La desfachatez de la “industria” de la cultura, por Alf

OJOALPARCHE.jpgHace prácticamente un año publiqué mi “manifiesto” sobre por qué las propias editoriales de libros iban a ser las culpables de que la gente descargara libros para sus dispositivos sin “pasar por caja” (Porque nos empujan a la piratería, por Alf). Básicamente, para los que no tengan tiempo o ganas de seguir el enlace, el razonamiento era: estando disponible la tecnología y los dispositivos, la demanda y los usuarios, cada día que pasara sin una oferta legal (y razonable en precio) de libros era un día en que la gente se acostumbraba a buscarse la vida y a relativizar el valor de algo que -obligados por las circunstancias- acababan encontrando gratis.

Ayer, los regentes de la agonizante industria de la “propiedad intelectual”, salieron a la palestra para darme la razón, quejándose de que ahora, dos años después del iPad y alrededor de cuatro de iPhone (más no se cuantos de Kindle, lectores de eBooks, teléfonos Android, etc.) la gente no compra libros digitales.

Por supuesto, la culpa es del árbitro (o sea, de otros, en este caso del gobierno) que no aplica el “reglamento” que les dictaron ellos con rigor. Claro, es un reglamento del juego hecho a su medida, ignorando el terreno de juego, el equipo contra el que juegan (mucho más rápidos y eficaces que ellos) y el público que acude al espectáculo.

Dicen ayer (sacado de El Mundo): Aseguran que sólo un 2% de la música se obtiene pagando, y “la mitad de los libros se ‘piratean'”.

Por supuesto, vamos a dejar por un momento por válido el cálculo, como si todo el que se descargara una canción fuera a comprar el disco completo o como si el que se descarga un libro fuera a comprarlo. Vamos a dar por cierto que consiguen, mediante un algoritmo mágico, que sólo ellos conocen, para calcular la música que se descarga “pirata” (por usar el convencionalismo). Algo que por definición es imposible de conocer, puesto que no hay registros de descargas, ni de usuarios, ni de nada. Es fantástico poder poner un porcentaje cualquiera para que parezca que la situación es gravísima, porque como no hay un total con el que comparar…

Yo soy “de letras”, claro, y es fácil que me confunda, pero apostaría a que hasta yo podría entresacar correlaciones entre ventas y descargas para deducir que el 2% es una cifra artificial puesta para asegurarse de que todos los medios, absolutamente carentes de sentido crítico y/o obedientes espejos de todo lo que diga la autoridad, lo reflejen sin cuestionamiento.

[Actualización: Consultado el PDF del estudio, esto es lo que dicen sobre la metodología: Muestra Demanda: encuesta entre 3.000 usuarios utilizando un panel online de más de 72.000 panelistas. El tamaño de la muestra garantiza un elevado nivel de confianza en los resultados. No existe ningún estudio de ámbito nacional comparable. Representatividad: La muestra utilizada es representativa de adultos españoles comprendidos entre los 16 y los 55 años, y conforme a las cuotas de sexo y comunidad autónoma según datos de población general.]

Por otro lado, si es cierto que aún se compran la mitad de los libros que se descargan, pueden darse por contentos. Me parecen muchos. Y dice mucho del nivel de lectura de nuestro país, donde el que más y el que menos está convencido de que, aparte periódicos deportivos y vampiros y niños magos, prácticamente nadie lee nada.

IDC, la empresa de estudios de mercado, es la responsable del mismo, encargado por la Fundación para la Protección de la Propiedad Intelectual, y -a falta de leer el informe completo- la única solución que parecen ofrecer es que el gobierno ejecute la Ley Sinde hasta las últimas consecuencias, persiguiendo todo lo que se mueva para que los encargantes no noten que se les enfría el asiento (no vaya a ser que tengan que mover el culo).

No se dice nada (al menos en el comunicado) de intentar acercar los precios de los productos digitales al coste real de producción. Mientras que un libro o un disco físico siempre tiene unos costes asociados de producción, una canción o un libro digital tiene un coste cero por más copias que se vendan (salvando el ancho de banda, almacenamiento, etc.) No se dice nada de por qué sus precios son tan sospechosamente artificialmente parecidos a sus homónimos físicos. O en qué medida la limitación de la oferta repercute en la descarga de títulos que las propias editoriales no han puesto en las tiendas digitales.

El director general de la Fundación para la Protección de la Propiedad Intelectual, José Manuel Tourné, ha sido el encargado de presentar este estudio tan favorable para sus intereses, y asegura que “el aumento al retraso de la entrada en vigor del Reglamento que desarrollará la Ley Sinde, que permitirá el cierre de páginas web de descargas ilegales con autorización judicial, y que está en trámite de consulta en el Consejo de Estado. Tourné ha pedido al Gobierno que cumpla el mandato del Parlamento y apruebe con urgencia el Reglamento que desarrolla esta norma.

