JL Gassée habla sobre Apple

JL Gassée, miembro de lo más selecto de Apple y después competidor suyo con Be, nos habla acerca del Mac y de su futuro.

Traducción de un excelente artículo de Liberation por Luis Bou.

Dicta una tradición estadounidense que, a principios de año, el Presidente dé un discurso conjunto ante las dos cámaras, para presentar su mensaje sobre el estado de la Unión.

Por no ser menos, los Estados han copiado la tradición federal: en su discurso sobre el estado del Estado, Gray Davis, gobernador de California, ha revelado su plan para combatir el enorme déficil presupuestario (85.000 millones de Euros). En lo que toca a nuestro sector, no íbamos a ser menos: En el CES, el salón de la electrónica de consumo celebrado la semana pasada en Las Vegas, Bill Gates nos ha regalado con la versión 2003.0 de su visión del estado de lo todo-digital. Dos “detalles” interesantes: uno, las licencias de los programas de compresión y descompresión del formato Windows Media -los “codecs”-, las cuales tienen unos términos tan agresivos que han hecho protestar a los partidarios del estándar independiente MPEG4; dos, la toma de licencias de transmisión de frecuencias en FM para la difusión digital hacia objetos móviles, tales como una nueva generación de relojes. Seguramente tendremos ocasión de volver sobre este tema más adelante.

Un solo de Jobs

¿Y Apple?. Por Año Nuevo sus fieles se reúnen en San Francisco y, una vez más, la presentación de Steve Jobs confirma la alta consideración que todos tenemos de sus capacidades. Fiel a su uniforme -New Balance, vaqueros azules, jersey negro de cuello vuelto, gafas redondas sin montura y botellas de agua mineral- y durante algo más de dos horas de un monólogo quizás algo menos persuasivo de lo que nos tiene acostumbrados, el fundador pasa revista a productos y estrategia.

A primera vista, los productos encajan bien en la continudad de la estrategia oficial de Apple: Crear productos excelentes para aplicaciones multimedia “creativas”, tal vez lo que se ha dado en llamar “estilo de vida digital”. Nuevas versiones de iPhoto, de iTunes para la música, de iMovie para el vídeo, de iDVD para la creación de videodiscos ven la luz del día y se integran en un todo empaquetado bajo el nombre iLife. Siguiendo la marca de la casa, simplicidad, funcionalidad y estética se conjugan para dar productos que siempre aventajan a los mejores programas del mundo Windows, tal como subraya Walt Mossberg, un experto del Wall Street Journal.

BlueTooth y FireWire

Mismo progreso, misma coherencia en el hardware. Los nuevos portátiles levantan al menos tanto deseo como los antiguos. La publicidad, tan sobria y bella como en ocasiones anteriores, nos muestra al personaje más pequeño de la serie de películas de Austin Powers, MiniYo, y al más alto de los baloncestistas, Yao Ming. Desde lo alto de sus 226 centímetros, Yao Ming presenta el nuevo mini PowerBook dotado de una pantalla de 30 centímetros de diagonal, de apenas 30 mm de grosor y que cuenta con un lector/grabador de DVD. En el extremo contrario, MiniYo disfruta de la pantalla gigante, de más de 43 cm de diagonal, del último PowerBook, de 25 mm de grosor.

En ambos casos, las entradas y salidas se renuevan: nos encontramos con BlueTooth en estos dos modelos y, en el gigante, una nueva versión de FireWire a 800 Megabits/s en lugar de los 400 de la primera generación. En lo que respecta a la Ethernet inalámbrica, llamada 802.11b o WiFi, desde hace casi tres años Apple hace gala de ser pionera con Airport. Este año la casa retoma la idea con Airport Extreme. Marketing aparte, se trata de 802.11g, un estándar que evita hábilmente el obstáculo de la incompatibilidad entre 802.11b (10 Megabits/s en la banda de 2.4 GHz) y 802.11a (54 Mbits/s en la banda de 5 GHz; se indica el máximo teórico en ambos casos). Siempre sobre el , 802.11g ofrece la potencia de 802.11a sin dejar de ser compatible con 802.11b. En la práctica, las tarjetas Airport Extreme funcionarán en las “antiguas” redes 802.11b y darán sus máximas prestaciones en conjunción con bases 802.11g. Ah, los estándares…

Otro punto en común entre las dos máquinas: el estilo, los detalles, el acabado, confirman la reputación de Apple. La expresión “estética industrial” se aplica más que nunca a estos productos bien por encima de lo que la competencia es capaz de producir. Una empresa como Sony, aunque ofrece grandes y pequeñas pantallas en sus portátiles, no es capaz de conseguir el nivel de integración y el cuidado por los detalles de los PowerBooks de Apple. Extraño, pero tranquilizador.

