“Estamos aquí para dejar una marca en el universo. Si no fuera así, ¿qué sentido tendría? —Steve Jobs
Me gustaría tener la mano firme, los dedos ágiles, las ideas claras. Sé que tengo que escribir, porque es una persona que me ha acompañado durante décadas, y no puedo dejar que se vaya sin darle mi adiós, sin expresar lo importante que ha sido para mí conocerle, y lo raro que me siento (como siempre que se muere alguien cercano) al pensar que ya no le veré más.
Me gustaría haber escrito algo ayer, ponerme en el ordenador y volcar mis sentimientos como si no hubiera mañana. Pero eso querría decir que expresaría muchas cosas de manera inadecuada, que dejaría fuera otras o que incluso diría cosas que leyéndolas al día siguiente me sonarían extrañas, vacías. Y eso no es lo que quiero. Quiero escribir una vez, sólo una, y decir lo que tengo que decir, de manera que cuando vuelva a leer esto dentro de cinco años, diez años, o una semana, pueda seguir diciendo: «Es verdad, aún lo siento así».
Sabía que Jobs iba a morir. Todas las señales lo indicaban. Y el movimiento de las fechas de publicación de la biografía de Levinson indicaba que tenían un marco de tiempo del que no iban a pasar. Puede sonar pedante, pero es cierto. Lo comenté con allegados. El paso de Jobs a la reserva me confirmó la impresión. Pero nunca se está suficientemente preparado para la pérdida definitiva e irreversible. Y el hueco que dejan los que se van se queda siempre vacío, nada lo llena. Con el tiempo nos acostumbramos a no verlo, pero si de repente algo nos recuerda al que se fue, podemos volver sin problemas al espacio que ocupa en nuestra cabeza y ver que sigue intacto, como si lo hubiéramos perdido ayer.
Para los recién llegados, he de decir que yo estoy aquí por un amigo, Manuel Nguema (al que echo de menos cada día) que cuando me empezaron a salir trabajos de diseño gráfico me dijo: lo que tú necesitas es un Mac. Ni sabía lo que era un Mac ni sabía si lo necesitaba. Me acompañó al SIMO (al de verdad, no a lo que hay ahora) y compré mi primer Mac en el mismo stand de Raxon. Me lo vendió Jesús Noriega, con quien mantuve contacto durante muchos años.Vivía en un pueblo de la sierra de Madrid, y debía ser el único usuario de Mac en muchos kilómetros a la redonda. Llamé por teléfono al soporte de Apple para preguntar cómo podía encontrar otros usuarios (sí, cuando te respondían cualquier pregunta sin decirte que te cobraban por responder) y me recomendaron a dos listas de correo (Mac-Club y LSPM y a un chat: Faq-mac). Eso debió ser allá por el 1990. Hasta hoy.
En los viejos tiempos, veía las keynotes de Jobs con una conexión de teléfono normal, atascándose cada minuto y retrocediendo manualmente para traducir lo que decían. Una pesadilla. Pero merecía la pena.
Con Steve Jobs aprendí a presentar. Aprendí a mantener la intriga. Aprendí a contar historias que desembocaban en lo que quería vender. Aprendí a buscar la excelencia -algo duro cuando vives rodeados de empresarios mediocres que les dices «liderazgo» y ellos entienden «caro», a no conformarme con la primera opción. A no conformarme con que algo sea «lo suficientemente bueno».
Por supuesto, él tenía una ventaja: Jobs tenía el dinero para hacer sus visiones realidad. Nada más lejos de mi caso. Pero aún así, es su espíritu lo que vive en mí.
Aprendí a que no da igual una persona que otra, que hay que buscar al mejor. Que nada se improvisa. Que la inspiración llega, pero te tiene que encontrar trabajando. Y que si no aciertas a la primera, tendrás que intentarlo una segunda, o una tercera, pero nunca abandonar.
Aprendí a interesarme por todo, a preguntar por qué a todo, a no dar nada por descontado o por asumido. Y a reservarme el derecho a manifestar mi opinión si algo no me convence, esté delante de quien esté. He aprendido a organizar mis prioridades, en lo que quiero gastar mi tiempo y en lo que no. He decidido elegir lo que necesito y lo que no. Y me he dado cuenta de que, efectivamente, el tiempo es finito y no puedo perderlo en aquello que no me acerque a mis metas.
Desgraciadamente, no tengo su privilegiada síntesis mental, ni soy un visionario, ni tengo esa capacidad para decir siempre las palabras justas en el momento adecuado. Pero -aunque me lleve mi tiempo- no renuncio a pensar en lo que me importa y cómo puedo conseguirlo, mantenerlo, mejorarlo…
Si tuviera que especificar la gran diferencia entre el Jobs antes del cáncer y el Jobs después del cáncer, diría que la experiencia le hizo aún más comunicador. Sus mensajes estaban enmarcados en la filosofía que los inspiraba, el «por qué», no sólo el cómo, o el cuánto, si no cómo habían llegado a esa solución.
