SpyHunter, 20 años no es nada

¿Cuántos de nosotros no hemos envidiado a Bond, James Bond, cuando lo veíamos sortear mil obstáculos al volante de sus supercoches plagados de «gadgets»? Ahora Aspyr ha rescatado el mítico juego de Midway 20 años después para darnos la oportunidad de emular al agente secreto más famoso de todos los tiempos.

En 1983 llegó a los salones de máquinas recreativas un título que pronto conquistó un lugar de honor en el corazón de todos los amantes de los arcades trepidantes. La máquina, con la precariedad gráfica de aquellos tiempos, pero también con la perfecta jugabilidad de los clásicos, combinaba conducción y acción a partes iguales. Horas y horas me robó al sueño y al estudio su excelente conversión al Spectrum 48k.

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SpyHunter original, historia viva del videojuego

Pero los tiempos han cambiado y Aspyr ha creído oportuno apuntarse al carro de los remakes (se ve que la falta de imaginación no es sólo un mal endémico en Hollywood, como atestiguan los nuevos Rygar y Shinobi, por ejemplo) y resucitar del olvido y la emulación a uno de los incuestionables de la época dorada del videojuego. En un CD híbrido válido para Mac y PC tenemos el billete que nos llevará 20 años atrás en el tiempo.

Entre espías anda el juego

Encarnar a un espía del más alto nivel siempre es un reto excitante, aunque no nos podamos bajar del coche ni por un segundo. En SpyHunter esta fantasía se hará realidad, ya que tomaremos el papel de un agente de la Sección Internacional de Espionaje, organización que está en lucha constante con la terrible Nostra. Y es que a los responsables de Nostra se les ha metido entre ceja y ceja dominar el mundo y, claro, eso es algo que no podemos permitir.

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Seguro que esto a Tráfico no le hace gracia

Para conseguir desbaratar todos los planes de los chicos malos tenemos la inestimable ayuda de un portentoso vehículo, un deportivo bautizado como G-6155 Interceptor con más recursos que McGyver en una ferretería. Entre sus juguetes contaremos con ametralladoras, misiles guiados, lanzallamas o la posibilidad de dejar un charco de aceite a nuestras espaldas.

Por si esto fuera poco, el vehículo trae de serie un revolucionario sistema que lo transforma en lancha fueraborda en un santiamén, convirtiéndolo en un artilugio completamente anfibio. De este modo podremos perseguir el crimen por tierra y mar sin ni siquiera despeinarnos.

Además, cuando nuestro vehículo se encuentre seriamente debilitado por los disparos enemigos, éste se tranformará en una motocicleta (o jetski si vamos por agua), sin tantas posibilidades de ataque pero mucho más difícil de acertar.

Y es que, como era de esperar, la gente de Nostra no se va a quedar de brazos cruzados viendo como acabamos con sus esfuerzos por dominar el planeta y tendremos que hacer frente a cientos de sicarios dispuestos a convertirse en el empleado del mes a nuestra costa. En coche, motocicleta, barco, helicóptero, harrier e incluso góndola intentarán poner freno a nuestros esfuerzos.

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De ecología vamos cortitos

El armamento del que disponemos irá mejorando conforme terminamos misiones pero es limitado, por lo que tendremos que estar muy atentos a los camiones y barcazas de aprovisionamiento que encontraremos en nuestro camino. El juego se desarrolla a lo largo de 14 niveles que nos llevarán por los más diversos escenarios a lo largo de todo el mundo, pasando por ciudades tan reconocibles como Venecia o Londres. Para pasar de nivel será imprescindible conseguir el objetivo principal de la misión, pero para poder desbloquear definitivamente las nuevas misiones tendremos que cumplir también un número determinado de objetivos secundarios. Este sistema alarga sin duda la vida del juego, pero también nos obligará a conducir una y otra vez por las mismas carreteras con lo que también se hace algo monótono.

