Parece que últimamente resulta hasta divertido poner a Samsung contra una pared y lanzarle todo tipo de cuchillos, pero es que realmente la empresa coreana ha decidido que se siente cómoda en esa situación. Si hace unos días Alf habló largo y tendido sobre la «Smart TV» de Samsung, parece que la compañía ha decidido añadir una capa más a su discurso publicitario.
En una estrategia supuestamente viral, el discurso de Samsung sobre su nueva televisión inteligente pivota desde mostrar las características del dispositivo a una situación pseudocómica en la que se llega a uno de los límites más habituales en el agotamiento de un producto: cuando las características del mismo ya no son suficientemente interesantes para el público, lo mejor es usar niños. O sexo.
Y en el caso de Samsung… pues han elegido sexo.
No lo entiendo.
¿Para ver una película tienes que estar todo el rato moviendo la mano? ¿O es un juego y cuando lo deja, sigue funcionando solo?
(Todo el rato pensaba que estaría haciendo conferencia por Skype -porque esos gestos para ver como corre un coche por la carretera… ¡y de pie!)
O animales: un perro listo siempre hace gracia a todo el mundo (y no me refiero al compañero que se escaquea en el trabajo)