Aún hoy, si le preguntas a un líder de HP, de HTC, de Mercedes Benz, de Phillips, nombra la empresa que te venga a la cabeza, por qué han sacado tal o cual línea de productos, te citarán estudios de mercado, presuntos huecos, horquillas de precios… pero nunca se pondrán ellos como ejemplo «Es que yo quería algo así». Nunca oigo a nadie -sólo a Apple- decir que han desarrollado los productos porque ellos querían usarlos. Sólo asumir esa premisa para desarrollar un producto sería una revolución empresarial de tal magnitud en cualquier empresa que podrían cambiar todo su sector (como Apple ha hecho).
Aprender a que todo -si se piensa bien- se puede resolver con un solo botón es probablemente una de las experiencias más frustrantes que me ha pasado Jobs, porque cada dos por tres me encuentro deseando que Apple desarrollara esto o aquello.
Dentro de algunas generaciones, Steve Jobs será una línea, puede que un párrafo, en las asignaturas de tecnología en los colegios. Y le despacharán como se despacha al inventor del helicóptero, del submarino, de la imprenta o de la bombilla. Pero hasta ese momento, muchos millones de personas habrán sido mejores personas porque le vieron en acción, aprendieron con él y vieron los frutos de su trabajo.
Así que no sé si Steve Jobs habrá dejado su huella en el universo. En la historia, seguro. Pero a mí me ha transformado. Me ha hecho ser mejor persona, mejor profesional, mejor jefe de equipo, y -especialmente en estos tiempos que corren- me ha inyectado el virus de la combatividad.
No me rendiré jamás, porque Steve nunca se rindió.
Mi enhorabuena por tus palabras y mi 100% de alineación con ellas.
;_)
Alf, siempre da gusto leer tus entradas de opinión, y en este caso en el que la noticia es tan triste, es reconfortante. Porque creo que sentimientos parecidos también los tengo yo, aunque me cueste aún más expresarlos que a ti.
Sin duda, cuando releas esta entrada dentro de un tiempo, pensarás que aún lo sientes así.
Gracias
Para que dentro de un tiempo, al releer esto, no te arrepientas… QUilómetro?
Saludos!
Un gran artículo. De los muchos que se escribieron ayer, se echó en falta algo así.
Un saludo de un asiduo lector.
El mejor obituario que he leído hasta ahora.
¡Qué pocas personas hay en el mundo a las que puedan dedicarse palabras similares!
Buenas palabras, sanas palabras, agradecidas palabras, que reconocen al genio.
Cuando dices que Steve Jobs dentro de unos años será una linea, si bien entendí la referencia a que se puede diluir en el tiempo, a la par paso por mi cabeza que Steve Jobs, podría definir una linea de producto, inmediatamente caí en la conclusión que el legado, que no se diluye en el tiempo, es una manera real de hacer las cosas, aplicable en cualquier disciplina, es la manera del artista, que se entrega a su pasión hasta alcanzar su visión. Puedes ser un artista en cualquier disciplina, Steve lo demostró en plenitud.
Desde el extremos sur de este planeta, Gracias Steve, Gracias Alf por tus palabras
De lo mejor que he leido por estos dias.
I Steve Jobs …
sds
gp
Hola a todos.
Soy un tipo de 37 años que conoció un Mac allá por 1986. Desde entonces me considero un «maquero». He vivido la caida y el auge de esta empresa, y también del Sr. Jobs. He discutido, he evangelizado hasta ser un pesado, me he ilusionado con las keynotes y durante muchos años he tenido muchas dificultades siendo un «maquero»…. como tantos de vosotros. He sentido a Steve como un «padre» y él me ha hecho sentir diferente, especial…no sé como describirlo, parece que sabía lo que nos convenía siempre. Quizás porque él siempre ha sido, primero usuario y luego «inventor».
Ayer me sentí mal, hoy también… al leer la noticia mi mujer me miró… no pude decir nada. Me abracé a ella y rompí a llorar. Como cuando murió mi padre. Como cuando me dijeron que tenía un tumor en el páncreas. Lamentablemente hasta en eso he seguido al Sr. Jobs. Quizás por esto último me sentía aún más unido a él.
Y tú Alf, siempre tan sensato, has descrito a la perfección lo que a tantos de nosotros nos gustaría expresar….
Gracias Steve. Hasta pronto.
Y gracias a tí tambíen Alf.
Enhorabuena Alf por tus palabras.
