Mucho se ha escrito sobre la supuesta capacidad de Apple para transformar la industria del cine. En el 2006, añadió a su tienda iTunes la posibilidad de descargar vídeos a un reproductor iPod. El siguiente paso fue, hace un año, el lanzamiento de Apple TV, accesorio que permite ver en un televisor las películas previamente descargadas por ordenador. El planteamiento ha sido fallido, reconoce Steve Jobs, porque «lo que la gente quiere son películas, películas y más películas».
Tomando nota de la bulimia cinematográfica del consumidor, el martes 15, Jobs presentó la segunda versión de Apple TV, más barata, que ya no necesita ordenador para transferir los contenidos al televisor. A partir de finales de febrero, su tienda iTunes alquilará películas, una rectificación llamativa porque hasta ahora se negaba a aceptar que «la gente» prefiere alquilar películas a comprarlas.
El arriendo de películas en línea no es una idea nueva. Sin contar el vídeo bajo demanda de los operadores de televisión, hay servicios comparables en internet – CinemaNow, Movielink, Netflix y Blockbuster- que languidecen en ausencia del gancho que sí tiene Apple. También había decenas de reproductores mp3 antes de que, con el lanzamiento del iPod, consiguiera disciplinar el mercado de la música on line para vender, hasta la fecha, 4.000 millones de canciones, a 99 céntimos cada una.
A razón de 3,99 dólares por película (y un dólar adicional en alta definición), no sería esta una proposición económica suficiente para reemplazar la distribución masiva en DVD y mucho menos para combatir la piratería. Tal vez Apple ha calculado que la confusión creada por la guerra entre formatos favorece sus planes, pero sabe bien que la competición adopta otras formas: varios fabricantes se proponen integrar el acceso a internet en sus televisores. Por cierto, se especula con el próximo lanzamiento de un televisor Apple, que incorporaría la conexión a iTunes.
Todos los grandes estudios han consentido que sus productos se alquilen a través de la tienda de Apple, con la posibilidad añadida de verlas en las pantallas de un iPod o un iPhone. Fox ha ido más lejos, al compartir un desarrollo de Apple, el sistema Digital Copy, con el que se podrá copiar una película previamente comprada en DVD para verla en esos mismos dispositivos. Apple confía en que logrará reinventar el vídeo on line, como hizo con la música on line.
No obstante, hay diferencias entre la música y el vídeo on line. En la primera, sólo ahora empiezan a despertar los competidores de iTunes; en cambio, los sitios de descargas de vídeo ya han ocupado un terreno. Claro que iTunes tiene 52 millones de usuarios, una sólida base para empezar.
Fuente: La Vanguardia
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