Con la caida de beneficios de Iomega este último cuarto, la compañía ha despedido a 200 empleados.
Los creadores de las antaño universales unidades Zip no se encuentran en su mejor momento. Este último cuarto han perdido con respecto al año pasado unos beneficios de 7,1 millones de dólares, unos 22 centavos por acción.
Iomega, que consiguió uno de los pelotazos teconológicos más importantes de los 90 con su unidad zip no ha sabido, podido o encontrado un nuevo sistema de almacenamiento capaz de competir con la amplia disponibilidad y la bajada espectacular de las grabadoras de CD, que, con un soporte muy barato, han hecho que pese a todos sus intentos por competir con unidades como el Jaz (un sonoro fiasco), el mercado se ha ido comiendo sus parcelas de trabajo.
Iomega necesita encontrar un nuevo nicho en el mercado del almacenamiento en el que tiene que competir con precio y calidad sobre las grabadoras de CD y el emergente mercado de grabadoras de DVD, que comienzan a ser asequibles para cualquier bolsillo.
¿Imposible? No. Pero el precio del megabyte está realmente muy barato ahora, tanto en el mercado de los discos duros, en el que el estándard ahora de montaje son las 80 GB, como en el de las grabadoras de CD, que oscilan en precios de 60 euros, mucho más barato que su precio por megabyte en cualquiera de sus productos específicos de su gama.
Aunque la solución no pasa por el almacenamiento masivo a bajo precio, sino posiblemente por la rapidez en la transferencia de datos y por la reducción en el tamaño de los Gigabytes en su transporte, con una tasa de fiabilidad entre errores muy alta.
Esa fue la ventaja tecnológica de la unidad Zip en su momento. Es tiempo para Iomega de reinventar el Zip, en cualquiera de sus variantes posibles.
