El Quinquenio de Jobs: Balance de logros y fracasos.

Cinco años después de los acuerdos con Microsoft, Steve Jobs lanza la ofensiva contra Windows. El adversario es poderoso pero Apple se ha fortalecido. Balance de logros y fracasos de un primer quinquenio.

Primera parte de este interesante artículo de Florian Innocente y traducido por mjab.

“La industria de la informatica personal esta muerta. La innovación ha cesado virtualmente. Microsoft domina con pocas novedades. Esto ha terminado. Apple ha perdido”… ruda constatación. ¿Su autor? … Steve Jobs en febrero de 1996.

En esta época internet gritaba, rugía, se le presentía como el corazón de todo, relegando al PC a la periferia como terminal de acceso. Diez meses mas tarde, por un acto del destino Jobs vendía Next a Apple para tomar las riendas de la firma de Cupertino durante el verano de 1997.

Cinco años después, el equivalente de un mandato en politica, podemos arriesgarnos a hacer un primer balance. En tanto que Jobs juzga a Apple suficientemente fuerte para relanzar una cruzada, la de siempre, la reconquista de los usuarios PC.

Carrera contra el reloj.

Después de cinco años , Apple reocupa el frente de la escena mediática, puesto que está situada, en el año 2002, en el lugar 325 de la clasificación de Fortune de las 500 primeras empresas americanas.

Ningún PC durante este periodo ha alcanzado el estatus de icono del iMac. Un éxito debido a formas audaces pero también a una reorganización completa de Apple, del marketing a la producción, de la creación de hardware al software.

Inmediatamente Jobs coge las riendas, la purga ha comenzado en la cima. El consejo de administración constaba de siete miembros, solo uno salvará el puesto. En el planta inferior, cuatro vicepresidentes de siete cogieron la puerta, reemplazados por cinco antiguos de NeXT, Jobs incluido. Apple habia gastado 400 millones de dólares para “ser comprada” por NeXT.

Los seis primeros meses fueron conducidos pisando el acelerador. Gil Amelio, su predecesor, había saneado las finanzas y moldeado los efectivos, Jobs proseguiria la empresa. Acuerdos con Microsoft, supresión de los clónicos, campaña “Piensa Diferente”, lanzamiento G3, Apple Store, preparación del iMac y limpieza en los laboratorios.

Amelio había reducido de 350 a 50 los proyectos en curso, Jobs no mantuvo más que una decena, liquidando futuros productos como un portátil de pantalla intercambiable. Estos golpes de machete recibieron un apodo, se decía que eran un productos que habían sido “Steved” (por killed-asesinado). Pero Jobs debía sorprender rápido y fuerte para tranquilizar a accionistas y clientes. Su reputación de gestor quedaba en entredicho a pesar del éxito de Pixar.

Cuadrado Mágico.

Este régimen fue aplicado con la misma severidad sobre la gama de productos: adios Performa 6500,5300…, Power Mac 4400, 9600…, impresoras y Newton. En su lugar el cuadrado mágico: iBook, iMac, Power Mac, Power Book.

“No debemos pensar en productos, explica un antiguo ejecutivo que desea permanecer en el anonimato, sino en segmentos: gran público (consumo) y profesional”. Anteriormente Apple lanzaba los Mac antes de conocer el objetivo. El cliente ha sido devuelto al centro. Cada máquina es objeto de análisis.

El iMac debia ser barato (supresión del SCSI, del ADB y la disquetera), pero mirando hacia el futuro con USB. Sus formas y colores responden a la campaña “Piensa Diferente”. “Un viejo truco de vendedor, se divierte al decirlo, proponemos un argumento (Piensa Diferente) y después lo demostramos (el iMac)”.

Las redondeces y los materiales atraen a la vista y el tacto, los colores fresa o limón agitan el gusto y los Harman Kardon alagan los oidos… Puro marketing “multisensorial” en el que Apple se ha hecho campeón: ¡cinco millones de iMac vendidos en cuatro años! Pero el marketing tiene sus límites. Las ventas del Cube fueron socavadas por una tarifa irrealista.