(El por qué El Mundo utiliza negritas -que nosotros hemos eliminado- para resaltar frases es algo que se me escapa. ¿Será que venía así en el original de la Agencia Efe? ¿Será que la nota de prensa original enviada a la Agencia Efe ya incluía las negritas? Misterios del periodismo 2.0)

Sin embargo, la edición en papel de El Mundo incluye más información (hay que recurrir a Orbyt para leerlo –también reseñado en ADN) y una “amenaza” que ya es para tirarse por los suelos de la risa. Dice el señor Tourné (que sin duda ese día estaba de humor):

Si el mercado sigue así, nos iremos

¿Pero adónde vais a ir, alma de cántaro? ¿A un país sin escáneres? ¿A un país sin impresoras multifunción? ¿A un país sin internet? ¿A un país donde no se hable español? Es posible que en Cuba, Venezuela o en China os encontrarais a vuestras anchas, con gobierno siempre dispuesto a oprimir a su pueblo en cuanto tienen una buena excusa para limitar el “imperialismo”. Claro que la descarga de contenidos sin ánimo de lucro podría considerarse el triunfo definitivo de la lucha de clases, donde la cultura es accesible a todo el mundo… entonces esos tampoco valen.

En cualquier caso, estimado señor Tourné y demás compañeros de poltrona (que diría el maestro José María García), ¿dónde van a vivir mejor que aquí? Si hasta les da para pagar informes a medida y reclamar responsabilidades al gobierno porque su negocio se muere… ¡como si el gobierno no tuviera ya suficientes negocios muertos en su haber!

Un consejo de este humilde sufridor de su incompetencia: dejen de llorar, de verdad, dejen de llorar, que no arreglan nada y no dan pena a nadie. Límpiense los ojos de lágrimas y miren con atención el mercado. Verán que está lleno de oportunidades. Que estamos entrando en una nueva edad de oro de los contenidos (aunque puede que no de la “industria”). Miren el mercado y abrácenlo con pasión. Bajen a la arena y peleen con las mismas armas que los demás: abaraten el producto, trabajen para ser omnipresentes, para dar facilidades para que la gente encuentre los libros que quiere leer, ofrezcan productos bien maqueados, enriquecidos -cuando corresponda, obliguen al cliente a elegir entre un documento Word guarrindongo o un PDF con textos mal reconocidos, y un libro perfecto, precioso, barato, accesible… y verán cómo la tendencia se invierte.

De verdad, no es tan difícil. Pueden conseguirlo. Pero claro, nadie les va a regalar nada, tienen que trabajar. ¡Ah, que eso no se lo habían dicho! Vaya por dios…

@Alfdefaqmac

pd.: sobre el cierre de videoclubs prefiero no ensañarme, porque ya hace falta tener la cara de cartón piedra para decir que han cerrado por la piratería y no por la comodidad de los Imagenio, Ono, etc.

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Anónimo
Anónimo
12 years ago

Ole, ole y ole. Te doy toda la razón, tanto en este artículo como en el de “Nos empujan a la pirateria”.
Me parece una vergüenza, estan tan acostumbrados a que el dinero les llegue sin esfuerzo, que ahora les molesta tener que cambiar la manera de funcionar.
También me parece vergonzoso el precio de los libros electrónicos en comparación de los de formato papel. Sin gastos de edición, sin gastos de distribución, sin el margen de la tienda, y casi valen igual.

Sayonara
12 years ago

No puede ser que un libro digital cuesta prácticamente lo mismo que uno de papel (y no me vale la excusa del IVA, que se calcular porcentajes). Si la oferta fuera como cuentas, no merecería la pena bajarse algunos libros que dan grima verlos

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Sayonara
http://capeandoeltemporal.blogspot.com

Anónimo
Anónimo
12 years ago

Bravo por el artículo!! Enhorabuena!

Anónimo
Anónimo
12 years ago

Perfecto, llamando a las cosas por su nombre y desenmascarando a toda esa peña de burócratas apoltronados que se han quedado en el siglo pasado.
A lo mejor pensaban que su negocio, tal cómo lo tenían montado, duraría para siempre.
Que no, pringaos, que el mundo ha cambiado, no mucho, sinó muchísimo y hay que trabajar, ponerle imaginación y ganarse al cliente/consumidor.
Y sinó que se fijen en Apple y ens sus tiendas online y en los millones de programas, canciones, etc. que venden.
Bueno el problema es que miran a Apple y tampoco no entienden nada. Genios cómo Jobs no abundan y menos por estas latitudes.

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