Hoy entra en vigor la tasa que en un golpe de estado, apisonando cualquier derecho a la presunción de la inocencia y perpetuando una creación cultural anémica, subsidiada, parasitaria, que depende del estado para su supervivencia, matando en consecuencia cualquier competencia real o esfuerzo creativo, que discrimina tanto a otros creadores iguales a los que no se subvenciona -y contribuyen igual o más que los subvencionados- por no integrarse en la superestructura de comisarios y policías de la cultura, como a creadores de otras disciplinas que ni siquiera son recibidos para escuchar sus cuitas. Una columna de Alf en Ipodizados
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