Cuando llegas a una edad adquieres aficiones muy extrañas. Por ejemplo la arqueología industrial, subnegociado ferrocarriles. En la práctica consiste en hacerse kilómetros usando mapas y fotos aéreas como referencia, encontrar unos muros más o menos en pie y documentarlos, con fotografías y haciendo los correspondientes croquis, medidas incluidas. Trabajo de campo de toda la vida. Aquí voy a describir cómo ha ido evolucionando el proceso desde el bloc de notas y la brújula hasta llegar al iPad (y la brújula).
Cuando haces una salida vas cargado con cámaras, planos, libreta(s) para anotar, chismes de medir… El objetivo es simplificar lo más posible el proceso y eliminar peso y/o herramientas. Veamos cómo se puede hacer esto con nuestros iCachivaches.
La previa al partido
Antes de cada cacería hay que tener claro el o los objetivos a cubrir. Para esto sigo empleando los planos del Instituto Geográfico Nacional, disponibles online. La aplicación Mapas es completamente inútil para estos menesteres. A lo sumo sirve para orientarse cuando hay que atravesar una población más o menos grande. Otra opción que parecería lógica sería importar las coordenadas de los destinos en una aplicación GPS pero dichas aplicaciones usan los mismos planos que Mapas, donde no aparece ninguna de las carreteras secundarias y caminos sin asfaltar por los que acabaremos transitando.
Asumiendo que se ha organizado bien el viaje obtendremos una colección de planos a escala 1:25.000 agrupados en un PDF. En lugar de imprimirlos ahora los paso a la app iBooks del iPad. Pero el proceso, una vez en la carretera, sigue siendo el mismo: el plano en una mano y la brújula en la otra para orientarnos.
Pero hay una forma aún más tecnológicamente correcta de hacerlo. Las aplicaciones Multiplans (http:www.multiplans.net/) y Bit Map (http://nixanz.com/ios/bitmap/) permiten importar una imagen «georeferenciada» y mostrar nuestra posición y dirección dentro de dicha imagen. Aún no he probado «en campaña» este sistema pero, sin duda, es la mejor opción.
De momento el iPad no hace más que substituir un montón de papeles, con una desventaja que no tienes cuando dejas los planos de papel en el salpicadero: si, con la costumbre del papel, lo que dejas en el salpicadero es el iPad, cuando quieras utilizarlo descubrirás el mensaje que muestra el sensor de temperatura.
Ya hemos llegado
Una vez delante del edificio (o restos de) a documentar lo habitual es hacer muchas fotos, y un croquis sobre el que se anotan las medidas. El primer intento de hacer dicho croquis en un iPad fue un fracaso total. A no ser que se tenga el índice bien afilado y muy entrenado no es una tarea fácil. Se trata, obviamente, del proceso dibujar-acotar-escanear, pero a ser posible intentando que el resultado sea legible.
La solución ideal es hacer una fotografía y acotarla, es decir, escribir las medidas sobre la imagen. Hay dos programas para iPhone que hacen precisamente eso: MyMeasure y Foto Medidas – Photo Measures. Los dos funcionan exactamente igual, tanto en el concepto como en los gestos para acotar. Sobre una imagen tomada por la cámara del iPhone o que esté en un carrete del mismo se marcan las dimensiones, que pueden ser en milímetros, centímetros, pulgadas… Las imágenes se pueden organizar por carpetas y exportar. Los dos funcionan sobre iPad, pero no tienen interfaz específico para él.
Mi preferido es My Measures (http://www.sis.si/my-measures/), por el interfaz, por estar disponible para iOS y Android (a veces soy infiel) y porque, en Android, puede conectarse vía Bluetooth al medidor láser Leica DISTO. Tengo que reconocer que el que uso actualmente ni es de Leica ni tiene Bluetooth, pero siempre es bueno tener excusas para comprar un tecnocachivache con más botones.
En resumen, hay herramientas específicas en iOS para irse de caza de ruinas, reemplazando la «libretica», el lápiz y la brújula por un dispositivo iOS bien pertrechado
My Measures, un program ideal para hacer fotos a tu casa, plantarle las medidas e irte a IKEA o a Leroy Merlin…