El Bamboo Pad (versión inalámbrica, USB con cable disponible) es un dispositivo que se conecta al Mac vía radiofrecuencia usando una pequeña mochila que puede tardarse dentro del dispositivo, al igual que el lápiz, de forma que resulta mucho más cómodo trasladar todo el set sin perder ninguno de los dos extras. Su superficie es ligeramente mayor que el Magic TrackPad de Apple, pero al contrario que este, utiliza una zona específica para integrar un doble botón en una banda plástica para simular clic y clic alternativo. Su superficie, por otra parte, no es tan lisa como la del trackpad de Apple y tiene cierto grano fino que no resulta incómodo. El lápiz, portar parte, es extremadamente ligero, casi tiene apariencia de frágil y cuenta con un pequeño botón lateral que requiere de cierto esfuerzo (por su tamaño) para hacer clic. Un botón un poco más amplio sería mucho más cómodo para usar este lápiz con más facilidad.
La puesta en marcha del dispositivo es sencilla: se colocan las dos pilas AAA incluidas, se conecta la mochila USB a funcionar y ya puedes usar el dispositivo. El primer problema es que en el propio manual no se hace referencia a la necesidad de drivers para configurar el dispositivo (que ya viene preparado por defecto para Windows 8), pero para el Mac si que son necesarios. Los drivers para el Bamboo Pad están disponibles en la zona de descargas de Wacom y la versión que hemos utilizado (31 MB) es la 5.3.3-3, compatible con OS X 10.6 Snow Leopard, OS X 10.7 Lion y OS X 10.8 Mountain Lion. La instalación del driver ocupará unos 70 MB en nuestro Mac y requiere la contraseña del administrador.
Una vez instalado el driver, podemos empezar a configurar el funcionamiento del dispositivo, que permite una configuración mixta entre dispositivo para dibujar y trackpad. Las opciones disponibles son amplias y no demasiado complejas de ajustar.
Los problemas
Cómo tableta gráfica, una vez ajustado el comportamiento de la misma para el lápiz, la pequeña Bamboo Pad es todo lo que se espera de un producto de Wacom. Sensible al a presión, altamente configurable, con la posibilidad de múltiples opciones de trabajo, permite a un artista sacarle todo el partido a la tecnología Wacom en el pequeño y reducido espacio de trabajo, que no se “hace pequeño” a pesar de las reducidas dimensiones del dispositivo. Quizás de hecho es demasiado “sensible” y requiere de mano firme para poder controlar el huidizo cursor.
Como trackpad, la percepción no es tan buena. De hecho el dispositivo tiene cierto retraso en entender las órdenes que se le dan y en ocasiones, las hace a trompicones, como desplazarse por una imagen en Photoshop. El driver ofrece “casi” todas las posibilidades del Magic Trackpad pero no responde con la misma fiabilidad que éste además de contar con algún fallo clamoroso en su funcionamiento: el gesto para mostrar el escritorio (que en ocasiones hay que repetir varias veces para que sea entendido) no tiene “vuelta atrás”, porque al hacer el mismo gesto (pero al contrario) se activa Launch Pad, es decir, no se guarda “en memoria” que el escritorio está oculto … y no hay forma de devolverlo a su estado si no es con el teclado. Este retraso incomprensible en entender las órdenes táctiles (especialmente las complejas con más de tres dedos) junto con estos pequeños detalles a la hora de entender cómo un gesto debe tener su contrapartida hacen del Bamboo Pad un mal trackpad. Una excelente (simple, pero excelente) tableta gráfica pero un, definitivamente, incómodo elemento apuntador. El problema desde luego no está en el hardware del dispositivo, que parece sólido y capaz de responder a lo que se le ordena, sino en el driver al que le cuesta entender las órdenes que se le dan.
Precio y disponibilidad
El Bamboo Pad (versión USB) tiene un precio de 49,90€ mientras que la versión inalámbrica cuesta 69,90€. Ambos productos están disponibles en la Wacom eStore o a través de varios distribuidores.
Super tentador por precio, pero al final sólo lo puedes usar como pequeña tableta gráfica (que por cierto, sigue teniendo la misma rugosidad que WACOM se empecina en incorporar a las tabletas argumentando que proporcionan un feeling más realista al asemejarse a la textura del papel, y que aunque dicen que se ha mejorado, sigue “destrozado las puntas” en una semana de uso no demasiado excesivo… y no lo digo sólo yo, los foros de WACOM tienen hilos interminables con este problema)
Parece que WACOM se quiere acercar a los trackpads (no ahora, ya desde hace tiempo) y algunas apps a que los iPads permitan un dibujo más profesional, pero hasta que no lleguemos a la fusión de tecnologías o un nueva patente revolucionaria, me temo que el todo en uno está todavía lejos.
O al menos así lo veo yo.