No creo exagerar mucho si afirmo que el próximo 9 de Septiembre se inaugura la era Cook. Llevamos unos años de transición desde la muerte del añorado Jobs, en la que el Director general de Apple lleva presionando de forma continuada y creciente para preparar la Apple de los próximos 25 años.
El momento ha llegado.
Ya llevan los medios calentando las orejas del personal insistiendo en que hay muchos usuarios esperando a cambiar de iPhone o a iPhone, y que si sacan uno con pantalla más grande las riadas de gente huyendo de Android van a superar incluso a las aglomeraciones de las rebajas de Navidad.
Sin embargo, en el sprint de los últimos metros por arañar visitas, se han incorporado un montón de nuevos datos que ya parecían olvidados: la posibilidad de que Apple inaugure sus compras sin contacto, incluyendo un chip NFC, y aliándose nada menos que con American Express, Visa y Mastercard.
Además hay que añadir, claro, los productos que se meten en el lote: nuevos iPads, nuevos MacBooks, nuevo Apple TV… ya puestos, que renueven todo a la vez, y que hagan una keynote de doce horas.
Por si todo esto fuera poco, se añaden las iniciativas anunciadas y aún no implementadas, como HomeKit (para conectar dispositivos en el hogar), CarPlay (para conectarse en el coche), y HealthKit (para recoger datos biomédicos de los usuarios). Si miramos lo que significa esto, quiere decir que podríamos tener Apple en todas partes, en prácticamente todos los dispositivos que nos rodean y que recojan o puedan ofrecer datos.
Y luego está, claro, el iWatch. Por si la gente no estaba ya suficientemente excitada, la rumorología ha comenzado a afirmar que Apple presentará (anunciará) en el mismo evento lo que se ha dado en llamar, por aquello de usar una nomenclatura común, el iWatch.
Desde mi punto de vista, el iWatch es un reloj en el mismo sentido en que el iPhone es un teléfono. El iPhone puede hacer llamadas, claro, pero es mucho más que un teléfono. El iWatch (o el iBand, o como se llame) mostrará la hora, pero hará mucho más que eso. Además, para recoger datos biomédicos tiene que estar firmemente sujeto a donde sea, para que la recogida de datos sea fiable.
Pero el colmo para esta presentación, para la que falta una semana, es que se revele que Apple -presuntamente- está construyendo un edificio para poder hacer las demostraciones de las cosas que presentará en el edificio Flint, que además es el que mayor aforo tiene de todos los que rodean Cupertino. Como guinda, es en el Flint Center para las Artes Interpretativas donde Apple presentó el Macintosh hace treinta años. ¿Hace falta una ubicación más icónica para resaltar lo importante de la presentación del próximo día 9?
Pero todos nos hemos curtido ya en presentaciones de Apple. Sabemos que van a venir por miles los no-usuarios a decir que eso ya lo tiene esta o la otra empresa, que no es novedad, que está a medio cocinar, y -por supuesto- que es carísimo y que sólo lo van a comprar los fanáticos -estúpidos- de Apple.
Lo sabemos, y contamos con ello. Pero eso no quiere decir que lo que Apple tiene en juego no sea un órdago a la grande. Apple se juega muchas cosas, y Tim Cook sobre todo. Por eso no están escatimando medios -al estilo Apple, hace falta un edificio para demostrar algo? pues lo financiamos para que esté construido a tiempo.
Si los precios son exagerados, los productos decepcionan -aunque sea por omisión- o van a salir tarde al mercado, la imagen de Apple sufrirá notablemente, aunque una vez a la venta todo el mundo se olvide y lo compren como si hubieran inventado el azúcar.
El caso es que lo que viene es grande. Sí. Es importante. Sí. Es de lo que se va a hablar -en Apple y fuera de Apple- el resto de la década -también. Pero Apple es una empresa, presenta sus productos y espera venderlos. Y no hay mucho más que añadir. Todo lo que nos entusiasme o decepcione, no será culpa de Apple, sino nuestra, que proyectamos sobre ella (como sobre tantas otras cosas) lo que nos gustaría que fueran, no lo que son realmente.
Así que, presenten lo que presenten, y aún sabiendo que pueden haber cambiado las reglas de nuevo, apliquemos la máxima inglesa de la Segunda Guerra Mundial: Keep Calm and Carry On. Que al día siguiente será un miércoles como cualquier otro.
Y esto es un artículo de calidad. Madre mía lo que cuesta poder salir de copia de artículo, tras copia de artículo, tras rumor, tras noticia mal traducida de un medio americano. Mi enhorabuena al autor, de verdad, porque así da gusto.
Afortunadamente no he de renovar mi teléfono móvil, por lo que veré la keynote como creo que mejor se disfrutan las cosas: sin expectativas. Aunque es difícil debido a la presión mediática que “exige” que todos sus rumores se vean confirmados –aun los más peregrinos– y a lo malacostumbrados que nos tiene Apple con sus “one more things” –omt, omg!
Donde sí tengo expectativas es en el chat paralelo al evento. Así que,
[b]Calentando el chat, parte II[/b]:
[i]HomeKit, HealthKit… ¿CarPlay?[/i] Esto último me suena muy “Google”. Creo que ha sido una oportunidad perdida llamarle [i]CarKitt[/i] –te necesito–, para que junto con el [i]iBand[/i] puedas conectarte con tu fantástico coche y la gente diga: “[i]¡Mira, por iBand Kitt y Nike Rider[/i]!”
(Lo de [i]Nike[/i] va porque, como decimos en Andalucía, el David iba «[i]descalzo[/i]»)
No participo generalmente en este foro, pero me he conectado sólo para felicitar por esta serie de artículos.
GRACIAS, por salir del sensacionalismo habitual y por aportar unos artículos hechos a conciencia y que da gusto leer.
Estoy de acuerdo conque termino la transición. Y sumando lo sucedido en la WWDC, yo diría que la era Tim podría hasta ser mas interesante, en lo que a productos se refiere, que la era Jobs. Obviamente con menos magia y carisma.
La era Jobs fue la de los productos revolucionarios. Árboles en los puntos clave.
La era Cook es la de la Matrix que los conecta todos. Raices que cubren el terreno y permiten nuevos brotes.