Introducción.
Yo soy una persona que está en el mundo Mac desde, al menos, 1992 cuando compré mi primer PowerBook, si no desde 1984, cuando di mis primeras pinceladas con MacPaint.
Pero he usado multitud de plataformas diferentes a lo largo de los años, desde CP/M a MS-DOS de Windows a Mac OS Classic y OS X. He experimentado con diversos sistemas operativos para ser consciente de los puntos fuertes y débiles de Mac OS, para aprender cosas relevantes para mi trabajo de programador web, para saber mis opciones en caso de que decida cambiar de sistema, y, por supuesto, para perder el tiempo como lo hacemos los fanáticos.
Estaba en ese plan cuando me compré una torre Pentium II a 333 MHz en venta de garaje (con grabadora de CD y buenas tarjetas de sonido y vídeo) por 60 dólares.
Decidí instalarle FreeBsd, pues ya lo conocía por mi trabajo en la web y sabía que compartía material con el núcleo de Mac OS X. Creé los disquetes de arranque e hice una instalación por red de la última versión de FreeBSD. El ordenador se quedó instalando paquete tras paquete de la web de programas portados en FreeBSD, lo que me parecieron días. ¡Oo, emacs! ¡Oo, Apache 2!, ¡Oo, PHP 5!
También quería instalar un entorno de escritorio, no sólo las X Windows y algún gestor de ventanas. Me pareció curioso saber cómo de lejos habían llegado los proyectos de código abierto masivos, como KDE y Gnome, por ejemplo. Quería juzgar por mí mismo cuál era realmente la amenaza que suponen los programas de código libre para Microsoft.
Mi opinión hasta ese momento era que estaba bien, pero que se necesitaban muchos correos a foros web para preguntar como recompilar el kernel para que tu nueva tarjeta de sonido funcionase.
Decidí probar KDE, principalmente porque su versión en la web de ports de BSD era más reciente que la de GNOME, lo que que me permitió seguir en el mundo feliz de los ports de FreeBSD, mientras satisfacía mi ilusión de tener una instalación tan moderna como fuera posible.
KDE se instaló limpiamente, y quedé impresionado con su funcionamiento en máquinas antiguas. Incluso lo ejecuté remotamente mediante las X11 de Apple en mi PowerBook. Pero no profundicé mucho más. Puse la torre en la estantería, mientras descargaba, sin hacer mucho.
Mi PowerBook Titanium llevaba tiempo dando guerra y colgándose. Estuve intentando aguantar, pero era horroroso. Perdí trabajo sin guardar. Cruzaba los dedos cuando reiniciaba. Desarrollé hábitos de trabajo supersticiosos y que me obligaban a tomar todo tipo de precauciones. Me parecía estar reviviendo los clásicos día en los que era diseñador gráfico en una revista usando el viejo Mac OS.
Un día después de una congelación especialmente inoportuna, cerré el PowerBook, lo aparté y coloqué la torre de FreeBSD sobre mi mesa. Así empezó mi odisea de seis semanas.
Advertencias
Primero, los números relevantes de cada versión: KDE 3.1.4, FreeBSD 5.1-RELEASE, OS X 10.2.8 (antes), OS X 10.3.1 (después).
A pesar de que he escrito esto como una revisión, es más bien el informe de un usuario — una elaboración de apuntes personales que hice durante y después de mi experiencia con FreeBSD y KDE. Me animé a tomar estos apuntes por mi interés en los sistemas operativos, el diseño de interfaces y el desarrollo de programas. El público que he buscado para este artículo son principalmente usuarios de OS X que comparten estos intereses.
Mi trabajo como desarrollador web también tiñe mis opiniones y fue un factor importante al principio en mi decisión de hacer este experimento. Si editas vídeo o eres diseñador, mis apuntes pueden parecerte irrelevantes, aunque confío que también te parezcan interesantes.
Si esto fuera una revisión a fondo, también hablaría sobre Gnome, pero no he tenido la oportunidad de probarlo. Quizás cuando mi próximo PowerBook muera. (o quizás antes, GNOME 2.4 ha aparecido en la web de ports, y se está compilando en mi ordenador con FreeBSD mientras escribo esto).
Finalmente, mis comentarios tratan más sobre KDE que sobre FreeBSD.
La capa Unix está, francamente, muy bien resuelta. Probablemente en el día a día acabaré siento igual de productivo usando Linux, FreeBSD o Darwin que haya debajo del GUI de mi elección. Es en la capa del GUI donde se libra la batalla de los sistemas operativos.
Día primero.
