El legado de Spock

Leonard Nimoy falleció ayer a los 83 años y prensa y redes sociales se han hecho eco de la noticia “hasta hartarnos” llenando artículos de datos de la Wikipedia y hablando de Star Trek en muchos casos, sin haber visto más que dos películas y poco más. Pero Leonard Nimoy, con una carrera llena de altibajos, gracias a Spock, deja un legado tras de si.

Spock no es un personaje creado por Leonard Nimoy sino por Gene Roddenberry. Creador de la saga Star Trek y un hombre sumamente inteligente, antes de dedicarse a la televisión estudió para policía, se interesó por la ingeniería aeronáutica y obtuvo una licencia de piloto. Esa licencia le llevó a alistarse en el cuerpo de aviación del ejército de los Estados Unidos y fue piloto durante la Segunda Guerra Mundial donde participó en 89 misiones de combate recibió las condecoraciones Distinguished Flying Cross y Air Medal. Durante la Segunda Guerra Mundial inicio su carrera como escritor publicando pequeños relatos y ya terminada la guerra, y tras descubrir la televisión, vio una oportunidad en este medio para los guionistas y dejó atrás su carrera de piloto para hacerse un hueco en este incipiente aún nicho. Como la televisión estaba todavía en desarrollo, Roddenberry alternó este trabajo con el de policía en la ciudad de Los Ángeles.

Roddenberry fue el padre de Star Trek a mediados de los años 60 y de hecho, Spock es un personaje de segundo plato. Originalmente Roddenberry pensaba poner en el puesto de primer oficial a una mujer, pero la NBC (y en general, la sociedad de entonces) no admitieron o hubieran admitido un personaje de género femenino en un puesto de relevancia dentro de una tripulación de una nave estelar, así que la sustituyó por un personaje aún más perturbador. Le costó mucho introducir a Spock, porque esas cejas y sobre todo, las orejas puntiagudas, representaban para muchos ejecutivos algo satánico en un país donde la religión católica era (y sigue siendo) una fuerza de facto.

Gene era un señor muy listo y después de haber escrito muchos guiones para televisión, buscó una fórmula en Star Trek que le permitiera hablar de temas tabú arropándolos bajo la ciencia ficción, un género que entonces era “para niños” y que los censores de la época no se tomaban excesivamente en serio.

Así, en lugar de tratar de crear unos personajes psicológicamente complejos que interactuaban dejando la historia casi en segundo plano (un recurso muy habitual en las series modernas), Roddenberry creo una tripulación impensable para aquella época donde cada tripulante representaba una cualidad básica y cuando no podían representarla como tal por sus papeles “menos frecuentes” (me resisto a llamarlos secundarios), colocó a tripulantes políticamente incómodos. Porque Star Trek, que ahora nos parece una serie “campy”, entonces fue políticamente incorrecta, muy perturbadora y bordeaba con mucha frecuencia el escándalo, escupiendo en la cara a los guardianes de la moral establecida.

En Star Trek en lugar de buscar una compleja interrelación entre personajes (algo que fue creciendo con las tres temporadas de la serie original) Roddenberry planteaba historias fascinantes sobre temas políticos y sociales de entonces donde cada tripulante añadía para solucionarlos algo de su propia cosecha. Si recuperas la serie original verás que a pesar de que técnicamente no ha resistido muy bien el tiempo, sus historias siguen siendo tan vibrantes como las de las series de éxito actuales.

Roddenberry creo atractivos personajes basados en el valor (el Capitán Kirk), el humanismo (el doctor McCoy), la abnegación y el trabajo (el Teniente Scotty) y al respecto  de los personajes “menos frecuentes” colocó en el puente de mando a una mujer negra y oficial (la teniente Uhura), a un comunista (el alférez Chekov, ruso, en plena guerra fría) y a un japonés (recuerda que la guerra había terminado hacía solo 20 años) al mando del timón del Enterprise con el Teniente Sulu. Toda una tripulación interracial que trabajaba junta más allá de la política, la moral y de los prejuicios de entonces. ¡Ey!, aquello era un escándalo. Y de los gordos.

