El logo es uno de los elementos más importantes en la imagen corporativa de cualquier empresa. Si pensamos en las grandes compañías del mercado tales como McDonald’s, Facebook, Starbucks o Twitter, un simple vistazo a su logotipo es suficiente para que la marca venga a nuestra cabeza. Pero también todo lo que implica, en cuestiones como los valores, los servicios que ofrece y la forma de trabajar de la compañía.
A la hora de desarrollar un logo contamos con varias opciones para proceder, aunque estas se resumen en las dos principales que vamos a mencionar. La primera de ellas es hacer ese logo nosotros mismos, usando nuestra inteligencia empresarial y un creador de logos. Algo para lo que se sigue un proceso concreto que vamos a detallar más adelante. La segunda opción es encargar el trabajo a una empresa de marketing que se dedique a este cometido.
Creando un logo in-house
La primera opción de las que vamos a contarte es la posibilidad de hacer un logo por ti mismo. Es la solución más práctica en aquellos casos en los que tu presupuesto o el tamaño de tu empresa no te permita encargar el logo a una compañía externa o bien cuando tienes ciertos conocimientos de los procedimientos necesarios para diseñar un logo y quieres aprovecharlos.
Para empezar el proceso de creación del logo será necesario realizar una investigación previa de ciertos parámetros relacionados con tu empresa o con tu actividad. Para ello es necesario conocer a qué público objetivo se dirige, cuál es su misión y cuáles son sus valores, cómo es su identidad corporativa actual, si la tuviera, y cuáles son las preferencias específicas que se requieren para crear dicho logo.
Una vez que tenemos todos estos datos se procede a realizar un análisis de empresa de sectores similares, a fin de tomar una idea general de por dónde pueden ir los tiros. No se trata tanto de copiar los logos de esas compañías, pero sí de ajustarse adecuadamente a lo que se mueve en el mercado. En paralelo se desarrollará una lluvia de ideas, en la que deberemos plantear todo aquello que se nos ocurra respecto al desarrollo del logo. Es importante no descartar ninguna idea en esta primera fase, a fin de conseguir la mayor cantidad de recursos de cara a las siguientes fases del proceso.
Del paso anterior deberían surgir algunos bocetos, basados en aquellas ideas que más nos hayan gustado y que mejor encajen con la identidad corporativa de la empresa. En este proceso habrá que tirar mucho papel, pero es importante que ninguna idea que nos pueda interesar se quede en el tintero. También conviene pensar fuera del recipiente, a fin de no matar la originalidad que puede llegar a nuestro lado para tener una mayor exposición.
Con este primer boceto ya hecho y decidido, llegará el momento de convertir el mismo en imagen digital, para lo que podemos usar aplicaciones como el creador de logos que hemos mencionado antes o bien cualquier otra herramienta de diseño gráfico de calidad. El proceso de digitalización permitirá realizar los ajustes necesarios para optimizar la visión del logo y garantizar especialmente que se pueda imprimir y trabajar adecuadamente. Durante este proceso también le daremos color, teniendo en cuentas las teorías sobre la psicología del color, y los últimos retoques necesarios.
El paso final será adaptar el mismo a los diferentes formatos de impresión que podamos necesitar, dado que no es lo mismo visualizarlo en la pantalla de un móvil que en un formulario o en un rótulo en la fachada de nuestro negocio. Con este último paso quedaría completo el proceso de diseño.
Encargando el logo a terceros
Como alternativa al proceso de diseño interno que hemos comentado, siempre tenemos la opción de buscar una empresa de marketing o de diseño que se encargue de crear nuestro logo. Esto tiene la ventaja de que contaremos con profesionales para que se encarguen del diseño de nuestro logo, aunque con el inconveniente de que los costes van a ser bastante más elevados de lo que serían en caso de que recurriéramos al proceso interno para diseñarlo. No obstante, este encargo a terceros es recomendable en aquellos casos en los que el diseño no sea nuestro fuerte, cuando no tengamos los conocimientos necesarios para ello o simplemente cuando prefiramos que sea una compañía profesional externa la que se encargue de realizar el diseño de ese logo.
En este caso, el proceso propio del diseño va a ser bastante similar al que hemos mencionado antes, aunque con algunas diferencias. En primer lugar, esta empresa de marketing se dedicará a realizar un análisis de nuestra empresa, de nuestra actividad y también de nuestra imagen corporativa, a fin de conocer todos los datos necesarios para que ese logo esté lo más adaptado posible a nuestras necesidades específicas.
Una vez que tengan disponibles los primeros bocetos, estos serán mostrados al cliente, para que dé su aprobación o bien para que sugiera los cambios necesarios en el concepto, a fin de lograr una adaptación óptima del diseño del logo tanto para la empresa como para los requisitos que podamos tener al respecto. Es importante que durante toda esta fase del proceso mantengamos una comunicación fluida con la empresa que nos lleve el diseño del logo y no nos guardemos ninguna duda o ninguna pregunta respecto al diseño. Sobre todo teniendo en cuenta que, una vez que hayamos dado el visto bueno al mismo y este vaya a pasar a la fase final, ya no nos será posible realizar cambios o modificaciones.
Finalmente, una vez completado todo el procedimiento, la compañía de marketing procederá a entregarnos los formatos digitales de los logos en los tamaños necesarios para que realicemos nuestra actividad, dependiendo de si los queremos para usarlos en nuestra página web, nuestras tarjetas de visita o en cualquier otro formato. Algunas empresas de diseño corporativo también nos ofrecen la posibilidad de imprimir esos productos habituales dentro de nuestra actividad empresarial, tales como las tarjetas de visita o los formularios. Así que si queremos tenerlo ya todo hecho no tenemos más que pedir presupuesto y ver si encaja con nuestras necesidades.
