La declaración pública, presentada ante el ITC (International Trade Commission) llega después de que Qualcomm presentara una demanda contra Apple por infringimiento de patentes por parte de ciertos dispositivos móviles de Apple. En esta demanda, Qualcomm solicitaba al ITC que detuviera la importación de iPhones que usaban procesadores de banda base diferentes de los de Qualcomm y sus empresas afiliadas. Básicamente, pedía que todos los dispositivos con este tipo de chips fabricados por Intel no pudieron comercializarse en Estados Unidos.
La batalla legal entre ambas empresas empezó, de hecho, en enero, ciando Apple presentó primero una demanda en la que acusaba a Qualcomm de sobreprecio en los chips suministrados y de retener 1.000 millones de dólares en pagos contractuales.
En la documentación presentada por Intel, la compañía acusa a Qualcomm de intentar crear un monopolio de facto ya que es la única compañía que puede competir en la fabricación de estos (y otros, de paso) chips de comunicaciones, y que si el ITC da la razón a Qualcomm, se dañaría de forma significativa el interés del público al eliminar la competencia en el segmento de las comunicaciones LTE en el mercado, además de enviar una señal clara a cualquier competidor OEM sobre los riesgos de desafiar a Qualcomm.
No hay que esperar una resolución rápida ni a corto plazo de esta batalla legal entre Apple y Qualcomm. Otros proveedores de la compañía de Cupertino ya se han alineado junto a ella (Foxconn Electronics, Compal Electronics, Wistron y Pegatron, que no son precisamente acompañáis pequeñas) para hacer presión, pero la resolución legal de este asunto tardará meses, si no años, en llegar a un final mientras Qualcomm ve su cuenta de resultados caer hasta un 40%.
