Tim Cook: la empresa que hereda

AllthingsD 1Ayer Apple (la empresa, no la «sociedad unipersonal» que eran las presentaciones de Steve Jobs) presentó las novedades en gran parte de sus dispositivos móviles (dejó fuera el iPad, que le toca en enero) a través de una orquesta y coro reunida en el coqueto salón de actos de la empresa en Cupertino. El salón de actos, evidentemente, refleja la época en que Apple era una empresa nicho, que sólo interesaba a sectores profesionales (publicidad, diseño, educación) muy alejados del gran consumo.

El pretexto fue el iPhone 4S -que sin duda tiene muchas cosas noticiables y pone las bases para una proyección tecnológica que harán del teléfono como dispositivo multipropósito algo muy diferente de lo que conocemos hoy en día. Tanto por potencia como por capacidades, el ritmo de innovación de Apple sigue dando escalofríos y su política de compras de empresas pequeñas pero muy enfocadas empieza a dar frutos diferenciales, en hardware, en servicios, en características.

Pero más allá de las presentaciones de ayer, en gran medida repetición de lo que ya habían dicho antes del verano, básicamente evolucionarias, y que explican la decepción de parte de la audiencia que quiere que cada día se invente un nuevo dispositivo, a ser posible con pantalla holográfica y proyector micropico que pueda proyectar una película en HD en una pantalla de cine, más allá de las expectativas, ayer era sobre todo la puesta de largo de Tim Cook como CEO de Apple. Una presentación de cómo piensa llevar la empresa, de qué cosas van a cambiar y qué cosas no.

Lo primero que hizo Tim Cook fue un análisis de la situación que hereda. Y dejó claro que no le asusta el reto. Su presentación de los cuatro negocios de Apple (ya falta menos, Apple TV) estuvo lleno de rotundos números 1. Número 1 en sistemas operativos, número uno en portátiles, número uno en reproductores multimedia, en tienda de música, en juegos, etc. No quiero aburriros con todas las categorías en que Apple se considera la número uno.

Esa es la empresa que hereda. Tim Cook asume el reto de que esa situación no cambie. Y si cambian empezarán los problemas.

Otra de las cosas que demostró ayer es lo que no va a ser: no va a ser un Steve Jobs. Es posible que le gusten los productos, pero no le interesa cómo se fabrican, cómo se depuran, cómo se perfeccionan. Para eso ya están los demás. Los que suben al escenario a hablar cada uno de su tema. Lo suyo son las finanzas (sigue siendo -además- el director financiero de operaciones de Apple), el control de stocks, proveedores, etc.

La forma, el volumen, la interacción… doctores tiene Apple como para que Cook se meta en eso también. A cada mochuelo, su olivo. Él dirige la empresa, pero no se mete en cada aspecto -al menos de momento. Es posible que con el tiempo se le despierte el gusanillo, o piense que tiene una buena idea y entonces tenga algo más que decir, pero ayer dejó claro que esa no es una guerra que quiera librar.

Claro que esa confianza que tiene Cook en si mismo es un sambenito que pasa al siguiente. Él confía en que cada director de división va a seguir trabajando en pos de la excelencia sin necesidad de que haya un Jobs mirando por encima de su hombro.

Sólo hay que fijarse en su mirada acerada, el gesto duro de su boca y sus movimientos pausados para ser consciente que igual que se ríe con uno, si caes en desgracia no te salva de la poda ni tener como padrino de boda a Wozniak.

Así que lo en realidad vimos ayer fue una presentación de la nueva Apple, la inauguración oficial de la era Cook. Es posible que más gris de cara al público -parece claro que Cook no valora la espectacularidad como lo hacía su predecesor- pero posiblemente aún más centrada en la eficacia que antes.

3 Comments

  1. Anónimo

    Tal y como han evolucionado los acontecimientos, uno tiene la impresión de que en Apple no estaban para muchas celebraciones durante la keynote. Al volverla a ver uno quizá puede intuir lo que estaba a punto de pasar en lo mecànico de toda la presentación.
    En fin, a esperar tiempos mejores. Descansa en paz, Steve.

Deja una respuesta