Stewart Brand
dijo una vez que nadie debería de aprender un nuevo sistema operativo después de los 30. Tengo 35, y en mi primer día usando KDE para hacer mi trabajo, tengo que reconocer que coincido con él.
Esto tiene poco que ver con KDE en si mismo. Basicamente se trata de lo indeciblemente costoso que fue completar la configuración y la migración de datos. Todos los programas estaban allí y nada fallaba, pero no tenían mis trabajos ni estaban configurados para trabajar conmigo.
(Curiosamente, es más complicado pasar de OS X a KDE que al contrario, principalmente porque sabía que tenía que trabajar a destajo con KDE temporalmente y durante ese tiempo guardé casi todos los datos en programas web o formatos fácilmente portables).
Escribí esto en FA:OSX poco después de empezar a usarlo:
“Una ironía que me llama la atención es que nunca me habría atrevido a hacer esto si no hubiera estado usando Mac OS X desde hace más de 2 años. Apple ha hecho un buen trabajo haciendo el SO perfectamente usable y limpio, dejando la parte UNIX para almas curiosas que quieran jugar con ella. Ahora sé lo suficiente como para ser peligroso. He estado usando FreeBSD en servidores web durante años, pero esta es mi primera incursión en el mundo de Unix fuera del mundo de escritorio de OS X”.
Puntos fuertes que comparten
KDE y OS X tienen algunas cosas en común. Cada uno de ellos es un GUI sobre una subcapa Unix disponible gratuitamente. (En el caso de OS X esa subcapa es Darwin; para KDE, puede ser Linux, Solaris o FreeBSD).
Ambos operan perfectamente en forma de multitarea preemtiva. Ambos son muy estables. Ambos soportan múltiples accesos con diferentes escritorios de trabajo para usuarios individuales.
Ambos tienen muchas facilidades para el manejo de redes, impresión, gestión de archivos, etc.
Una funcionalidad común que puede sorprender a los usuarios orgullosos del Quartz de OS X: ambos permiten la creación de PDFs desde cualquier programa utilizando el cuadro de diálogo de imprimir. La implementación de KDE es considerablemente mejor, ya que permite un mayor control sobre la creación del PDF.
Puntos fuertes de KDE y FreeBSD.
Entré en mi relación con KDE en un estado de ansiedad. Acaba de perder mi ordenador principal de trabajo y necesitaba continuar inmediatamente con trabajos de mucha importancia. Echaba de menos mi Mac. A pesar, incluso, de encontrar diversas cosas de KDE que me gustaban – o, en algunos casos, envidiaba.
Estabilidad
Puedo decir sin exagerar que OS X es 100 veces mas estable que las anteriores encarnaciones de MacOS. Pero FreeBSD, para mi, es aún mas estable. No he experimentado ningún fallo serio en mis seis semanas de uso diario. Tan sólo una vez, tuve que forzar el cierre de KDE.
Control del teclado.
En KDE, se pueden asignar atajos de teclado a casi todo.No usé mucho esta característica, principalmente porque ya hay muchos atajos de teclado definidos por defecto. Pero en las pocas veces que intenté añadir o cambiar uno, fue una gran ayuda.
Transparencia de Red.
OS X incluye un inestable acceso de sólo lectura, sólo FTP (no SFTP) a través del Finder. KDE, sin embargo, ofrece un sistema transparente de archivos de red, que permite que casi cualquier protocolo pueda ser usado desde Konqueror, o cualquier cuadro de diálogo de archivos – no hay necesidad de tener un cliente de FTP/SFTP independiente.
Así debería ser. ¿Qué piensas de un sistema que necesita un programa específico para conectarse a un servidor de archivos en tu LAN?. Sin comentarios. Así que, en vez de esa imperfecta imitación de la actividad de un navegador de archivos dentro de un cliente FTP, KDE mete el cliente de red dentro del navegador de archivos. Inteligente.
Descubrí que trabajar con servidores remotos era sorprendentemente instantáneo – mucho más rápido que cualquiera de los clientes de FTP/SFTP que tenía en mi PowerBook utilizando la misma conexión de red. Aparte del habitual retraso en la red, es imposible distinguir las conexiones remotas de las locales.
La transparencia de la red también se traduce en que cualquier ubicación puede ser guardada como un favorito (bookmark). Los archivos remotos pueden ser visionados, renombrados o abiertos, de forma idéntica a los archivos locales. Divide una ventana de Konqueror para que acoja las carpetas remotas y locales y tendrás el cliente de FTP de dos ventanas más vistoso del mundo.
Finalmente, decir sólo una característica que he querido encontrar durante años en mis clientes de FTP para Mac: se pueden arrastrar archivos entre directorios remotos. Ahh
Escritorios virtuales.
