En esta ocasión no estamos hablando de la posible conducta de abuso de posición o de competencia desleal que el paquete “Prime” supone y que está siento investigado.
En esta ocasión nos estamos refiriendo a la crisis global del transporte (con precios continuamente al alza) y el sistema Prime de entrega en 24 horas.
Ya parece claro que lo que se ha producido no es un simple “atasco” provocado por el parón en la producción a causa de la pandemia de la COVID, y la consecuente reactivación una vez hemos aprendido a protegernos de la infección.
Dejar pasar el tiempo no va a producir una normalización, y está claro que hay “marejada de fondo” más allá de miles de contenedores atascados en los puertos a la espera de que, por arte de… algo, vuelva a ser rentable cargarlos en un barco y enviarlos a destino.
Las previsiones apuntan a que 2022 pasará sin que el problema se solucione, y algunos expertos se muestran pesimistas para años posteriores, apuntando a que son necesarias otras actuaciones para que el mundo vuelva a funcionar en los plazos y precios que había antes de la pandemia (y puede que, a pesar de todo, eso no sea posible y vivamos una subida generalizada de precios de todo aquello que se importe).
Hacen falta más barcos, más almacenes, más conductores de camiones, más tecnología… en definitiva, más de todo, y eso no es algo que pueda conseguirse rápida o fácilmente, tal y como leemos en NYT.
El Fondo Monetario Internacional acaba de decir que los problemas de la cadena de suministro están (entre otros factores) detrás de su rebaja en el crecimiento global para 2022 del 4,9 al 4,4 por ciento. El caos en fábricas, puertos, astilleros y aduanas, combinado con la dominancia del mercado de unas pocas empresas, es uno de los principales motivos del ascenso de los precios.
Índice
El caso de Prime
Amazon ha creado una propuesta de gran valor añadido para el usuario basada en tres parámetros que la hacen prácticamente irresistible:
- Englobar una gran cantidad de productos y servicios (desde la entrega en 24 horas hasta el canal de vídeo en streaming, pasando por música, libros, juegos, etc.) bajo un mismo paraguas
- Un precio asequible
- Una logística optimizada difícil (si no imposible) de igualar por negocios locales
- Tecnologías patentadas -como la compra en un clic (que Apple adoptó en sus tiendas, pagando a Amazon por usarla)
Como hemos dicho, eso de englobar tantos servicios bajo un precio único (en España 3,99€/mes o 36€ al año -en estos momentos) esta bajo el escrutinio de las autoridades antimonopolio porque -a pesar de todo- al no desglosar el coste individual de cada servicio incluido, Amazon podría estar incurriendo en Dumping.
Que Amazon sea capaz de ganar dinero incluyendo todos esos servicios por 4€ al mes (como referencia, Apple TV+, que es uno de los servicios de vídeo en streaming más baratos que hay, cuesta 5€ al mes) sólo puede entenderse por dos causas: la mayoría de los usuarios sólo utilizan algunos servicios -haciendo que los otros cuesten cero- y la economía de escala.
Hay tanta gente usando Prime que los costes generales de todos los servicios quedan cubiertos.
Pero no creo que nos equivoquemos si decimos que su gran éxito ha sido el liderazgo en la logística y almacenes, permitiendo la entrega en 24 horas -mientras el resto de los negocios tenían que organizar rutas, etc. resultando en entregas a una semana o más.
¿Si tu as en la manga es la logística, qué pasa cuando la logística se rompe?
El problema actual es que la logística, como hemos descrito anteriormente, está en apuros. Plazos de entrega cada vez más largos, y costes de transporte cada vez más altos.
¿Cuánto puede aguantar Amazon un precio de 36€ al año cuando cada vez le cuesta más tener los almacenes llenos? No olvidemos que otra de las cuestiones (entre las muchas) por las que Amazon también está siendo investigado es por su presión para que las tiendas, en vez de servir ellas directamente, utilizaran (es decir, contrataran) el servicio de almacenamiento y logística de Amazon.
No olvidemos que -curiosamente- la misma pandemia que ha provocado el atasco de la cadena de suministros- ha disparado la demanda de servicios de Amazon (ya que el miedo al contagio, los confinamientos y los cierres de negocio no han dejado muchas alternativas).
Como detalle, en el tercer trimestre de 2021 Amazon ha contratado 1,46 millones de empleados (un 30% más comparado con el año anterior) y sigue aumentando capacidad y plantilla (el volumen de paquetería se ha duplicado) y anticipa cierta presión salarial en el corto plazo. En el cuarto trimestre Amazon avisó de que tendría que afrontar costes adicionales de plantilla, fletes y suministros.
Estos son los resultados del tercer trimestre de Amazon (fuente):
- Ventas 110.812 millones de dólares (+15% a/a) vs 111.811 millones de dólares (+16,3%) esperado
- EBIT 4.852 millones de dólares vs 5.615 millones de dólares esperado
- BPA 6,12 dólares/acción vs 13,24 dólares esperado y 12,37 dólares en el tercer trimestre de 2020
- La compañía anuncia que en el cuarto trimestre de 2021 espera tener ingresos de entre 130.000 millones de dólares y 140.000 millones de dólares (vs 141.600 millones de dólares esperado)
Amazon es el termómetro
Amazon, una de esas empresas que cita el Fondo Monetario Internacional como acaparadoras de los transportes de carga, de ocupación de almacenes, de utilización de transporte y mensajería, etc. es sin duda la referencia sobre cómo de intensas son las dificultades en la cadena de suministro.
Por supuesto tiene el poder y el dinero para ella seguir funcionando mientras ahoga a todas las empresas más pequeñas que no pueden pagar lo que Amazon o encargar barcos enteros como Amazon.
Pero si llega el día en que ni siquiera las cuentas de Amazon pueden soportar las alzas en los costes de transporte y logística será el aldabonazo definitivo de que las cosas están muy mal.
Nota: sólo soy un observador con conocimientos de andar por casa. He intentado reunir información que pueda ser interesante sobre la situación de Amazon, pero este artículo es sólo mi opinión (por eso está archivado en La columna de Alf). No pretendo dar lecciones a nadie ni aparentar que entiendo.