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Venecia ya no es lo que era

Como premio, y entre otros extras, una vez terminado el juego podremos competir con otro jugador en modo «pantalla partida» y con tres posibilidades: una carrera contrarreloj, una competición para cubrir los satcom (una especie de puntos de control) antes que el oponente o una competición para abatir el mayor número de pollos de entre los que cruzan la carretera (suponemos que para llegar al otro lado :D). Sin embargo, esta opción multijugador no deja de quedarse muy corta si la comparamos con las posibilidades de otros juegos similares.

La sensación de velocidad está bien conseguida y la jugabilidad recupera todo lo bueno de la versión original. Sin embargo, algunos problemas con el control desmerecen la trepidante acción de algunas misiones, realmente bien diseñadas.

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Quemando neumático a lo macarra

Una nueva dimensión

Del scroll horizontal y las dos dimensiones, el flamante G-6155 Interceptor a pasado a las tres dimensiones con las novedades propias de 20 años de constante evolución técnica. El juego mantiene un aspecto gráfico suficiente para un título de este calibre, pero en absoluto ha alcanzado una factura sorprendente que nos haga creer que estamos ante un título de los que hacen historia. Los fondos están cuidados y bastante detallados, pero la interacción es prácticamente nula. Los modelos de los vehículos cubren el expediente, pero tampoco nos dejarán con la boca abierta. Quizás si pudieramos comprobar los efectos de los ataques sobre la carrocería de nuestro Interceptor este aspecto mejoraría un poco.

Las posibilidades de configuración gráfica son muy reducidas (sólo podemos cambiar resolución y nivel gamma), como ocurre con otros «port» de consola y en determinados momentos las ralentizaciones son más que evidentes.

Entre fase y fase disfrutaremos de unos vídeos renderizados de calidad, pero que se antojan insuficientes como premio tras tantos sobresaltos.

A todo ritmo

La banda sonora tiene un nivel bastante aceptable, aunque destaca especialmente el tema principal obra de Henry Mancini y que se ha mantenido, con algún remozado, desde los tiempos del mítico arcade original.

Los efectos son de buena calidad y ayudan a crear una ambientación trepidante muy de agradecer en un título en el que la sensación de velocidad y peligro son esenciales.

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Esto sí es una concentración motera

Conclusión

SpyHunter es un juego sin grandes pretensiones y orientado a proporcionar entretenimiento inmediato y sin complicaciones. La jugabilidad no está mal del todo, pero los fallos en la maniobrabilidad del vehículo le restan muchos enteros. Graficamente no pasará precisamente a la historia (aunque la calidad general no es tan desastrosa como en otros títulos presuntamente AAA) y se ha quedado, a mi parecer, por debajo de lo que deberíamos esperar de un juego que tiene el honor de llevar ese título.

Aunque parezca mentira, hoy día disfruto más con la versión arcade del 83 (el MAME nunca será bien agradecido por todos los nostálgicos) que con este nuevo remake plagado de espectaculares explosiones y efectos de sonido. Quizás sea porque a los clásicos se les perdona todo. O quizás sea porque por debajo de todas esas capas de código que generan gráficos y sonidos, lo que sigue importando en un juego es que sepa entretenernos de verdad.

Pros

• El tema principal de Henry Mancini, todo un lujo.

• El dar a conocer a las nuevas generaciones un clásico del entretenimiento.

• Las dosis de entretenimiento sin complicaciones que ofrece.

Contras

• No estar a la altura de su predecesor.

• Fallos en el control.

• Las carencias del modo multijugador.

Requisitos del sistema:

• Mac OS X 10.2.4 o superior

• G3 a 600 MHz

• 128 MB de RAM

• Tarjeta de video 3D de 16 MB

• 750 MB libres de disco duro

• CD-ROM 4x

• Aceleradora Radeon 7500 / GeForce 2

Web de Aspyr

Web de Midway

7 Comments

  1. Anónimo

    En mi opinion, me parece un excelente juego. Se que no es un juego de cinco estrellas, que los personajes que realizan el juego, se podian haber esforzados mas en los graficos, pero me parece un juego muy entretenido y con mucha diversion. Tambien lo bueno de este juego es que es conduces un coche con metralladoras y misiles, y creo, que no existen ningun videojuego que te deje hacer este tipo de actos.

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