Cuando estoy en mi mesa utilizando mi PowerBook, lo conecto a una pantalla de 17 pulgadas para crear un largo y ancho escritorio. Como mi ordenador con Pentium sólo tiene una tarjeta de vídeo, estoy obligado a usar un único monitor con KDE, algo que pensé que sería un problema. Al final resultó que no tenía importancia, gracias principalmente a KPager, que crea múltiples escritorios virtuales entre los que se puede saltar de uno a otro utilizando un único monitor. Usé dos escritorios virtuales para trabajos de clientes, otro para el correo, otro para la administración del sistema, y un par más. Los atajos de teclado para cambiar entre una y otra, y para mandar ventanas de una pantalla a otra, lo hacen aún más útil.
Programas
KDE incluye un increíble número de programas.
Para mí, Konqueror, que puede ser un navegador web, un navegador de archivos, y “visor universal de programas”, es lo mejor.
Konqueror es la fuente del motor KHTML que Apple usa en Safari y WebCore. En los días que eché de menos usar mi Mac, me dí cuenta de que al menos estaba viendo páginas web usando el mismo motor de navegación. Placeres sencillos.
Como un navegador de archivos, Konqueror tiene bastantes características envidiables. Mi favorita es la capacidad de generar un nuevo archivo del portapapeles sólo pegando.
La vista previa de archivos en Konqueror está bastante bien desarrollada, e incluyen carpetas con “pegatinas” que indican el tipo de archivos en su interior (debo decir que el Finder de OS X 10.3 lleva incluida una mejora en la vista previa, pero no es tan extensa como la del Konqueror)
Konqueror también maneja inteligentemente varios tipos de archivos; por ejemplo, si metes un CD de música, te enseña archivos virtuales en MP3 o en Ogg Vorbis, además de los archivos AIFF nativos que hay actualmente allí. Si arrastras un icono de uno de los formatos comprimidos a tu disco duro, se codifica sobre la marcha. Si tienes una carpeta con imágenes, Konqueror puede generar directamente una galería con miniaturas.
Quanta Plus, una herramienta de desarrollo web, me fue muy útil. Su editor soporta carpetas de código, sintaxis coloreadas para docenas de lenguajes, control del sangrado, completado de etiquetas, y otras cosas interesantes. (Es reseñable el hecho de que muchas de éstas características derivan del componente estándar de edición de textos en KDE, lo que significa que también está disponible en otras aplicaciones).
La suite KDE PIM contiene un calendario y un programa de tareas pendientes, una agenda de direcciones que lee y escribe vCards (de hecho, importé mi agenda de direcciones de OS X con 600 entradas mediante un pequeño trabajo de conversión), y una herramienta de sincronización de Palms. Esta último hace algo que siempre creí que era evidente que Mac OS X debería tener, dado que el conjunto de programas iLife no incluye un bloc de notas – sincronizando el bloc de notas de la Palm con los “post-it” de KDE. Si eres un programador que puede crear algo similar en OS X, y creo que deberías, descúbrete ante los desarrolladores de KDE.
Un programa sin apenas apariencia que se merece mención especial, es Klipper, una utilidad portapapeles. Cada vez que copias, tu selección se añade al Klipper, pero la selección anterior desciende un nivel, en vez de ser descartada. Klipper es práctico también porque permite seleccionar diferentes partes de un texto o código secuencialmente. Al hacer clic sobre el icono de Klipper, puedes ver tu pila actual de elementos copiados, que puedes seleccionar con el ratón. Por supuesto, también se le pueden asignar atajos de teclado. Cuando usas OS X, ¿alguna vez has pulsado accidentalmente Cmd-C en vez de Cmd-V? Si has seleccionado el texto sobre el que copiar, acabas de eliminar el texto que que tenías en el portapapeles sustituyéndolo por el texto inútil del que querías deshacerte. (Sé que hay utilidades de terceras empresas que solucionan esta deficiencia). Klipper elimina este problema.
También hay programas de entretenimiento educativo, las utilidades esperadas, y bastantes juegos. Son muchas cosas, y disfruté explorándolas todas.
Terminé mi mensaje original sobre KDE en FA:OSX con lo siguiente:
“…nada en esta máquina está intentando venderme algo extra. Me gusta. Mucho. Nada me acosa insistentemente pidiendo que me actualice a Quicktime 17, que me suscriba a .mac, que abra mi cartera de MSN, o que pague mis licencias Shareware”.
