto deba ser de otra manera. Simplemente el iPad es para lo que es y a muchísima gente le valdría sin necesitar un PC.
Otra cuestión importante que se comenta en el artículo es la durabilidad del producto, lo que hace que mucha gente, para consumir datos, esté perfectamente feliz con su dispositivo “viejo” (hasta que, como dice cybermode, saquen iOS9). La pregunta es si realmente eso es un fracaso o un éxito.
Creo que el iPad es eso y nunca ha sido otra cosa, evidentemente eso afecta a su crecimiento, y además, el iPhone 6 Plus, creo sinceramente que ha influido negativamente, sobre todo respecto al iPad Mini que, sobre todo en la última iteración, no ha evolucionado gran cosa.
Posiblemente (y esto es pura conjetura), una de las cosas que relancen el iPad, sea la entrada real de HomeKit en los hogares y las oficinas, aunque sólo sea como interfaz de gestión domótica. Por que el iPad es para casa o para la oficina, es su ecosistema más lógico.
Creo que tiene más que ver todo como dice alguno de los comentarios, con la durabilidad y el ciclo de renovación de las tabletas. Cuando tienes un iPad “majo” (incluso el de tercera generación tira bien) ya hay muchas cosas que haces que no te “motivan” a la compra de uno nuevo. La gente que quería un iPad, ya lo ha comprado, y sólo lo renueva cada 3/4 años. El mercado de las tabletas entra en fase de madurez, y entonces (como los ordenadores), se entran en ciclos en los que no hay mucho movimiento.
Aparte el iPhone 6/6plus canibaliza claramente la gama iPad. A Apple le da igual eso, y sabe que está pasando. Pero en los iPhone tiene también mucho margen y para ellos “no problem”.
De momento el único producto que tiene sensación de ser algo más que un tablet es el Surface Pro, y es una categoría de producto que no convence del todo a los pros, aunque les llama mucho (a mí también; pero cambiarse de ecosistema a estas alturas…). En todos los demás casos la percepción es que si creas cosas, en el ordenador estás mejor. Pero bueno, Apple vende bastantes Macs.
Que vamos, es sólo una categoría de producto la que va “mal” (relativamente). Canibalizada por otras que van muy bien y excelentemente. O sea que preocupaciones, las justas tendrá Apple (que se parten la caja de la risa más bien cuando oyen que el iPad no vende).
Creo que no has entendido las cifras: no es que no se vendan iPads, que se venden muchos, es que las ventas bajan un 12% cuando lo que esperan es que suban… y eso sí es un problema y gordo. Y no es que se lo digan a Apple, es Apple la que lo dice, son sus cifras oficiales.
A mi me da que pretender usar un dispositivo cómo el iPad para crear contenidos viene a ser cómo querer usar un Twizy para trasladar un piano.
Cada uno es para lo que es y se desempeña perfectamente en aquello para lo que ha sido diseñado.
Si lo que se desea es trasladar un piano, una furgoneta es la herramienta
Si lo que se desea es crear contenidos, el Macbook Air es la herramienta.
Alberto, en mi tierra el mejor vehiculo para trasladar las alpacas de heno siempre ha sido un Renault 4L y no un tractor con remolque (y lo digo de verdad)… sera porque somos muy de desayunar pan regado con orujo y vino.
A mi la verdad me cuesta mucho hacer tareas que incluyen diversas apps, no sé los ipads nuevos, pero con mi iPad mini, si estoy viendo un artículo en Safari y “salto” un momento a otra año, cuando vuelvo, safari tiene que volver a cargar l página.. Y así con todas las apps, no entiendo porque lleva tan poca RAM!! Es un rollo saltar entre apps. Y el hecho de seleccionar texto de una web yoduro sitio también está muy mal implementado. Siento muchas limitaciones que me impiden trabajar a gusto con el iPad.
Y salto un momento a otra APP*
PD: Dónde esta la opción de editar en la nueva web de Faq-mac?
Y no solo al cambiar de aplicación, también al cambiar de pestaña. Yo ya he renunciado a hacer cosas ‘complejas’ como esas en mi iPad, afortunadamente el iPhone 4 con iOS 7 todavía sigue capaz de cambiar de pestañas sin tener que recargar una y otra vez.
Quizás un iPad (a secas) para el consumo de contenido como hasta ahora y un iPad Pro (con una versión de OSX) para los entornos más productivos. Y con teclado.
Es que tratar de ser productivo con un táblet es como tratar de hacer una mudanza con un deportivo, y lo que tü pides es un deportivo con un remolque, que no es ni un deportivo ni una furgoneta porque carece de la agilidad de uno y de la capacidad de carga de la otra.