Apple: Perpetuum mobile

“Para que lo nuevo pueda surgir, lo viejo tiene que morir” Steve Jobs dixit. Y esa es la cultura que Apple ha heredado. Podar todo lo que sobre, cortar todo que se quede viejo, incluso antes de que “parezca” viejo. 

La tradición del sistema operativo era la nomenclatura de felinos. Si se acaban los felinos, nada de retruécanos o piruetas para intentar alargar algo familiar. Cambio radical. Puede que para los americanos signifique algo, pero fuera de EEUU “Mavericks” aparte de remitirnos a alguna película ya añeja (de Tom Cruise, si no me equivoco) poco o nada va decirnos. Es probable que empecemos a llamar al sistema operativo por su número en vez de por su apodo, como venía siendo hasta ahora.

“No queríamos ser la única empresa del mundo que retrasa la salida de un sistema operativo porque se ha quedado sin felinos” dijo Craigh Fedirighi en la presentación de OS X Mavericks. Pues cortamos y a otra cosa. Este año Mavericks, el que viene quién sabe si Paris, o Delhi o cualquier otra cosa. Apple se ha liberado de la atadura de la serie, aunque haya sido poniéndole un nombre más propio de una beta interna que de un lanzamiento (a ver quién es el primero que dice que Jobs nunca hubiera aceptado ese nombre… vale, yo mismo).

En OS X, Apple ha cumplido. Ha ofrecido prácticamente el 100% de los avances que se le pedían (o al menos yo) en todos los frentes. Ha vuelto la “copia de seguridad” de las llaves que tenía el antiguo me.com, tenemos una versión de iWork en iCloud que nos permitirá crear y editar documentos en cualquier ordenador -y encima han anunciado que antes de final de año habrá nuevas versiones de iWork para escritorio y móviles. Tenemos la aplicación iBooks para OS X, Mapas, … tal vez el gran ausente haya sido Siri en OS X, algo que habría sido muy efectista (aunque podría ser que se incorporara antes de que salga la versión definitiva, que se espera en otoño).

En iOS… Apple ha callado todas las bocas. Todos esos que decían que iOS era aburrido porque tenía el mismo aspecto desde hace tantos años… pues ya está, cambiado. Nuevo, renovado. Como leí por ahí, sin duda es “polarizante”. Es un rediseño tan radical que no dejará a nadie indiferente: o lo amas o lo odias. Pero al mismo tiempo trae tantas mejoras y refinamientos en tantos aspectos, sólo por lo que nos han enseñado, que será difícil resistirse al cambio, y dentro de poco nos parecerá increíble que no lo tuviéramos antes.

“En iOS 7 sentimos que, en muchos sentidos, es un nuevo comienzo” dice Jonathan Ive en el vídeo de promoción/presentación del nuevo diseño. Aviso para navegantes. Nada es estático, nada es permanente. Perpetuum mobile.

En el hardware, justo cuando algunos competidores pensaban que el Macbook Air comenzaba a estar asimilado, que habían conseguido copias aceptables, Apple da otro salto hacia adelante manteniendo los precios pero aumentando todo lo demás: duración de batería, potencia, almacenamiento… qué triste es ir siempre por detrás, deben pensar los ingenieros de HP, Sony, etc. mientras les ordenan desde arriba que sigan pedaleando, que ya están cerca (¡ja!)

Y el nuevo Mac Pro… sin duda ha roto las expectativas. Una turbina espacial en color negro… (¿tendrán otro modelo en blanco para más adelante? ¿venderán carcasas intercambiables para personalizar el aspecto?) Super potente y aprovechando todas las tecnologías punteras (incluyendo algunas que aún no están disponibles, como Thunderbolt 2). Y por supuesto, en un formato que impide cualquier comparación con lo actual o futuro.

Tendrán que venir, como es habitual en estas máquinas, a que salgan los informes de temperatura, velocidad, etc. pero sólo por lo visto, casi todo el que estuviera pensando en abandonar su Mac Pro para comprarse algún PC con Windows, habrá decidido esperar a fin de año. Eso sí, falta conocer el precio. Pero igual que en cuanto a diseño se ha citado el Cube, seguro que en el tema de precios también tienen presente lo que significó equivocarse en ese punto. El objetivo de Apple en el mundo Pro no es mantener su pequeña aldea gala, sino conquistar nuevos territorios. Primero los que en otro tiempo fueron suyos y segundo nuevos ciudadanos (que además comprarán iPhones, iPads, etc.). Ahora, si sólo hubiera una actualización potente de Final Cut, Aperture y Logic… pero supongo que para eso existe el fin de año.

Si te apetece, puedes releer el artículo que publiqué “Por qué Apple debería seguir fabricando un Mac Pro“, y descubrirás no sólo que el artículo tenía un gran fundamento, sino que también se ha cumplido al 100%.

Por último (por citar sólo lo destacado), probablemente el anuncio que ha pasado más desapercibido pero que tiene un calado extraordinario. iWork en la nube. No quiero ser pedante, pero en Abril escribí “Próxima parada: aplicaciones en la nube” donde estimaba que Apple iba a dar precisamente este paso. Y todas sus aplicaciones seguirán ese camino (incluyendo, o puede que empezando por, las “Pro”). Estoy convencido de que para final de año, con la presentación de las nuevas versiones de iWork para ordenadores y dispositivos móviles veremos cómo Apple empieza a desplegar su entorno colaborativo -de momento, por lo visto- las versiones en iCloud siguen siendo “personales”.

Pero ver Pages en acción entro de iCloud deja a Google Docs como lo que es: el rey desnudo, en el chasis. Una aplicación árida, aburrida, y con poca flexibilidad.

En resumen, Apple ha vuelto a ilusionar, demostrando que cuando dicen que tienen todos los motores al máximo y que el nivel de innovación nunca ha sido más alto, no se están marcando un farol. Es cierto, rigurosamente cierto. Y para la competencia… bueno, ¿como apuntar a un objetivo que no para de moverse? ¿cómo adivinar cuál va a ser su próximo movimiento si parece tener una cintura de goma, capaz de maniobrar de un lado para otro como si fuera una pequeña empresa que arranca?

Apple, como lleva haciendo décadas, se tira al vacío sin miedo, sin paracaidas y sin red. Y de momento, sigue cayendo de pie. Gracias por otra noche inolvidable.