Esta fue una de las reacciones más intensas y sorprendentes que tuve durante mis primeros dias con KDE/FreeBSD. A los usuarios de Mac como yo nos gusta pensar que Microsoft es el rey del márqueting enmascarado, y es posible que lo sea. Pero OS X es una plataforma de márquetin también. Usar KDE produce un sentimiento, en fin, de libertad.
Desventajas de KDE .
Porque me gusta mucho KDE (y FreeBSD), pienso en qué costaría convertirlo en un producto atractivo para los usuarios noveles. Aunque muchas de éstas cosas son “un problema de FreeBSD” y no “un problema de KDE”, no hay tal diferencia para nuestro nuevo usuario imaginario. Ellos sólo saben que Windows y Mac OS si que lo hacen, así que ¿por qué no KDE?.
Calidad desigual en las aplicaciones.
Como he mencionado anteriormente, he disfrutado probando todo el gran paquete de aplicaciones KDE, pero su calidad es desigual, y encontré que mi optimismo inicial fue templándose por culpa de aplicaciones que estaban en estado beta, o incluso alfa. Muchos programas en la suite KOffice fallaban al instante; otras parecía que estaban a medio acabar.
Si tuviera que sugerir algo para que el proyecto KDE mejore su acogida entre los usuarios finales no técnicos (que creo que es uno de sus fines, y uno de los más importantes), sería la de que tomaran una actitud estricta con los programas y que incluyeran sólo aquellos que realmente están listos para ser utilizados por todo el mundo, tanto en cuanto a prestaciones como en cuanto a estabilidad.
El precio de la libertad.
La naturaleza de código abierto de KDE y el sistema operativo en el que se aloja es una cosa buena, pero había dos grandes áreas donde había un obstáculo. Una es Java. Mientras que muchos de los 9000 objetos en el árbol de ports de FreeBSD pueden ser añadidos al sistema escribiendo “make install” en el directorio apropiado, la licencia de Java requiere un camino más difícil – que admito no haber seguido nunca.
Flash parece que está ausente por razones similares. Estos días, un navegador sin un plug-in de Flash instalado es, para muchos usuarios un navegador estropeado.
Estas cosas están fuera de las manos de los desarrolladores de KDE y FreeBSD, pero es una difícil situación que hace a OS X y a Windows más atractivo a los usuarios inexpertos.
Tres partes no demasiado fáciles
El sistema en el que trabajaba era realmente un combinación de tres grandes proyectos de código abierto: KDE, FreeBSD y X Windows (XFree86). La configuración de los dos últimos no siempre es posible desde KDE, lo que puede ser un incordio. Es especialmente frustrante con las X, porque los sistemas operativos modernos basados en gráficos uno se acostumbra a cambiar fácilmente la resolución de la pantalla, la profundidad de color, y cosas así. Esto es algo desigual en KDE (al menos en su versión 3.1.4) y fue una de las cosas mas difíciles que encontré, dada mi falta de experiencia en la configuración de las X.
(Debería incluir a los gestores de ventanas como una cuarta pieza, porque como KDE instala su gestor de ventanas por defecto, llamado kwin, el usuario normal, nunca ha tenido que pensar sobre esta parte).
Asimismo, a pesar que me gusta el árbol de ports y el sistema de paquetes de FreeBSD, instalar, actualizar y desinstalar aplicaciones es mucho más difícil que auto-montar archivos .dmg y paquetes de aplicaciones. (Aunque hay soluciones más convenientes, como Zero Install).
Al principio de mi experimento, tuve una equivocación con una de las herramientas de administración gráficas de KDE, y corrompí el archivo principal de contraseñas de FreeBSD. Lo reinstalé y ni miré atrás, haciendo la gestión de usuarios a través de la consola. Si no hubiera tenido (o sido capaz de adquirir) el conocimiento sobre como solucionar este problema, mi experiencia con KDE hubiera terminado ahí. El sistema por sí solo, no es de ninguna ayuda.
Los periféricos también caen entre las grietas. Mi trackball USB, lo enchufé y funcionó, y, sorprendentemente, y tenía la sincronización con Palm funcionando. Pero nunca pude usar mi lector de tarjetas CF, o imprimir con mi LaserWriter. ¿El problema fue con KDE, con FreeBSD o con ninguno de los dos? No era tan importante para mí com para intentar solucionar el problema, pero ello me impide, por ejemplo, poner un sistema como este a mi madre. Y tampoco me preguntéis sobre mi tarjeta de sonido.
La falta de integración entre estos tres susbsistemas es, creo, la principal barrera de la adopción de los entornos de escritorio de código abierto por parte de usuarios no técnicos. Desafortunadamente es un problema de difícil solución, porque los tres componentes son desarrollados por tres equipos independientes. Es posible que freedesktop.org juegue un papel constructivo en la solución de éste problema.