El cuadrado mágico fue rapidamente repoblado: eMac, iMac CRT y LCD, iBook 12″ y 14″…

El gusto por el secreto.

Una constante permantente, el suspense precede todo anuncio. El resultado de una política de secreto impuesta, y bastante acatada, a socios y empleados. “En el seno de un mismo departamento, no se sabe nunca en qué trabaja un colega”, dice un ingeniero. “En otro tiempo, seis meses antes, podía enumerar los productos por llegar”, constata un jefe de producto.

Esta sed por la novedad es cultivada de dos maneras. En primer lugar por un ciclo de renovación rápida de hardware, cada seis meses maximo (ver SVM Mac n°142, p. 18). Jobs no espera ya a las grandes masas de la Apple Expo o MacWorld para jugar a Papa Noel. El ejemplo del nuevo iBook distribuido en mayo, justo a tiempo para el periodo de equipamiento escolar en los Estados Unidos.

Viene a continuación una curiosidad natural por los productos que se esperan siempre fuera de lo común y soñados. “Cuando se sabe que nuestro proyecto va a ser objeto de una presentación delante de Steve, buscamos los puntos débiles en el funcionamiento o en la interfaz, explica nuestro ingeniero, se imagina a Steve durante una conferencia, hay que ir a lo mas simple para que haga una super demo”.

Antes de Jobs, los Mac incorporaban mas software de terceras partes que realizados en casa. Los discos duros de los onerosos modelos profesionales no eran sino un desierto. Hoy el software es, despues del look de las maquinas, la segunda razón para una clientela en busca de una solución completa, preparada para funcionar.

El software es estratégico y Apple desarrolla su biblioteca de software a golpe de adquisiciones. Final Cut Pro, iTunes, iDVD, DVD Studio Pro, PowerSchool, Cinema Tools, Shake y otros que estarán por llegar, todos son candidatos a ser comprados.

Steve Jobs (foto oficial)

Pixar en la cima del firmamento.

¡Qué escasos son los directores de empresas informáticas que posean y dirijan en paralelo un estudio de animación! Al final de los años ochenta, Steve Jobs, entonces CEO de NeXT, compra a George Lucas un equipo especializado en 3D. Pixar ha nacido.

Diez años más tarde, la bailarina creada por ex de Disney (John Lasseter) se ha convertido en estrella creando Toy Story, 101 Dálmatas y Monsters. No obstante, a la inversa que en Apple, los genios de Pixar quisieron y supieron desarrollarse lejos de la influencia de su propietario.

En un hecho inhabitual, Jobs ha dejado las riendas de la dirección artística y creativa a John Lasseter.

Buen olfato y descaro.

Menos visibles por el público fueron los cambios en las fábricas. Dentro de esta industria, numerosas sociedades se replegaron sobre su saber hacer externalizando todo lo que podía serlo.

En Apple, esto fue, por ejemplo, la fabricación de placas base, los portátiles y los iMacs. Todos ensamblados en Taiwan, después de la apertura a la competencia de ensambladores para reducir los costes y aumentar los márgenes.

Y más que invertir fortunas en búsqueda y desarrollo para reinventar tecnologías existentes, Apple adopta estándares: USB, MPEG-4, Wi-Fi, Bluetooth, OpenGL, UNIX… Aunque se autorice a veces la diferencia: el conector ADC.

Igualmente, para crear un producto, recurre en los especialistas. El iPod tiene un disco Toshiba, una batería Sony y un OS de Pixo, una placa base de PortalPlayer y un puerto FireWire de ¡Texas Instruments!

Decir que la compañía no hace más que bonitas cajas de plástico sería injusto. Pero a la innovación pura, como fueron el FireWire o el Newton, ha sucedido el buen olfato y el descaro para apostar por tecnologías emergentes, el ejemplo inalámbrico, e integrarlas en el seno de sus productos, que llaman la atención por si mismos.

Un artículo publicado con la autorización de Florian Innocente y de la revista francesa SVM Mac n° 142 – Septiembre 2002

Traducción: mjab