Apple Watch 3, la revolución camuflada

La web está llena de revisiones, opiniones y comparaciones de los nuevos teléfonos de Apple, y es lógico: más de la mitad de los ingresos de Apple vienen por esa línea de productos. Pero eso ha llevado a minusvalorar o ignorar la trascendencia que tiene el anuncio del Apple Watch 3ª edición, que puede recibir y emitir llamadas.

Ya dije en un articulo anterior que hace décadas que no uso habitualmente reloj (sólo en eventos donde lo utilizo como complemento de vestuario). Y tampoco (supongo) es nada especial un reloj Lotus que hace muchos años me regalaron y que se carga por movimiento. Es decir, cada vez que lo cojo tengo que ponerlo en hora y en día…

Sin embargo, eso no me ha hecho ignorar la cantidad de veces que querría poder salir sin tener que llevar el teléfono, sin que eso signifique quedarme aislado del mundo. Paseos, playa, piscina, cine… hay muchas ocasiones en que el teléfono es un cañón para matar una posible mosca. De ahí que la nueva edición del Apple Watch me haga mirarlo con mayor interés que las versiones anteriores.

El largo camino hacia la salud

Cuando Apple presentó el Apple Watch, además de inaugurar la era moderna de los “smart watch”, redefiniendo lo que tenia que hacer un reloj inteligente, claramente no tenían muy claro hacia dónde tenían que enfocarlo. Se presentó como un dispositivo que servía un poco para todo, con una App Store que -se presumía- pronto iba a llenarse de aplicaciones, siguiendo el patrón que ha marcado el iPhone.

La experiencia demostró que no hay tantas cosas que sean tan importantes como para necesitar verlas en una pantalla pequeña o que puedan adaptarse al tamaño de un reloj. Aparte de mensajería y notificaciones, pocas cosas de podían aplicar de manera interesante a la muñeca.

Salvo, claro está, las aplicaciones de salud; medición de pasos, de distancias, retos, pulso, respiración, etc. Un año de vida en un dispositivo tan popular (a pesar de lo que digan los críticos) son muchos días de análisis, y para la segunda generación del reloj Apple ya había reorganizado sus prioridades y sabía -sabe- hacia dónde tiene que dirigir los esfuerzos para ganar cada vez más adeptos: la vida saludable.

Hay también muchas implicaciones en esa misión, en cuanto a público al que se dirige, edad, etc. que ayudan a definir el tipo de comunicación que tiene que hacerse cuando se trata del Apple Watch.

Se acabó la categoría de “Smart Watch”

Al menos para el Apple Watch. Durante estos años el Apple Watch ha tenido que lidiar con bandas deportivas (Fitbit y compañía) y con relojes inteligentes de todos los pelajes (no sé si Swatch ha llegado a cumplir sus promesas) A partir de ahora cada vez que se hable de relojes “inteligentes” habrá que terminar con la pregunta ¿Pero hace llamadas?

Justo como a Apple le gusta, está su producto y luego todos los demás. Ya no valdrán comparaciones entre peras y manzanas (chiste fácil, lo reconozco).

No va a ser tan fácil conseguir que se extienda a otros países

Por más que me motive el nuevo Apple Watch 3, en España no se va a vender (al menos de momento) y si atendemos a la lista de países donde va a estar disponible, prácticamente en ningún sitio Apple ha encontrado operadores dispuestos a permitir que se utilice la SIM soldada que lleva el reloj. Esto indica que, por una vez, puede que a Samsung le cueste un poco más encontrar socios para su replicación de las características en sus futuros modelos de reloj inteligente.

A pesar de todo, la demanda que está teniendo este reloj de Dick Tracy (ya sólo les falta insertar la cámara FaceTime -dales tiempo) parece que está sorprendiendo a propios y extraños. Lo que me lleva a pensar que Apple puede haber vuelto a acertar en una mina de oro que haga que las ventas de este “gadget” que tantos se han empeñado en denominar como “fracaso” tiene un futuro más que brillante.

Seguiremos informando.