Las gafas de Google, que tanto ruido hicieron y que tan discretamente han desaparecido del mercado, eran una interesante apuesta que adolecía de los problemas de empezar la casa por el tejado, pensando que una vez el hardware estuviera en el mercado, se crearía un ecosistema debajo que alimentara e impulsara el dispositivo. Pero como ocurre siempre, los posibles clientes quieren tener ese ecosistema desplegado antes de tener que hacer la inversión en hardware. Y al final, pasa lo que pasa.
La aproximación de Apple a la realidad aumentada es muy diferente: está creando el ecosistema primero. Los múltiples ejemplos de ARkit y una plataforma de millones de dispositivos capaces de aprovecharse de ella permiten una desarrollo de aplicaciones, servicios y más. ¿El problema? No puedes andar toda tu vida sujetando el teléfono delante de tu cara porque no es cómodo. Pero como ya tienes todo un ecosistema y millones de usuarios usándolo, es el momento de dar un paso adelante y ofrecer una herramienta que aproveche esas características y que elimine los inconvenientes.
Apple tiene además un extra: puede/debe/puede estar haciendo un exhaustivo estudio al respecto de los fallos de Google con las gafas y poner remedio, por ejemplo, el uso de una cámara y todos los problemas de privacidad que conllevaba.
De la misma manera que el Apple Watch es un dispositivo de interacción mucho más tradicional (y tampoco le puso cámara) y ha conseguido, pese a quien le pese, hacerse un hueco en su nicho de mercado desplazando incluso a los fabricantes de relojes tradicionales (y que se lo cuenten a Swatch, que lo está pasando bastante mal, y para que lo diga Business Insider ya tiene que ser la cosa bastante dramática), la realidad aumentada requiere de otra forma de asumir y consumir información muy diferente y por lo tanto, un dispositivo nuevo.
Ahora solo hay que sentarse a esperar “los rumores”, que de hecho ya han empezado de forma discreta a emerger, pero la posibilidad de que Apple esté construyendo el momento adecuado es ya un hecho y sin la necesidad de construir la casa por el tejado.
