Fat Freddy invita a: XPostFacto 2.2.3

¿Pretendes decirme que puedo instalar Jaguar en mi viejo PowerMac? … ¡cosas veredes, amigo Sancho!

Generalidades

La breve descripción del programa dice: Con ella puedes instalar Mac Os X (incluída la versión 10.2, también conocida como Jaguar), Darwin y Mac Os X Server en algunas máquinas que, en principio, no lo soportan (las series que van desde los 7300 a los 9600), así como en G3 Grises actualizados a G4 que suelen resultar problemáticos y Power Book G3, 2400 y 3400.

Inmediatamente giré mi cabeza hacia un viejo 8500 que vive una honrosa jubilación como servidor de archivos y observé como, casi imperceptíblente, su carcasa se arrugaba y del botón de arranque se asemejaba a una pupila que observaba con aprensión mis malas ideas.

Bromas aparte, teneis que entender que no podemos dejar pasar la oportunidad de comprobar tamaña osadía de este valiente Ryan Rempel, al que, si el invento funciona, podremos perdonar incluso lo pretencioso de su email: osxguru@macsales.com.

La instalación

Vamos a meternos en harina. Tras la descarga de XPostFacto descomprimimos un archivo con apariencia de panel de control, que no lo es -Yo he caído hasta el punto de reiniciar el ordenador, no quiero risas ;)- Lo primero que notamos es que, lógicamente, requiere una versión actualizada de CarbonLib. Como es más que probable que esa máquina la tengamos «poco actualizada», podeis bajaros una versión reciente aquí. Tras actualizar Carbonlib y reiniciar la máquina observaremos como XPostFacto es, en realidad, un gestor de instalación del X. Es decir, no hará que la más moderna versión del sistema funcione bajo emulación ni se trata de una simple utilidad que asemeja la apariencia de nuestro antiguo sistema a la del nuevo. Ni siquiera la necesitaremos una vez instalado éste. El truco de este mega y medio de programa consiste en preparar nuestro disco duro para que pueda recibir el X en toda su plenitud y con total funcionalidad, pues es en las características del disco donde está toda la limitación -voluntaria o no-, del instalador de las diferentes versiones del nuevo sistema, obviando, claro está, las limitaciones físicas de nuestra máquina, excepción hecha de los Powerbooks a los que sí resta funcionalidades importantes como el reposo automático (cuestión que no es de gran importancia), o la conexión TCP/IP (que ya mosquea mucho más).

Como bien explica su desarrollador, los problemas con los que podemos encontrarnos a la hora de instalar el sistema son muchos y variados. Incluso un breve repaso de éstos desborda a la intención de esta página, con lo que preferimos remitiros a sus espartantas pero completas páginas de soporte técnico, incompatibilidades conocidas y FAQs.

Hemos de decir que en nuestra prueba no sufrimos demasiado con la instalación. Ante todo hay que seguir unas reglas básicas:

Es fundamental tener instalado, como mínimo, el sistema 9.0 y, preferiblemente (a no ser que ames el riesgo), un segundo disco duro con un mínimo de 2 Gb libres donde realizar la instalación que ha de estar formateado mediante el Configurador de Unidades de Apple. En nuestra prueba y por más que lo intentamos, el programa no reconocía el formato HFS+ del disco duro, con lo cual nos vimos obligados a formatear con formato UDF, disponible en las opciones del Configurador de Unidades. Una vez realizada esta operación, pudimos utilizarlo como destino de nuestro X.

El programa nos pedirá un disco de instalación (que, lógicamente será un CD) y el disco de destino recien formateado. Aquí es donde nos hemos encontrado con otro obstáculo insalvable: XPostFacto tampoco reconocía el disco de instalación original del Mac Os 10.1 como HFS+ con lo que nos hemos visto obligados a realizar la prueba con un CD de instalación de Mac Os X Server 10.1 que, sorprendentemente, sí era de su agrado. Misterios.

Una vez seleccionado el disco de destino y en el menú archivo, elegiremos «instalar extensiones». XPostFacto nos preparará el disco de destino para que sea capaz de recibir con los brazos abiertos a lo más moderno (y caro, y lento), de Apple. Es también muy recomendable desconectar el modo «Verbose» en las preferencias del programa o, de lo contrario, la instalación habrá que iniciarla mediante la interface de comandos, operación que en realidad se limita a escribir la palabra Boot y pulsar enter en el momento en que el instalador nos lo exija.

Voilá! inmediatamente, y si no hemos sufrido ningún percance en el camino, veremos como el clásico y acuático instalador de X nos reconoce nuestra vieja máquina como digna de su aprobación y tras aproximadamente una hora de instalación disponemos de un sistema moderno en todo su esplendor.

Rendimiento

Como ya hemos dicho, nuestra instalación ha tenido lugar en un Power Mac 8500 a 180 Mhz con Mac Os 9.0.4 instalado, 272 Mb de RAM y sobre un disco duro de 2 Gb (vamos, que lo tenemos contento 😉 ¿Que cómo funciona?, lento, claro. No podemos pretender que un sistema que exige cientos de megaherzios y toneladas de RAM corra perfectamente en un Power Mac de la vieja escuela, pero nos ha sorprendido gratamente el hecho de que en absoluto resulta «inutilizable». Buscando comparativas podríamos decir que funciona a una velocidad similar a la de aquel infausto 10.0 sobre un G3 a 350 Mhz, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta que nuestra máquina ronda la media década de edad. Probablemente, y a falta de confirmación, la velocidad incluso mejore con la instalación de Jaguar.

En cuanto a estabilidad… regular. Nos hemos puesto canallas y, tras exigirle peras al olmo, alguna de las utilidades del sistema se han vuelto picajosas y se «cerraban inesperadamente», cuestión que tampoco nos ha sorprendido demasiado, pues estamos hablando de abrir simultaneamente varias de ellas y ponerlas en serios aprietos. Lo que sí podemos confirmar es que el sistema ha permanecido en pie durante todo el proceso de tortura.

Conclusiones

Podemos definir esta utilidad como sorprendente, de eso no cabe duda. En cuanto a la funcionalidad… es absolutamente ineficaz para entornos profesionales, incluso en el caso de que vayamos a utilizarla en casa y tengamos pensado darle un uso continuado, la ralentización del mismo sistema realizando operaciones comunes nos acabará resultando insufrible, aunque tampoco creais que es muy diferente a la de un 9.1 sobre esa misma máquina.

Aún así puede resultar interesante para todos aquellos que quieran reciclar sus aparatos para utilizarlas con servidores de FTP o Web sin grandes pretensiones integrados en el sistema, y más útil todavía para todos aquellos que quieran ejercitarse en el manejo de Darwin y la Terminal y no dispongan de otro Mac para ello. En este último caso esta aplicación es totalmente válida. Tampoco me sorprendería escuchar a alguien que ha encontrado una utilidad práctica para XPostFacto en su viejo 7300, pues repetimos que en absoluto resulta inutilizable. Probablemente sea de interés para aquellas aplicaciones que requieran pocos recursos del sistema y que, simplemente, no existen para classic y a nosotros nos resulten indispensables.

Sin dejar a un lado, claro, la profunda alegría que te invade cuando ves funcionar Jaguar en uno de los «verdaderos» Macintosh que, resistiendose a las intenciones de sus creadores, pugna por la vida sobre todas las cosas.

¿Recordais a V’ger en Star Treck volviendo a la Tierra? 😉

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