Vender

Un vistazo sobre las cifras y empiezan a surgirnos las cuestiones. En un mercado catatónico, el volumen de negocio ha crecido un 7% respecto al año pasado; no es Dell, pero es un resultado envidiable en una industria en consolidación. Las tiendas Apple suman en este momento un 5% del volumen de negocio. Es difícil extraer una conclusión ya que las tiendas Apple son bastante nuevas aún, ya que se abrieron 8 en 2001 y 40 en 2002 y aún no se dispone de cifras detalladas. Apusto por que las tiendas serán más del 10% del volumen de negocio en 2003, pero ¿y los beneficios?.

Del lado de los resultados, el beneficio es marginal: los beneficios generados por la colocación de la abundante tesorería (4.300 millones de Euros) compensan las pequeñas pérdidas de explotación. Los márgenes brutos aumentan del 23% al 28% y, si bien el número de ordenadores vendidos crece muy poco, de 3.087 millones a 3.101 millones, los portátiles se han convertido en el producto dominante, lo que explica el crecimiento del volumen de negocio y de los márgenes brutos, aún a pesar de los retrocesos en el mercado de educación. El crecimiento en la venta de portátiles es una tendencia sectorial, y se habla de ellos como sustitutos de las máquinas de sobremesa. Los nuevos PowerBooks encajan bien o, cuando menos, parecen el resultado de un buen cálculo.

Bajemos de las esferas estratégicas a la anécdota banal: Apple denomina las tres tallas -el PowerBook ya existente de 38 cm y los dos nuevos modelos- Pequeño, Mediano y “Epico”. Este último término ha invitado a algún crítico a llamar iSUV al Yao Ming de los portátiles, en referencia a los vehículos deportivos utilitarios, tan populares como excesivos, a la vez machistas y muy apreciados por las conductoras. Oigo decir del “pequeño” que es tan elegante que algunos osarán por fin dejarse ver con un ordenador portátil… Que quiere usted, querido amigo, si las compañías aéreas limitan el espacio: ya no necesitaré el “mediano” [o el asiento del medio, en alusión a cierto anuncio del iBook… no estoy seguro] para disfrutar de mi colección de DVDs durante el vuelo, una importante aplicación para matar de envidia a los dueños de otros portátiles.

Quedan dos cuestiones, Intel y Microsoft. La primera se refiere a la creciente brecha entre el rendimiento de los Pentium, que en este momento alcanzan los 3 GHz, y el PowerPC G4, a 1 GHz. Esta distancia tiene pocas probabilidades de reducirse, y ya me refería a ella en una crónica de finales de 1999. ¿Steve Jobs está condenado a montar un caballo rezagado o piensa cambiar de montura?. A mediados de los 90, gracias a un ingenioso emulador, Apple logró lo imposible, saltar de la familia 68000 de Motorola al PowerPC de Motorola e IBM. El emulador interceptaba las instrucciones en código máquina de 68000 de las aplicaciones antiguas y las traducía al vuelo a código máquina de PowerPC. Escrito en ensamblador de PowerPC por Gary Davidian, este emulador era tan compacto que esencialmente podía ejecutarse desde la memoria caché interna del nuevo microprocesador. Semejante solución concedía a Apple los réditos de las viejas aplicaciones y el dinero de las ventas de nuevo hardware y, al haber transcurrido varios años desde que abandonase la casa, tengo todos los motivos para descubrirme ante semejante genialidad. ¿Podrá Steve repetir este truco, producido entre sus dos pontificados?. Muchos querrían adivinar la respuesta.

