Un iPhone sin histeria, por favor (II)

Alf_low_cornered.jpgUna de las lecciones que Apple parece haber aprendido -¡por fin!- de sus experiencias con el iPod es que a los consumidores no nos gusta que nos anuncien un producto como disponible y que la realidad es que tarda en llegar tres, cuatro meses a las tiendas. Son cinco años de Navidades diciendo «nuevos iPods a la venta» y que pasen los Reyes, a ver si hacen magia, porque iPods no hay. Muchos por el camino se compran otro producto, y a la próxima, si hay, pues ya caerá un iPod.

Repito: «parece» que con el iPhone Apple no quiere repetir errores, y está dispuesta a ir al paso -lento- necesario para asegurarse de que no pone a la venta en un país el iPhone si no puede fabricar el número necesario.

¿Nos gustaría que Apple hiciera como Nokia, lanzar un móvil en todo el mundo a la vez y en cantidades suficientes como para que pase de valer 300 euros a regalarse con los puntos sin que se note? ¡Cómo no! Aunque en este caso, y sin que sirva de precedente, ser parte de África (es un chiste, no se solivianten, por favor) nos ha beneficiado: nos llegará el iPhone más barato, nos llegará con un sistema de desarrollo de programas oficial, posiblemente nos llegará ya una segunda generación -sí, con 3G. En resumen, un producto más maduro, más estable, y con una trayectoria ya establecida.

De momento, cuatro países han podido poner a la venta el producto: Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia. Es normal que en Navidades no haya ampliación de mercado -por más que nos duela-, para evitar movimientos raros en los stocks. Seguro que una vez pasadas las navidades, se abren paulatinamente nuevos puntos, hasta acabar el año con cobertura mundial.

En el artículo anterior contaba la anécdota de una persona de Microsoft y su «conocimiento» del mercado europeo. Parecidos comentarios me han llegado de gente de Nokia, avisando de que «verás cuando empecemos a sacar modelos táctiles en todo el mundo».

Que sí, que vale. Que sois muy grandes y poderosos, y los líderes, y os habéis merendado a los Motorola, Ericsson y compañía. Pero que con el tiempo os habéis olvidado de ilusionar al consumidor, y que la mayoría de los móviles que vendéis, se los vendéis a las operadoras para que los regalen o los oferten. Ese mercado a Apple le da igual. Podéis quedároslo.

A ver cómo lo explico para que lo entiendan los que no siguen a Apple: a Apple sólo le interesan los segmentos de mercado donde hay margen. No le interesa (ni en ordenadores, ni en reproductores MP3, ni en telefonía móvil) «mover cajas», vender al peso. Sólo le interesa el mercado que gasta dinero y que aprecia la marca.

Para todo lo demás… bueno, están todos los demás. Apple es diminuta en términos de plantilla, recursos propios de comunicación, incluso red comercial cuando se la compara con los gigantes con los que compite en sus mercados. Así que tiene que optimizar al máximo sus acciones y sus productos. Y no puede tener productos que no sean rentables, aunque le den prestigio (aún te recordamos, Cube).

Apple ha fijado su modesto objetivo de ventas (un 1% del mercado) a un año, y para ello va a poner toda la carne en el asador intentando convencer con sus armas: diseño, hardware y software. Lo que se calla, ladinamente, es que se quiere quedar con el 1% que importa, con el que deja margen y fidelidad.

Y esa es una canción que interesa mucho a las operadoras. No les va a llevar morralla que abandonará cuando otro le de más puntos por cambiarse. Se va a llevar a clientes (y empresas) de los que pagan dinero (una pasta) por los productos que utilizan, que contratan un plan a dos años y encima… están contentos de hacerlo.

Pero me distraigo y me olvido de por dónde iba… ¿nos gustaría que Apple fuera Nokia y de un día para otro ya hubiera iPhones en todo el mundo? Por supuesto. Pero, ¿cómo aprovisionas cantidades de un producto nuevo (en todos los sentidos) que utiliza tres chips en cada aparato, de un producto caro y que, a la hora de la verdad, no sabes si se va a vender como churros o si te la vas a pegar? También es verdad que Nokia puede hacerlo porque no innova. Sólo cambia características y carcasas.

¿No será mejor ir poco a poco, probando el mercado, haciendo las correcciones que sean necesarias, mientras aprendes, mientras conoces, mientras mejoras?

Hay mucha gente -y ellos saben que lo sabemos porque presumen de ello- que se ha hecho con un iPhone importándolo «de estrangis», que lo manipula, le instala programas, descubre nuevas prestaciones… y todo de un producto que se vende en cinco países, que es «caro» y cerrado… no me extraña que tanto los operadores como los fabricantes de móviles estén nerviosos con el alcance real del iPhone de Apple.

De momento, todos los fabricantes han reconocido que se han tenido que poner a trabajar para (intentar) igualar la oferta de Apple. Sólo por eso, me descubro ante Apple y tendrá mi agradecimiento eterno.

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