2011: el año del tablet, por Ramón M. Boj

El departamento de análisis de la firma de inversión J. P. Morgan ha lanzado dos comentarios sobre el mercado de los tablets últimamente. En el primero de ellos, el pasado mes de marzo, advertía sobre la posible burbuja de producción de este producto, que podría basarse en previsiones de ventas demasiado optimistas, lo cual tendría como consecuencia que los fabricantes se encontrarían con amplios stocks de sus productos sin vender.

Ahora, se da una nueva vuelta de tuerca a ese análisis y comenta que la práctica totalidad de rivales de Apple han bajado sus previsiones de fabricación ante la evidencia de que sus equipos no se están vendiendo como esperaban.

En la tabla siguiente pueden verse estas reducciones previstas de producción de tablets, pero lo más significativo no es que empresas como Dell prevean fabricar un 20% menos de lo previsto hace tres meses, Motorola baje en un 18% sus previsiones y RIM (Blackberry) un 14%.

Lo verdaderamente relevante, aparte de que Apple siga pensando en fabricar 38.000.000 de iPads este año, se encuentra en la primera columna, no en la última, que es donde todo el mundo ha puesto la vista y sus comentarios. Si pasamos esta columna a un gráfico, observamos como Apple tiene previsto fabricar muchísimas más unidades que cualquiera de los otros fabricantes, de hecho más unidades que la suma de todas las otras marcas del mercado juntas. La conclusión que puede extraerse de estos datos es que el resto de marcas no van a hacerle competencia a Apple, van a hacerse la competencia entre ellas.

Si los 35 millones de equipos que no produce Apple fuesen fabricados en un porcentaje alto por una o dos marcas, sí que serían rivales para Apple. Sin embargo, vemos como el siguiente fabricante tras Apple es Asus y apenas supera el 10% del total. El resto de compañías ni siquiera se creen que puedan tener un éxito relevante en este mercado y, consecuentemente, no se han lanzado a producir de forma masiva unidades ante la alta posibilidad de quedárselas en sus almacenes sin vender. Apple creyó mucho más en su producto cuando lanzó el iPad en marzo de 2010, porque no pudo satisfacer la demanda durante meses y en el primer trimestre de comercialización vendió 3.270.000 iPads, más de lo que la mayoría de marcas rivales tiene previsto fabricar (que no vender) en todo 2011.

Las marcas han visto un mercado con un gran potencial de crecimiento en el segmento de los tablets, pero también han visto que es imposible competir con Apple, que seguirá durante muchos meses copando mucho más de la mitad del total de ventas. Sólo les queda luchar entre ellas por la cuota de mercado que deje Apple y es posible que no puedan arañarle muchas ventas. En lo único que pueden confiar para aumentar sus ingresos es en que el mercado de tablets siga creciendo y, aunque no aumente su cuota de mercado, sí que puedan vender más unidades, porque los consumidores van a comprar cada día más tablets y menos ordenadores. Los impedimentos que tienen para enfrentarse al iPad de Apple son los siguientes:

1. Precio. Ni siquiera aquí hay un elemento de peso que haga decantarse en la elección por otros equipos. El modelo básico de iPad 2 cuesta menos de 500$-500€ y, si todavía nos parece mucho, se puede pedir el iPad original por menos de 350.
2. Canal de distribución. Apple vende la mayoría de iPads directamente, bien a través de sus tiendas físicas, como a través de su tienda en Internet, lo que le permite disfrutar de un margen de beneficios mucho mayor por unidad vendida. La competencia tiene que vender a mayoristas, con lo cual comparte el margen de ventas con el vendedor final y hace menos atractivo invertir en este segmento de producto si los márgenes son muy estrechos.
3. Tienda de aplicaciones. Apple logra un 30% de los ingresos por la venta de aplicaciones para el iPad, mientras que los fabricantes que instalan gratuitamente Android en sus equipos ceden ese 30% de ingresos a Google, con lo cual están dejando escapar una fuente de ingresos que les rebaja de nuevo el beneficio de sus equipos.
4. Economía de escala. Apple compra muchos más componentes porque fabrica y vende muchos más equipos, de modo que puede beneficiarse de mejores condiciones de compra y acceso a componentes nuevos con preferencia al resto de competidores.
5. Producto líder. Apple presentó el iPad hace más de un año y la competencia se ha puesto a imitarlo tarde y mal. Ahora el iPad 2 vuelve a estar por encima del resto y sigue llevando meses de ventaja.
6. Producto no diferenciado. El iPad utiliza en exclusiva el sistema operativo iOS, mientras que la práctica totalidad de rivales instala Android, lo cual les impide ofrecer un producto diferenciado del resto de marcas.

Esta última característica, que supuso un lastre cuando Apple lanzó el Mac en 1984, se ha convertido en la principal ventaja competitiva ahora mismo. El iOS no lo utiliza solamente el iPad, sino que también funciona en el iPhone y en el iPod Touch, lo que convierte a este sistema operativo en el más difundido entre los dispositivos ultraportátiles (de hecho, supera a la suma de todos los demás). En 1984 la diferencia entre el precio de los PC clónicos con MS-DOS y Windows frente a los Mac, provocó que la cuota de mercado de Apple no pasase de ser algo anecdótico. Hoy, el líder del mercado es el producto cerrado de Apple y nadie puede competir con él ni por precio, ni por prestaciones, ni por cuota de mercado. Además, al igual que sucede con el hardware, Apple sigue yendo bastante por delante, porque la semana próxima se presenta iOS 5, algo que puede ser no la ya puntilla, sino la lápida para la competencia.

O alguien inventa algo revolucionario y lo inventa ya, o los fabricantes van a tener que ponerse a producir lavadoras o aspiradores. Porque el mercado de tablets no va a dejar de crecer, pero va a seguir estando en manos de Apple, y el mercado de ordenadores ya ha comenzado a retroceder y no es lo mismo luchar por los restos de un pastel que cada día es mayor que por otro que va achicándose con el tiempo y, encima, pagando a Microsoft por instalar su sistema operativo.