Más de 500 expertos se reúnen esta semana en Madrid para debatir el estado de la tecnología en Europa y proponer soluciones al déficit tecnológico europeo, que según sus promotores resta autonomía a la Unión Europea en los asuntos mundiales. El congreso concluirá con la formulación de una serie de propuestas y recomendaciones que serán elevadas a los gobiernos de la Unión Europea. Estas conclusiones versarán sobre la necesidad de articular una nueva base tecnológica e industrial para la seguridad del viejo continente entendida en su sentido más amplio, ya que este concepto de la seguridad abarca no sólo los aspectos militares propiamente dichos, sino también los desafíos medioambientales, sanitarios y migratorios.
Más de 500 expertos se reúnen esta semana en Madrid para debatir el estado de la tecnología en Europa y proponer soluciones al déficit tecnológico europeo, que según sus promotores resta autonomía a la Unión Europea en los asuntos mundiales. El marco de este encuentro es el congreso del centenario del Instituto de la Ingeniería de España, que se desarrollará en el centro de convenciones del Hotel Meliá Castilla entre el 5 y el 7 de octubre con la participación de representantes del mundo político, académico, científico y tecnológico de España y Europa.
Entre los participantes en el congreso destacan, entre otros, Alain Terrenoire, Presidente de la Unión Paneuropea Internacional, Enrique Barón Crespo, Presidente de la Comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Alain Juillet, Alto Responsable del Gobierno de Francia para la Inteligencia Económica, Alvaro Giménez, Director del Departamento de Ciencias del Espacio la ESA, Victor Aguado, director de Eurocontrol, organismo europeo encargado de la seguridad aérea, y Maurici Lucena, director del CDTI.
La denominada Gran Convergencia Tecnológica del Siglo XXI será uno de los temas estelares, tanto de las sesiones magistrales como de las mesas redondas. La reflexión y el debate sobre la NBIC (Nano-Bio-Info-Cogno) será el objetivo principal de dos de las mesas redondas, que tratarán de determinar si Europa está bien posicionada en lo que puede constituir la base de las grandes revoluciones tecnológicas del presente siglo.
Una segunda mesa denominada “Horizontes NBIC» analizará la sociedad resultante de las revoluciones tecnológicas previstas para el presente siglo, todas relacionadas con las NBIC. Reflexiones sobre la economía, la empresa y los potenciales cambios sociales que se producirán son los temas de las ponencias de esta mesa. El transhumanismo en particular será asimismo un tema a tratar, “siempre con un sentido pragmático y específico relacionado con los beneficios y perjuicios que la gran convergencia tecnológica del siglo XXI puede suponer para la humanidad”, según el enunciado de la mesa.
El congreso concluirá con la formulación de una serie de propuestas y recomendaciones que serán elevadas a los gobiernos de la Unión Europea. Estas conclusiones versarán sobre la necesidad de articular una nueva base tecnológica e industrial para la seguridad del viejo continente entendida en su sentido más amplio, ya que este concepto de la seguridad abarca no sólo los aspectos militares propiamente dichos, sino también los desafíos medioambientales, sanitarios y migratorios.
Según los promotores del congreso, Europa padece un déficit de soberanía que está asociado a sus carencias tecnológicas, por lo que el nuevo objetivo común europeo es construir una Europa industrial de defensa que reúna a los grandes grupos continentales, a las pequeñas y medianas empresas y al mundo de la investigación pública.
El objetivo es poner en marcha mayores presupuestos de I+D, políticas conjuntas a favor de una sociedad del conocimiento, una nueva renovación industrial adaptada a la sociedad de la información, así como redes de estudio e influencia capaces de difundir estas ideas.
Tal como explica al respecto el Presidente del Instituto de la Ingeniería de España en un artículo publicado en El País, el mensaje que lanzamos a la sociedad es que la UE, que empezó con el mercado único y se consolidó con la moneda única, y que ahora busca la unión política -que no está plenamente consolidada-, debe buscar también el avance en una concentración de esfuerzos en el ámbito tecnológico. El gran mensaje es el de integración de los esfuerzos profesionales y tecnológicos y crear los órganos de actuación. Nuestro retraso solo es superable con un aumento de productividad y una tecnología superior .
Por su parte, Adolfo Castilla, director científico del congreso, señala en otro artículo que la Unión Europea, necesita iniciativas autónomas enraizadas en su propia dinámica social y económica, preocupación planetaria, grandes objetivos destinados a resolver necesidades concretas, exclusivas de la Unión o del mundo en su conjunto, y, por supuesto, recursos adecuados y capacidades de todo tipo de los países y ciudadanos que la componen. Sólo así, concluye, alcanzará la Soberanía Tecnológica que hoy necesita.
Para los organizadores del congreso, el Instituto de la Ingeniería de España, el Grupo Mediaedge:cia y la revista Tendencias21, sólo el cumplimiento de estos objetivos otorgarán a la Unión Europea la plena responsabilidad de su seguridad y la autonomía en los asuntos mundiales que le corresponde por sus dimensiones políticas, económicas, geográficas y tecnológicas.
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