Un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Escocia, ha aplicado la entropía o “medida del desorden” al análisis de una serie de símbolos pictos, hasta ahora indescifrables. Gracias a este método, han conseguido establecer que dichos símbolos no eran aleatorios o meramente repetitivo, sino que constituían un lenguaje. Los científicos afirman que el sistema podría aplicarse a muchos otros restos arqueológicos para interpretar escrituras enigmáticas pero, también, a la comunicación animal para descubrir, por ejemplo, qué cantidad de información se transmiten los delfines a través de los sonidos que emiten.
Cómo se pueden diferenciar dibujos o imágenes aparentemente aleatorias de un pasado remoto, de lenguajes escritos con símbolos, si desconocemos el significado de éstos?
¿Cómo se puede saber que los símbolos dejados por civilizaciones del pasado en piedras, por ejemplo, constituían en realidad un lenguaje? La respuesta parece encontrarse en las matemáticas.
Según publica la revista Physorg, un equipo de investigadores de la Universidad de Exeter, en Escocia, ha conseguido constatar que una serie de símbolos pictos, aparentemente azarosa, era en realidad un lenguaje escrito. Y lo ha hecho gracias a la aplicación de la entropía, un concepto matemático que podría definirse como “medida del desorden”.
Los pictos fueron un conjunto de tribus celtas que habitó el norte y el centro de Escocia desde los tiempos del ImperioRomano, entre los siglos IV y X de nuestra era. Descendientes de los caledonios y otras tribus, la tierra de los pictos se convirtió en el reino de Alba (Escocia) durante el siglo X, por lo que los pictos se convirtieron en Albannach o escoceses.
De la escritura de estas tribus quedan escasos restos arqueológicos inscritos en piedra, de los que se han ocupado los especialistas, hasta ahora sin poder constatar con un método objetivo que tales restos eran verdaderamente una escritura.
Según explican los investigadores Rob Lee, Philip Jonathan y Pauline Ziman en un artículo aparecido en Proceedings of Royal Society, éste no es el único caso en que se da esta situación, porque muchas sociedades prehistóricas han dejado gran cantidad de símbolos inscritos cuyo significado se ha perdido.
El sistema matemático desarrollado para estudiar los textos pictos podría servir para conocer mejor todos esos lenguajes, para interpretar muchas escrituras enigmáticas e, incluso, para analizar la comunicación animal, aseguran los investigadores.
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No quiero ir de «listillo», pero… la Universidad de Exeter, está en Exeter, al sur de Inglaterra (Devonshire, para ser más exactos). Eso queda tan lejos de Escocia como Cádiz de Santiago de Compostela. Ahora bien, los pictos sí que estaban en Escocia 🙂
Saludos.