El asunto del buenrollismo en el desarrollo de software ya está empezando a tomar tintes épicos. En algún momento indeterminado alguien les explicó a los desarrolladores, a las malditas startups, que había que empatizar con el usuario como una medida más para conseguir que no se abandonará el servicio o la aplicación y así se empezó a crear una falsa sensación de que el desarrollador es una persona «como tú» cuando el usuario no está comprando una relación con el desarrollador, sino un servicio o una aplicación.
Así, con el buenrollismo llegan esos cuadros de diálogo que en lugar de poner «Aceptar» pone «Dale!»,se justifica el mal comportamiento de una aplicación con buenas palabras ya que «eh, en el fondo somos colegas que hacen apps» y sobe todo, se escriben textos al respecto de las actualizaciones que parecen monólogos del Club de la Comedia.
El buenrollismo es en sí una lacra propia de nuestros tiempos: se intenta empatizar con el usuario a toda costa para que el software se convierta en un amigo cuando se trata de un herramienta y cuando no cumple con las expectativas con las que se espera, todo se queda en una disculpa ente colegas y ya llegará una actualización que soluciona «eso de la junta de la trócola» que no acaba de funcionar.
Y no es que no me guste el buenrrollismo, pero no lo entiendo como una justificación. El acercamiento al usuario es esencial, pero para llegar al punto en el que estás dispuesto a atarlo de tú a tú hace falta tener un gran producto en el mercado, sólido y bien elaborado, independientemente de su simplicidad, para iniciar entonces esa relación que puede durar toda la vida. Todo lo demás son tonterías propias de una cultura de Startups en las que se ha enfatizado tanto el sentido de que el usuario es tu amigo que frecuentemente se obvia que antes de ser tu amigo es tu cliente y ha pagado poco o mucho por una app o un servicio que espera que funcione correctamente y que se actualice con frecuencia para resolver los errores que se pueda encontrar.
Así que permitidme que me declare harto de que que me traten como un colega cuando soy un cliente que se convertirá en usuario si la app o el servicio funciona tan bien como promete.
Lo demás son zarandajas.
Yo sé que soy más pesado que Valdano contando la mili, pero por favor, no pongas doble r después de una consonante…
^^^ Esto.
(salvo que se una a un prefijo terminado en r)
Pero…de buen rrollo? XD
Buen rrollazo siempre con faq-mac. Por descontoide.
[img]http://i.imgur.com/cRmbCCJ.jpg[/img]
Muy cierto, la verdad es que hay Apps que se ve que están hechas por un «colega» en un tarde a base de tutoriales. <> (véase, por ejemplo, Apple Maps).
Lo peor es que me encuentro gente que se alegra de ese toque informal y consideran que se les debe perdonar por majos.
No se debe señalar, pero lo de esta gente desde la versión 6.0 es de traca, (Camera+ en la AppleStore, https://itunes.apple.com/es/app/camara+/id329670577?mt=8).
Ese mismo «buenrollismo» es el que tenemos los clientes cuando vamos a las Apple Stores por parte de los empleados y, parece ser que a muchos no les molesta (yo lo odio, no lo voy a negar).
Yo no le he dado permiso al vendedor (de Apple o de cualquier otra marca) a que me toque, a que me pregunte el nombre si no se lo quiero dar, a que me trate como a un colega, a que toque (si odio que me toquen sin mi permiso, por eso lo pongo 2 veces), a que me bromee o a que me se crea mi amigo cuando lo acabo de conocer.
Pero, al igual que ese buenrollismo se ha implantado en las tienas, si lees las recomendaciones de desarrollo de Apple esta el que seas «buenrollista» igualmente. Creo que es parte de «su cultura».
Lo siento Carlos, pero estas madurando en el entorno Apple… 😉