En un comunicado publicado después del veredicto, el Tribunal de la competencia dijo que algunas actualizaciones de firmware de Apple (Samsung también ha sido multado con otros cinco millones de Euros por la misma razón) «habían causado una disfunción seria y reducido el rendimiento de manera significativa, acelerando, por tanto, el proceso de sustitución de los dispositivos».
Los usuarios nunca habrían pensado que era el propio software del teléfono el que estaba provocando la lentitud del funcionamiento, y si no hubiera sido por una investigación independiente que lo descubrió, Apple no hubiera dicho nada. Una vez la situación se hizo «viral» (como se dice ahora), es decir, que se armó un buen escándalo por una práctica empresarial más que dudosa donde pensar que Apple actuaba de buena fe requiere… en fin, un exceso de fe, Apple pidió disculpas a los usuarios y admitir la situación aunque, previsiblemente, dijo que lo hacía por el bien de los usuarios.
Como penitencia, Apple ha rebajado temporalmente el coste de la sustitución de las baterías y mejorado la información que ofrece el sistema sobre el estado de salud de la batería del dispositivo.
Yo ya no voy a hablar mal del rendimiento de mi 6s Plus con iOS 12. La última vez que lo hice, se mosqueó, y poco después, con un 93% de salud de la batería, se reinició y me salió el famoso aviso del “rendimiento pico”.