Creo que algunas personas hemos escrito alguna linea dedicada a la persona que (en uno u otro sentido) nos ha cambiado la vida. Yo no he podido dejar de escribir lo que ha significado para mi y mi forma de comunicarme, expresarme o esforzarme. En mi blog lo he escrito porque quiero que quede ahí, en una entrada, para recordarme alguna vez que alguien (a través de su pasión, visión de futuro y trabajo) puede luchar para intentar ser lo que desea ser. Por lo menos intentarlo.
Me siento así de raro, me siento triste porque ha desaparecido una de las personas que más ha influido (y a mi personalmente) en la sociedad (aunque muchos lo nieguen).
Pero también estoy alegre, porque conozco a gente que sufre en situaciones similares y que están alrededor de una enfermedad de este tipo, y como se suele decir: «que sea lo más rápido posible».
Lo siento por sus compañeros de trabajo, por su familia y lo siento por él mismo, seguro que tenía miles de cosas que enseñarnos todavía. Y no me refiero a productos, sino a su visión, a su forma de ver el día a día, a su pasión contagiosa y al aprendizaje diario que destilaba por los cuatro costados. Y el tiempo se le ha acabado antes de poder lanzar su próxima «one more thing».
Solo disiento en una cosa: creo que Steve Jobs está más cerca de la figura de John Lennon o Kennedy que de un inventor (aunque sea de la talla de Marconi).
Su imagen era un mito en vida y es (y será) una leyenda ahora que nos ha dejado. Creo que será recordado más que por un párrafo… o así lo deseo porque se lo merece. Creo que será estudiado en muchas universidades y será parte esencial de la historia, de esa nueva historia que no sólo habla de reyes o presidentes, de catástrofes o macroeconomías.
Es uno de los más grandes exponentes de la nueva historia en la que caben personas que han cambiado al mundo sin ser políticos, ni militares y sin pretender nada más que hacer lo que les gusta: «dejar de vender azúcar y cambiar el mundo»
…por escribir esto, finalmente salió aunque no tuvieras ganas de escribir ayer, y ha sido un gusto leerlo. Todos estamos tristes, todos reflexionamos, pero como siempre, tu pones las palabras adecuadas.
«Solo disiento en una cosa: creo que Steve Jobs está más cerca de la figura de John Lennon o Kennedy que de un inventor (aunque sea de la talla de Marconi).» Manel.
La comparación correcta sería:
– Steve Jobs = Nikola Tesla
– Bill Gates = Marconi
Marconi copió la visión, las técnicas y las patentes a Tesla.
Acepto la corrección (necesaria) y además me parece buena la comparación 🙂
Namaste Steve. Namaste Alf.
No recuerdo quien dijo algo parecido a esto, creo que fue un líder de los principios de la revolución industrial:
«Siempre habrá quien consiga fabricar peor y más barato cualquier producto, los que solo se fijan en el precio son sus víctimas naturales.»
Alf, como siempre los que llevamos años con el mac sabemos lo que es trabajar con ellos y de lo que hemos aprendido de Steve Jobs, su legado no se me pasara por alto nunca, que ha sido para mi y mi profesión algo mas en todo los sentidos, creo que si no no estaría en lugar que me encuentro. Todos mis mac que tengo ahora se han quedado huerfanos, solo espero seguir cuidandolos y estar a la altura como lo haría su creador.
En hora buena por tus palabras.
Alf, no pasa nada, a mi me paso lo mismo. Ya sabíamos que iba a morir mas pronto que tarde. Y nunca nos cortamos cuando teníamos que criticarle porque los Mac y el resto de iProducts no tenia, dejaba de tener o no incluía alguna cosa que si creíamos que debía simplemente porque el lo consideraba así. De hecho el problema es que todo lo extraordinario que hizo nos parecía normal… siempre esperando un One More Thing cuando ninguna otra empresa del mundo hace, ha hecho, y mucho menos repetido tal cosa. Nos malacostumbro. El caso es que con su perdida se me ha abierto un agujero en el estomago de dimensiones siderales y nunca pensé que me iba a afectar tanto. He aprendido tanto con Jobs, con los Mac, con los amigos que he conocido a su costa… No se lo que será de Apple, espero que dure mucho tiempo, porque la competencia no me ofrece nada parecido ni de lejos pero la perdida de Steve es I rre pa ra ble. A cuantos CEOS de grandes corporaciones y empresas los usuarios les llaman por el nombre de pila? Pues eso.
Fantastico epilogo Alf.
Sencillamente, inmejorable.
Mis felicitaciones más sinceras.
Helena
Como dice un viejo proverbio indio (Americano):
«Todo sigue vivo hasta que deja de ser recordado»
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Eduard Ros
RosHardware