Puntos fuertes de OSX
Al volver a OSX recordé lo agradable que es su aspecto, con una interfaz limpia y una excelente definición tipográfica. Tiene un comodísimo mecanismo de actualizaciones del sistema. Tambien tiene un buen soporte para soportes removibles y periféricos, muchos de los cuales “funcionan solos”. Los programas esconden sus bits innecesarios usando el sistema de paquetes y las aplicaciones incluidas en el sistema están bien acabadas y su funcionamiento es muy bueno.
Inconvenientes de OS X
Algunas desventajas de OS X destacan con aún más fuerza después de esta experiencia.
Una es la pobre personalización del teclado. Mientras que OS tiene una herramienta de atajos de teclado enterrada en las Preferencias del sistema, es menos útil y potente que los controles por aplicación de KDE.
Aunque OS X tiene una mejor integración entre el GUI y la capa Unix que mi sistema KDE/FreeBSD, aún falla en algunos aspectos. Un ejemplo de esto es la incompleta superposición en la funcionalidad entre los enlaces simbólicos y los alias. Otro estancamiento es el histórico uso de los dos puntos como separador de directorios en las particiones HFS: no puedes escribir dos puntos en los archivos mediante el GUI. Pero puedes escribir rayas verticales (|) — que se traducen a dos puntos en la consola, y viceversa. ¿Lo pillas?
De nuevo en casa.
Ahora estoy de nuevo usando OS X en mi nuevo (arreglado) PowerBook de 12″. Como escribí aquí recientemente, me gusta. Me gusta la combinación del diseño de las máquinas de Apple, la pulcritud de OSX y las iAplicaciones, y la disponibilidad de cantidades masivas de software de código abierto. Cuando estoy sentado en la mesa de una cafetería trabajando con mi servidor web de 4,6 libras, escuchando la radio por internet a través de iTunes, soy feliz.
Realmente me gustaría ver algunas de mis funciones favoritas de KDE – escritorios virtuales, redes transparentes, una utilidad portapapeles – incorporadas en Mac OS. Pero también valoro la existencia de KDE como un producto independiente, tanto como valoro la presencia de Mozilla (de hecho, estoy preparando el borrador del final de este artículo en Composer) aunque Safari es el navegador que uso habitualmente.
Disfruté de mi tiempo como usuario de KDE. Me salvó el trasero durante unos tiempos difíciles y me abrió los ojos a algunas áreas en las que Mac OS X puede mejorar. Mi ordenador de 60 dólares sigue funcionando, ahora como servidor sin monitor. Todavía no ha fallado una sola vez. Y aún no he recompilado el kernel para que soporte mi tarjeta de sonido.
Publicado el 30 de Noviembre de 2003. Traducido del original con autorización del autor por Francisco Cañizares. Revision 1.0.3.
El autor solo ha cometido un error a la hora de redactar este articulo, y es precisamente elegir FreeBSD como sistema de escritorio.
FreeBSD es un sistema operativo magnifico, de echo es el que yo utilizo en mis servidores, pero en la parte de integración entre el Desktop y el unix, esta a años luz de proyectos como Mandrake, Redhat, SuSe etc
El autor lamentable no tiene un dominio adecuado del tema. Algunas problemas en el entorno desktop, como plugin flash, no tales.
Tambien pienso que para su nivel y objetivo del articulo toco a la puerta equivocada.
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Tambien pienso que para su nivel y objetivo del articulo toco a la puerta equivocada.
El autor lamentable no tiene un dominio adecuado del tema. Algunos problemas en el entorno desktop, no son tales.(mi firefox nativo anda con flash bastante bien)
Tambien pienso que para su nivel y objetivo del articulo toco a la puerta equivocada.
oyes necesito una ayuda tengo una exposicion y no se cuales son los precios que se deben dar para un soporte tecnico en freebsd y si se puede dar, cuals son los tipos de soporte tecnico que se pueden dar.
tambien necesito cuales son las empresas que utilizan freebsd y porque lo utilizan o sea que fue los que les orillo a irse por freebsd
porfavor envieme todo lo q tenga q ver con migracion de datos y sus precausiones
quien dijo que freeBSD no esta preparado para ser sistema de escritorio? no es verdad, solo que no todo el mundo esta preparado para enfrentar el reto, pero yo lo tengo personalizado como mac os x , con plugin flash, sonido, controladores nvidia, red inalambrica y mucho mas. solo tienes que sentir lo mismo que siento por freeBSD y no siento por windows ni linux.