Presentación del primer iPod por Steve Jobs.
La iTunes Store proporcionaba unas búsquedas sencillas, una compra fiable a través de tarjeta de crédito y unos precios muy asequibles, por debajo incluso del coste de la misma música en CD. A partir de entonces, el iPod, aún manteniendo su aura de objeto de lujo y clase, se popularizó a todos los niveles. Primero en EE. UU. y luego en el resto del mundo, conforme la iTunes Store se hacía disponible en más y más países. Con la aparición en 2005 del iPod Shuffle por 99 dólares y la segunda generación del iPod mini por 199 dólares, casi cualquier persona podía acceder a la facilidad de uso y compra de nuevas canciones que proporcionaba el iPod, lo cual disparó el número de unidades vendidas cada año.
Las ventas de canciones, con un precio de 0,99 dólares en su mayor parte, comenzaron de forma tímida y se mantuvieron estables durante 2003 y 2004, para dispararse en los años siguientes, superando un total de 5.000 millones de canciones vendidas a mediados de 2008.
El pasado año, Apple confirmó los rumores sobre un nuevo dispositivo: el iPhone, presentado en enero de 2007. Comenzó su andadura comercial en EE. UU. en junio de 2007, para estar disponible en Reino Unido, Francia, Alemania, Irlanda y Austria meses más tarde. A pesar de los pocos países en los cuales se ha comercializado, el iPhone de primera generación ha vendido más de 6 millones de unidades en su primer año. La segunda generación del dispositivo ha añadido la conectividad a redes móviles3G, que mejora muchísimo la velocidad transferencia de datos. Además, se ha ampliado el número de países donde se comercializa, abarcando la mayor parte de Europa, Norteamérica, Australia y Japón poco después de su lanzamiento. En los primeros tres días de disponibilidad del iPhone 3G, se superó el millón de unidades vendidas y también se ha superado la previsión del 1% del mercado mundial de móviles, es decir, 10 millones de unidades, al final del cuarto trimestre fiscal de 2008.
La nueva versión del iPhone tiene, sobre todo, un precio mucho más atractivo. Frente a los 499 dólares y 599 dólares de las dos versiones iniciales de 4 y 8Gb, el iPhone 3G se vende en EE. UU. a 199 dólares y 299 dólares. El recorte de precios a menos de la mitad provocó incluso desabastecimiento en las tiendas, colas y listas de espera. Aparte de la sobredemanda inicial, sin duda fue una táctica de venta, para mantener el aura de objeto “premium”, porque la producción de Apple se ha encargado de mantener abastecidos los canales de ventas, salvo situaciones puntuales.
Pero, aún con estas cifras de ventas y previsiones futuras (deben incorporarse más países a la distribución del iPhone en los próximos meses), el mayor éxito del iPhone está todavía por llegar. En el caso de la primera versión, Apple logró atar a las compañías distribuidoras a un contrato que les obligaba a repartir parte del consumo de voz y datos generado por los clientes del iPhone. A cambio las compañías de telecomunicaciones obligan a los clientes a firmar un contrato de permanencia de dos años. Con la aparición del iPhone 3G este modelo casi ha desaparecido, sobre todo porque en muchos mercados no existe la exclusividad de distribución del iPhone por una compañía de telecomunicaciones.
El verdadero éxito será lanzar el iPhone como algo muy exclusivo primero, más accesible después y, finalmente, popularizarlo a todos los niveles, para llegar al mayor número de público posible. Esta táctica comercial nunca la ha realizado Apple con sus ordenadores, prefiriendo mantener una imagen de “nicho” comercial y un mayor margen de beneficio en cada equipo vendido. Dell, el mayor vendedor de ordenadores del mundo logra unos beneficios de 2.127 millones de dólares, con unas ventas que superan los 47.600 millones (en los 9 primeros meses de 2008). Mientras que Apple obtiene más de 4.800 millones de dólares de beneficios, vendiendo productos “sólo” por valor de 32.400 millones. (datos de los últimos 12 meses) Obtener casi el doble de beneficio (si extrapolamos los datos de Dell al último trimestre), vendiendo casi la mitad que Dell implica un margen sobre ventas brutal. ¿Hay que buscarlo en los ordenadores? En parte sí y en parte no, veamos. Casi la mitad de los ingresos, un 46%, continúa proviniendo de las ventas de ordenadores, le siguen las ventas de iPods, un apartado que se estanca, con una subida de apenas el 3% en el último trimestre, frente al aumento del 17% en ventas de ordenadores. El tercer apartado que proporciona más ingresos a Apple son las ventas de música, que continúan aumentando a un asombroso ritmo del 38% sobre 2007. Es ahí donde reside la fortaleza de Apple, porque casi se puede hablar de un gasto fijo e invariable (el coste de las licencias a las discográficas y los servidores de iTunes Store) que apenas se modifica ante aumentos de ventas, lo cual proporciona un margen de beneficios cada vez más amplio.
Ahora es cuando entramos en el tema iPhone. Dejando aparte que los ingresos han pasado de apenas 123 millones en 2007 a más de 1.844 en 2008, el verdadero filón está en los ingresos que se van a generar con los servicios asociados al aparato, no con las ventas del mismo. El coste de adquisición del iPhone es alto, lo que le posiciona como un aparato de status, como ocurrió con el iPod al principio, pero el verdadero éxito del iPhone vendrá por la AppStore, como el éxito del iPod ha venido por las ventas de música y video a través de la iTunes Store.
El éxito del iPhone está siendo, si cabe, más vertiginoso que el del iPod, porque el número de aplicaciones disponibles crece más rápidamente que crecían en su día las canciones disponible a través de iTunes. Además, incluir nuevos títulos en iTunes suponía largas y arduas negociaciones con los artistas y las discográficas, mientras que los propios programadores envían sus programas a Apple para que los posicione en su tienda para el iPhone e iPod Touch: recientemente se ha llegado a un total de 10.000 aplicaciones disponibles y a 300.000.000 de aplicaciones descargadas. Como comparación, iTunes llegó a 300 millones de canciones vendidas en marzo de 2005, casi dos años después de abrir sus puertas.
Lo mejor de la AppStore es que los costes para Apple son mínimos, menores que los de iTunes, porque los intermediarios no existen: los ingresos van a Apple y al programador directamente. Los programadores están encantados de disponer del inmenso escaparate de Apple para sus programas y Apple se beneficia de una legión de pequeños programadores a los cuales no tendría acceso, ni conocería siquiera. Muchos de esos programadores están lanzando cientos de juegos para el iPhone, con lo cual pasa a competir con las consolas portátiles PSP y Nintendo DS, pero con una gran ventaja: montones de juegos disponibles desde el propio dispositivo (no hay que salir a comprar en una tienda) y con precios baratísimos, incluso gratuitos.
Apple ha vuelto a dar en el clavo, al anticipar un mercado emergente que se ampliará de forma exponencial en los próximos años. Descubrió el potencial de las descargas (de pago) de música por Internet y lo asoció al iPod y ha descubierto las posibilidades de un teléfono móvil con más servicios asociados. El mercado potencial del iPod era amplio: mucha gente escucha música con auriculares; pero el del iPhone parte de una base de clientes mucho más amplia, porque mucha más gente usa un teléfono móvil que un dispositivo musical portátil. En España, por ejemplo, hay más móviles que habitantes.
Un artículo de Ana y Ramón