El Legado de Spock

Hemos dejado a Spock para el final por motivos obvios. Pero… ¿qué aportó el personaje de Roddenberry a la serie y cómo Nimoy fue capaz de entender, mejorar y afilar el concepto de Spock?.

La lógica. La aplastante, cruda y molesta lógica que se enfrentaba a los impulsos viscerales de Kirk, al humanismo de MacCoy y en ocasiones, al “simplemente no llego” de Scotty. Esa lógica era además un insulto sobre el insulto a todas aquellas mentes bienpensantes de la época porque un señor con pinta satánica y extraterrestre era muchas veces la voz de la cordura cuando la tripulación tomaba decisiones con el corazón y no con la cabeza.

Spock fue, para muchos televidentes, el descubrimiento de que la reflexión y la lógica no eran materias de la carrera de Filosofía sino que podían ser (es más, debían ser) parte de nuestra vida como una herramienta para tomar decisiones, para el análisis de problemas, para, en resumidas cuentas, hacer una aproximación muy diferente a las propias circunstancias de la vida. La lógica vulcaniana, además, estaba pensada para dotar a aquellos que la seguían de una herramienta poderosa para evitar la propia autodestrucción.

Desde entonces, muchos televidentes aficionados a la serie se preguntaron ante un problema en su vida ¿Qué haría Spock? haciendo un llamamiento al personaje en su interior, pero realmente poniendo en práctica la lógica que demostraba en cada episodio, a veces de una forma dura y compleja de asumir, se utilizaba como una herramienta más para solucionar problemas y abordar conflictos.

Si queréis recordar a Nimoy y a su personaje más icónico, hacedlo por la lógica. Es más, pensad en ella y cómo ha afectado a varias generaciones de personas que descubrieron una serie de ciencia ficción en la que en lugar de moralinas se abordaban problemas que hoy todavía no hemos podido solucionar. No ha habido un personaje como Spock desde entonces con ese punto de referencia más allá de la moral y la religión, y dudo mucho que en alguna serie puedan construir alguno sin que sea inmediatamente comparado. Y posiblemente, perdiendo.

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Carola Clavo
Carola Clavo
9 years ago

No vi la serie, era demasiado joven quizá, pero sí probablemente todas las películas. ¡Bonito homenaje!

wenmusic
9 years ago

Muy buena entrada, muy interesante. Cuando era pequeño me aburría bastante Star Trek, seguramente se valore más con cierta madurez. Tal vez le deba dar una oportunidad a la serie original. Al fin y al cabo, son solo 3 temporadas creo, y me gusta la ciencia ficción. En cualquier caso, me interesa más tras leer este post.

Alquimista
Alquimista
9 years ago

Al César lo que es del César. 100% de acuerdo contigo.

abelvill
abelvill
9 years ago

Plas, plas, plas. El mejor articulo que he leído estos días.
Como se nota que eres un Treki de pro 😉
Como bien dices muchos intentamos utilizar la lógica vulcana en nuestra vida diaria, aunque estamos rodeados de gente que no utiliza la lógica.

mifuca
mifuca
9 years ago

bonito y “logico” homenaje a nuestro Vulcano favorito. He visto la serie original (la tengo en VHS) y como bien dices, en lo tecnológico no aguanta el paso del tiempo, pero se adelanto a su tiempo en muchos aspectos de la vida cotidiana, no solo en la técnica. Vale la pena recuperarla, aunque sea para homenajear a Spock.

Santiago
Santiago
9 years ago

Como curiosidad, el reloj Deep Space Tourbillon se creó a partir de la nave de Deep Space 9.

[img]http://i.imgur.com/c2PXgY4.jpg[/img]

Si quieres más información, aquí: http://ow.ly/JP6zB

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