Su mejor enemigo

La otra cuestión, Microsoft, esclarece indirectamente la primera. Seamos sinceros: Apple nunca ha podido vivir sin Microsoft. El producto original de la casa, el Apple ][ -no tengo en cuenta el Apple I que tengo a mi espalda-, necesitaba un intérprete Basic. Denominado AppleSoft, este Basic provenía de Microsoft. Más tarde, Steve Jobs y su equipo de piratas [es lo que pone en el original, y él era uno de ellos. ¿Broma privada?] creadores del primer Macintosh comprendieron que no podían luchar contra el PC sin la participación de Bill Gates. A cambio de la promesa de versiones para Mac de aplicaciones como Word, Multiplan ó File, Apple cedió a Microsoft una licencia de uso de varios elementos de la interfaz de usuario del Mac. Esta licencia tenía sus limitaciones, sobre todo en su duración. A finales de 1984, el Macintosh sale al mercado y le cuesta encontrar sitio en él, a pesar de los muchos que perciben su originalidad y potencial. Hacia la misma época, la licencia de Microsoft sobre el Basic del producto del que vive Apple, el Apple ][, está a punto de caducar. Bill Gates hace una proposición: si detenéis el desarrollo de Basic para Mac, os renuevo la licencia de AppleSoft para el Apple][. El Basic para Mac era a la vez impresionante e incompleto; sin el Apple ][ Apple moriría, de modo que el Mac Basic acabó saliendo por la puerta falsa. No mucho después, Bill Gates amenaza con detener el desarrollo de aplicaciones para el Macintosh si Apple no le renueva la licencia de interfaz de usuario. Se celebra un consejo de guerra y al final no resulta necesaria esa formalidad. En una cena de CEOs, acompañados por sus respectivos directores jurídicos, se firma una licencia. Tales son sus términos que los tribunales no le dan la razón a Apple cuando la compañía reprocha a Microsoft sus “demasiado literales” homenajes a las funciones y apariencia de sus programas.

En 1997, una vez vuelto al control de Apple, Steve Jobs se apresura a alcanzar un acuerdo con Bill Gates. A cambio de retirar una demanda por abuso de propiedad intelectual (se trata de multimedia esta vez) y 150 millones de dólares por la compra del 5% del capital de Apple en forma de acciones sin derecho a voto, Microsoft se compromete a producir versiones Mac de Explorer y Office. Otra vez el mismo método que cuando nació el Mac: sin aplicaciones para el día a día no hay nada que hacer.

Safari

Estamos a principios de 2003. Steve Jobs hace la demostración de un programa de “productividad”, de oficina, en oposición a los programas de “creatividad” en los que la casa enfoca su interés. Se trata de Keynote, una especie de PowerPoint versión Steve Jobs. No exagero: él mismo ha dicho que se desarrolló a su medida y la de sus apariciones públicas. Steve, en su generosidad, comparte con nosotros este programa clave. Ahora en serio, los opinen que PowerPoint trata bastante mal ciertas tipografías, es complicado o produce presentaciones con poco gancho, apreciarán la elegancia y la relativa simplicidad de Keynote. (Los aficionados a la historia recordarán que el fondo de capital-riesgo de Apple financió la semilla original de PowerPoint para ser posteriormente cedida, con momentáneo beneficio, a Microsoft). [N. del T: Señor, señor, lo que hay que ver].

Finalmente, Steve presenta Safari, un navegador competidor del Explorer y, naturalmente, más bonito, más sencillo y más veloz. Lo que Steve no cuenta es que Apple contrató en 2001 al equipo de una pequeña sociedad llamada GoBe, conocida por su paquete ofimático todo en uno desarrollado para otro sistema. ¡Imagínense el Mac viable sin Explorer, sin Office!. [N. del T: Se refiere a GoBe Productive, una suite muy completa desarrollada para el BeOS. El equipo de GoBe había desarrollado ClarisWorks previamente, y su vuelta a Apple ha levantado muchos rumores sobre la repotenciación de AppleWorks]

Ya pueden ustedes ver a dónde quiero llegar a parar: por mucho que aseguren floridamente por parte y parte que su relación es inmejorable, ¿estamos a punto de asistir al divorcio de la vieja pareja?. ¿O acaso Steve prepara argumentos para una nueva negociación?. ¿O es que el lider de la industria está preparando un conjunto de programas a medida de Apple para facilitarle una hipotética transición a procesadores Intel?.

A la espera de ver qué parte de mis especulaciones resultará delirante y cuál un tanto justificada, les deseo un año 2003 apacible y sonriente.

Fuente: Liberation

Traducción: Luis Bou

Links de interés:

Puedes ver un análisis de GoBe en ArsTecnica (profusamente ilustrado) donde se le puntúa un 8 sobre 10.

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