Un iPhone sin histerias, por favor (V), por Alf

Alf-small.jpgEsta semana ha llegado la hora de la verdad del iPhone. Ahora es cuando se va a saber si el iPhone es verdaderamente revolucionario o si simplemente se va a quedar en un objeto de diseño, popular, de moda efímera como tantos otros móviles de otros fabricantes que tienen que ser sustituidos periódicamente porque su público es consumidor de novedades, no usuario de terminales.

Durante un año el iPhone ha disfrutado del estado de diva de la telefonía, aprovechando al máximo su ventaja competitiva de interfaz, sistema operativo y pantalla táctil. La parálisis mental que sus competidores han sufrido (y que los que seguimos a Apple ya hemos vivido y seguimos viviendo- con el iPod) han convertido su existencia en un «paseo» en el que cada comparación que le hacían con la competencia le fortalecía y distanciaba más.

Pero la llegada del iPhone 3G marca una diferencia, y no es la que la gente suele pensar. Ya no es un producto revolucionario, sino evolucionario. La nueva versión del sistema operativo se ha limitado a cumplir las expectativas de lo que la gente esperaba, haciendo un teléfono más completo, pero no mejor (si se me permite la expresión).

Está claro que en los primeros días se venderán cientos de miles, millones incluso en todo el mundo. Veremos colas, histerias (a pesar de mis recomendaciones) y críticas sublimes. También veremos artículos del tipo «diez razones para no comprar el iPhone», pero seguirán siendo patéticas pataletas disfrazadas de periodismo, de las cuales seis o más no tendrán nada que ver con limitaciones reales del teléfono.

Es evidente que durante meses veremos anuncios de nuevos programas para el iPhone (y su primo el iPod touch), pero como todos los fabricantes saben, esto es una carrera de fondo.

En estos dos años que vienen Apple se juega el futuro de su plataforma móvil. Aproximadamente a medio camino, Android estará listo para empezar a ocupar terminales de forma masiva, y seguro que Google pone buena parte de su billetera para asegurarse de que se desarrolla para su plataforma.

Nokia ha comprado Symbian, y pretende utilizarlo como arma arrojadiza contra sus competidores. Habrá que ver qué progreso real tiene. Si es como Ovi, la plataforma vale-para-todo de Nokia para sus teléfonos, Apple puede estar tranquila.

De momento Apple tiene claro que si quiere quedarse con el nicho del cliente «caro», que gasta y disfruta de sus gadgets, tenía que eliminar la barrera del precio. Y que si quería entrar en la empresa no valía con ser fashion y que necesitaba software y conectividad. Las dos casillas están tachadas como objetivo cumplido. Está claro que Apple ha puesto toda la carne en la barbacoa y que le gusta muy hecha (Jobs me perdone la alusión a tan impuro alimento).

Pero cuando el polvo de pose, y el barro se seque, será el momento de ver si el iPhone de verdad es el teléfono móvil más avanzado del mundo o simplemente es un juguete caro que hay que reemplazar cada año con nuevos modelos y ampliar su gama para intentar arañar porcentajes de usuarios.

Ahí es donde Apple se juega todo: credibilidad, dinero, usuarios… puede que incluso el crecimiento de la cuota en el mercado de ordenadores.

Seguiremos informando.

Esta entrada pertenece a la serie «Un iPhone sin histeria, por favor» [(I), (II), (III) y Compradores del iPhone: Ante todo mucha calma. Tres cosas que tienes que asumir, por Alf]

Deja una respuesta